Por: Rosa María Fernández
En la última década, la infraestructura de agua potable y saneamiento para América Latina y el Caribe decreció en un 43 por ciento, según Cepal.
Para Alberto, un agricultor caribeño con más de 20 años de experiencia, cuando se secan las cañas y el río, la cosa es demasiada seria.
¿Cómo no sentir el estrés hídrico y climático, si 2.200 millones de personas en todo el mundo viven sin acceso al agua potable?
Habitada por unos 662 millones de personas, Latinoamérica aloja un 30 por ciento de los recursos hídricos mundiales; sin embargo para el 25 por ciento de la población de esta región -unos 166 millones de personas- la situación continúa crítica por falta de acceso al valioso líquido.
A esto se suma el drama del insuficiente o nulo tratamiento a más del 50 por ciento de las aguas residuales en la región, donde unas 431 millones de personas (66 por ciento de la población), no cuentan con la depuración adecuada.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) registra la cifra inaudita -en el mundo- de más de 10 millones de seres humanos defecando al aire libre, fundamentalmente en las capitales nacionales y una cifra superior a los 300 millones de personas, no son beneficiados con un sistema de alcantarillado en las zonas periurbanas y rurales.
En la última década, la infraestructura de agua potable y saneamiento para América Latina y el Caribe decreció en un 43 por ciento, según informa la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Enfrentar la escasez de precipitaciones
Con suficientes argumentos científicos, se ha demostrado que el cambio climático produce un aumento de las temperaturas, lo que agrava el impacto de la sequía y reduce la disponibilidad de agua. Por ello, se impone anticiparse a la calamidad y establecer mecanismos que ayuden a los agricultores a enfrentar la escasez de precipitaciones.
Justo en la sede de la Cepal en Santiago de Chile, país que ha enfrentado una extrema gravedad hídrica, se aprobó la Agenda Regional de Acción por el Agua en febrero del 2023. Dicho sumario fue expuesto en la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Agua, celebrada en marzo de este año en la sede de la ONU en Nueva York, Estados Unidos.
Lo que se predijo, llegó. El mundo vive una crisis de agua dulce. La tendencia es a aumentar y con ello las tensiones y conflictos por el líquido vital. Por ello se imponen políticas de regulación del agua, tanto como el incentivo de nuevas inversiones, con asociaciones público-privadas que faciliten oportunidades financieras innovadoras.
Aún conservamos un tesoro oculto, el agua subterránea. Significa aproximadamente la mitad del líquido potable en el mundo, proporciona un 40 por ciento del agua para uso agrícola, casi un tercio para consumo doméstico y el resto para la industria.
El curso del agua bajo la tierra es la base que mantiene el caudal de los ríos, evita el hundimiento del terreno y la intrusión del agua marina, por lo que sostiene el ecosistema y es significativo en el proceso de adaptación al cambio climático.
Particularmente en el Caribe, el agua subterránea representa alrededor del 50 por ciento del uso múltiple, porque el elemento que se acumula en la superficie -por temporadas- tiende a ser muy escaso.
Con relación a los cambios del clima, el informe ante la ONU del 2023 define que: “El agua es fundamental para erradicar la pobreza”. Igualmente reseña que Latinoamérica y el Caribe han sufrido grandes desastres, lo que reportó el 15 por ciento de los fallecimientos, el 6 por ciento de los afectados y un 53 por ciento de las pérdidas económicas mundiales.
Asociado al incremento de la temperatura, se prevé un aumento de las precipitaciones en el oeste de la Amazonia y Suramérica. También pronostican en el curso de 2050 y 2070, una tendencia a la sequía y escasez de lluvias de hasta un 20 por ciento en el noreste de Brasil, México, Centroamérica y el Caribe; comparte la doctora Silvia Saravia Matus, oficial de Asuntos Económicos de la Unidad Agua y Energía de la Cepal.
Matus califica a América Latina y el Caribe como una región relativamente abundante en recursos naturales y gran proveedor de alimentos, lo que representa un 16 por ciento de las exportaciones agrícolas mundiales. Igualmente indica que el 45 por ciento de su generación eléctrica proviene de hidroenergía.
Toda esta fortaleza natural, es también el centro del actual impacto negativo medioambiental, vinculado a las formas de organización social.
