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martes, 24 de diciembre de 2024

El camino hacia una relación diplomática: Diez años después (I)

Texto íntegro de la Intervención del Viceministro Carlos Fernández de Cossío en la inauguración de la XXII serie de conversaciones de Cuba en la política exterior de Estados Unidos. Por su importancia, Cubahora, comparte con su audiencia...

Carlos Fernández de Cossío en Exclusivo 21/12/2024
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El camino hacia una relación diplomática: Diez años después (I)
Cuba cumplió con todos los compromisos que asumió

“Viceministra Josefina Vidal, embajador José Ramón Cabañas, director del CIPI, embajador Rogelio Sierra, rector del ISRI, miembros del cuerpo diplomático, invitados, académicos y amigos.

El día de hoy y el evento en su conjunto coincide con los diez años de haberse anunciado de manera simultánea por el presidente Raúl Castro y el presidente Barack Obama la intención de ambos gobiernos de avanzar hacia el establecimiento de relaciones diplomáticas. Habrá un panel que se dedicará específicamente a eso y estoy seguro que a lo largo de este evento se mencionará el tema, de modo que en mi intervención, no pienso profundizar en ese tópico.

Quisiera mencionar que desde nuestro punto de vista hay cuatro verdades que resaltan con respecto a este décimo aniversario.

Una es que Cuba cumplió con todos los compromisos que asumió, varios de ellos por escrito, con respecto al establecimiento de las relaciones bilaterales y al discreto avance que hubo en los vínculos en ese período, mientras que el gobierno de EE.UU. los ha incumplido prácticamente todos. Esta es una primera verdad que nosotros registramos y pensamos que salta a la vista. 

La segunda es que el breve acercamiento que hubo en ese período resultó positivo para Cuba y para EE.UU. y concitó el respeto, diríamos que la felicitación y admiración  de muchos gobiernos en el mundo, entre ellos algunos muy cercanos a Cuba, gobiernos que son también aliados de EE.UU. y en particular en nuestra región de América Latina y el Caribe.  Eso, en nuestra opinión, es una segunda verdad que salta a la vista.

 La tercera es que en los últimos ocho años, no en los últimosdiez, y durante la mayor parte de los vínculos entre EE.UU. y Cuba desde 1959, lo que ha prevalecido es la agresión como característica definitoria de los vínculos entre los dos países.

La cuarta verdad que salta a la vista es que en esta difícil relación entre Cuba y los EE.UU. hay un país agresor y un país agredido. 

Todas son importantes para el análisis académico e intelectual sobre el conflicto entre Cuba y los EE.UU. y para el estudio de las perspectivas de lo que pudiera ser una evolución hacia una relación más respetuosa, más civilizada entre nuestros dos países, pero la cuarta en particular, la que define que aquí hay un país agresor y hay un país agredido permite comprender la incongruencia de pretender ver este conflicto y este problema en un balance simétrico, en un balance en el que haya responsabilidades equiparables y permite además, ver la incongruencia en la idea que en muchas ocasiones surge de reclamarle a Cuba gestos o reclamarle a Cuba concesiones en aras de buscar un acomodo civilizado y viable con los EE.UU. 

Es un enfoque, desde nuestra apreciación, que resulta intelectualmente insostenible y moralmente inaceptable y la historia de EE.UU. en el trato con otros países también demuestra muchas veces, que es un enfoque que resulta improductivo. 

Esto no quiere decir, y quien estudie la historia lo comprenderá, que a lo largo de la historia, Cuba  no haya tenido la disposición de ofrecer gestos y que esa disposiciónno ha formado parte, en determinadas circunstancias, de nuestro modo de actuar en la relación con cualquier país. Eso incluye EE.UU,  o sea, la posibilidad de encontrar fórmulas que no consideramos una obligación, pero que si entendemos que dentro de determinadas condiciones es legítimo y es oportuno ofrecer algún gesto para lograr un punto encuentro, para encontrar una solución a un conflicto que es difícil, pero lo que es incongruente es reclamarle a Cuba que sea quien tenga que dar un paso en esta dirección .

Durante estos ocho años en que lo que ha primado es la agresividad de la política Trump Biden, Estados Unidos ha considerado conveniente y hasta cierto punto necesario encontrar formas de justificar la actuación y justificar los pasos que se han dado. Era necesario, primero, para justificar ante la opinión pública, sobre todo la estadounidense y de otras partes, el desmantelamiento de un proceso exitoso que había concitado respaldo y que había resultado positivo para ambos países, según las evaluaciones de la época. Después era necesario para fundamentar la aplicación de una serie sucesiva de medidas coercitivas y agresivas  contra Cuba que iban contradiciendo los compromisos que se asumieron entre 2014 y 2017 e incluyo aquí enero del 2017.

  • Consulte en Base de datos las 243 medidas coercitivas y agresivas aprobadas por D. Trump en su primer mandato para arreciar el bloqueo genocida.

Conviene recordar cuáles fueron los pretextos que se fueron esgrimiendo, muchos de ellos parecen leyendas de películas de James Bond, pero se usaron y aún se usan algunos de ellos. 

Por supuesto el primero que salta a la vista es el de los supuestos ataques sónicos o neurológicos contra diplomáticos de EE.UU. en Cuba, algo que las voces más autorizadas de la ciencia de Cuba, de muchos centros en EE.UU., de muchos países que son aliados de EE.UU. la han descalificado por considerar que resulta imposible lo que se está alegando y por considerar que desafian las leyes de la fisica. 

Es algo que, además, ya ha desacreditado la propia comunidad de inteligencia en EE.UU., sin embargo se reflota con frecuencia, aparece en artículos de prensa, aparecen reportajes, el Wall Street Journal es uno que los que  más lo reflota y CNN sacó un reportaje hace dos años sobre el tema tratando reflotarlo nuevamente sin ninguna evidencia, sin ninguna base y sin ningún apego riguroso a la ciencia, pero este fue el primero que sirvió para tratar de desmantelar un proceso que fue exitoso. 

Durante varios años, sobre todo el 2019 y 2020 se esgrimió mucho la supuesta presencia en Venezuela de 20 mil, 30 mil y hasta de 40 mil soldados cubanos. Nadie ha visto nunca un batallón cubano en Venezuela, un batallón tiene cerca de 1000 efectivos, no creo que nadie haya visto una compañía. Sin embargo, es un tema del que no se habla mucho, pero se repitió mucho y al amparo del cual se aplicaron contra Cuba medidas coercitivas económicas que hoy se mantienen en pie, que el gobierno de Biden las implementó estrictamente, a pesar de tratarse de una leyenda en la que nadie cree y que el gobierno no repitió.

Más recientemente está la leyenda de las bases militares chinas en Cuba que surgió en junio del 2023 y que se reitera cada cierto tiempo y aparecen artículos que repiten el tema. Una de las características de la capital cubana es que hay una amplia presencia de misiones diplomáticas incluyendo, por supuesto, una embajada de EE.UU., ninguna, ni siquiera la China ha reportado que existe en Cuba bases militares chinas. Una base militar supone efectivos militares que nadie ha visto y han llegado al punto de que  un centro por sus siglas CSIS (Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales) catalogado como un centro prestigioso sobre el análisis de seguridad e inteligencia que recibe financiamiento del gobierno de EE.UU., ha llegado a decir citando incluso a expertos,  donde es que están ubicadas las bases. Sin embargo, ese cuerpo diplomático y la prensa extranjera acreditada en Cuba no ha logrado encontrar dónde quedan esas bases misteriosas que pertenecen a China.  Cuba no es un país inmenso y se recorre en automóvil en  menos de un día, o sea, no es difícil que el que quiera buscar y  ubicar, sacar una foto, demostrar que es verdad esto que se alega en la prensa, lo haga, a pesar de que el gobierno de EE.UU. no se toma el trabajo de desmentir. Estoy seguro que si hay un gobierno en esta tierra que conoce si hay o no hay una base militar china en Cuba es el gobierno de EE.UU.

Se promulgó la idea de que Cuba sea una influencia maligna en la región de América Latina y el Caribe. Saben que nuestro pais tiene relaciones diplomáticas con todos los países de la región. Con la mayoría de ellos son relaciones de amistad y de cooperación y solidaridad, que nuestro país ha contribuido con programas sociales en buena parte de los países de la región y contribuye hoy y además ha sido activo y ha sido reconocido por contribuir al proceso de paz en Colombia pagando incluso un costo político grande por mantenerse en ese esfuerzo solidario con una nación hermana de América Latina y el Caribe.

Está la sucia campaña contra los servicios médicos que presta Cuba en muchas partes del mundo acusándonos de que se asocia a la trata   de personas y a la esclavitud. Se llega al punto de aprobar unos fondos que se distribuirían a través de la USAID que es la Agencia de Cooperación de Estados Unidos para comprar testigos que vengan y digan que ellos tienen evidencias de que con la cooperación y servicios médicos internacionales de Cuba se practica la esclavitud o trata de personas.

Este esfuerzo de Cuba, elogiado por muchos gobiernos del mundo, por algunos políticos de EE.UU. y por lo menos por dos Secretarios Generales de Naciones Unidas, cumple estrictamente con las normas y principios de esa organización sobre la cooperación sur sur que descansa en la noción de la complementariedad entre países en desarrollo, en que cada cual aporta lo que tiene. El cooperante de la salud cubano que presta en un país, para poder considerarlo víctima de la trata de personas tendría que ir engañado  y todo cubano sabe a dónde va, a que país va, a qué territorio va y cuál es su misión. Tendrían que estar restringidos sus movimientos, no poder moverse y bajo vigilancia.

Todo el que conozca un poco sobre esto sabe que es un absurdo, pues no se puede tener a decenas de miles de profesionales en el mundo con un guardia al lado, es imposible. En tercer lugar se dice que no reciben retribución. El médico o profesional de la salud que va a un país, mientras está en la misión recibe íntegramente su salario en Cuba, por tanto, recibe un pago por la actividad profesional que realiza y en adición recibe en el país de destino un estipendio que es muy superior al salario de él y al salario de sus colegas en Cuba.

Por tanto es una absoluta falacia decir que se trata de personas que no reciben ingresos.   Sin embargo, esto es fuente de represalia contra Cuba y fuente de presión contra terceros gobiernos que reclaman estos servicios y constituyen además, un insulto y una ofensa a los gobiernos que participan en esta cooperación.

Se suman las leyendas con respecto al tema de los derechos humanos y otras falacias promovidas por un país cuyo récord en materia de abusos y atropellos en este tema, están ampliamente documentados; atropellos que se cometen dentro de EE.UU. contra la población estadounidense y en otras partes del mundo. Es un país además con una trayectoria de respaldo a varios de los regímenes más atroces que ha conocido la humanidad y aliado del genocidio y de las operaciones de limpieza étnica, no en el pasado, sino que se cometen hoy en este mundo. 

Sobre la base de estas mentiras y estas falacias utilizadas como pretextos, el gobierno de Trump impuso contra Cuba la política que él mismo llamó de máxima presión económica y que Biden ha continuado aplicando y que implica en la práctica el reforzamiento del bloqueo a una escala sin precedentes. 

 

 

 

 

 

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Carlos Fernández de Cossío

Diplomático cubano. Director General para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores.


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