Para la agricultura, significa el 70 por ciento de la deforestación en la región y la inactividad de los embalses de las hidroeléctricas por inundaciones o extremas sequías.
Si el mundo se preparara para asegurar hasta el año 2030 el agua potable a todas las personas, a corto plazo podríamos disfrutar del beneficio humano y la rentabilidad. Esto sería posible con la inversión del 1 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial.
El #CambioClimático ha empeorado la escasez de agua en Seychelles 🇸🇨🏝️, ocasionando graves inundaciones y períodos de sequía más largos.
— ONU Desarrollo (@pnud) March 24, 2023
Para revertir esta tendencia, las comunidades locales y @UNDPSeychelles están acelerando la #AcciónPorElAgua.
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Pensemos en el continente africano, el primer afectado con la escasez de agua y la negativa tendencia a desvanecer la paz entre países, porque en 90 por ciento de los recursos hídricos se encuentran en zonas fronterizas. Por ejemplo, la cuenca del Níger es compartida por nueve países, resaltando al país más poblado de África: Nigeria, con 216 millones de habitantes. A tenor con las proyecciones demográficas para 2050, los tres países más poblados serán India, China y Nigeria.
El clima seco y la falta de infraestructura es también grave para Camerún, Benín, Costa de Marfil, Burkina Faso, Chad, Guinea, Mali, Níger, Nigeria, Somalia y Kenia.
Jean Lapègue, portavoz de la ONG Acción contra el hambre, alerta sobre los niños. “Hoy en día, un niño menor de cinco años tiene un riesgo 20 veces mayor de morir de una diarrea, provocada por un problema de saneamiento de agua, que de morir en un bombardeo. Las enfermedades hídricas son la primera causa de mortalidad infantil”.
El agua como pilar del desarrollo sostenible
En nombre del G77 más China, la vice primera ministra de Cuba, Inés María Chapman, destacó en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, celebrada en Nueva York el 22 de marzo de 2023, la importancia del preciado líquido como pilar del desarrollo sostenible.
Cuba asumió por primera vez en enero del 2023 la Presidencia pro tempore del Grupo de los 77 más China (G-77) -un mecanismo intergubernamental fundado en 1964 por miembros del Movimiento de Países No Alineados- compuesto por 134 naciones de América Latina, África y el sur de Asia.
En este también se encuentran China y Brasil, dos de las economías más grandes del mundo. En el periodo en curso, se dará prioridad a reforzar la unidad, la cooperación y solidaridad internacionales.
La titular cubana Inés María Chapman insistió en que son los países en desarrollo quienes más necesitan financiamiento internacional, capacitación y transferencia de tecnologías ecológicamente racionales para lograr eficiencia en la gestión del agua. Al mismo tiempo, reiteró la necesidad de aumentar la Asistencia Oficial para el Desarrollo destinada al sector hidráulico.
“En la actualidad, más del 50 por ciento de las ciudades del mundo sufren situaciones frecuentes de escasez de agua. Las estimaciones sugieren que se necesitarán 6.7 billones de dólares para 2030 y 22.6 billones para 2050, para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible”, insistió ante la ONU.
Particularmente sobre la mayor de las Antillas, habló acerca del programa de la “Voluntad Hidráulica”, liderado por el comandante en jefe Fidel Castro. La evidencia es que el agua almacenada creció, de un poco menos de 50 hm3 en 1959, a más de 14 115 hm3 (hectómetro cúbico, es una unidad de volumen equivalente a un millón de metros cúbicos).
Destacó además la construcción -por el Gobierno revolucionario- de 242 presas, 800 micropresas y más de 16.000 captaciones subterráneas. Al mismo tiempo, Chapman denunció los desafíos impuestos por el criminal bloqueo económico, comercial y financiero por parte del Gobierno de Estados Unidos, principal impedimento de Cuba para acceder a financiamientos, nuevas tecnologías y mejorar los resultados en todos los ámbitos.
A pesar de estas limitaciones, Cuba ha desarrollado durante tres décadas programas de cooperación internacional en el sector del agua, en países de África, América Latina y el Caribe.
Una brigada de 23 especialistas cubanos en suministro de agua y saneamiento se encuentran, desde principios de marzo de este año, en Sudáfrica con el objetivo de apoyarlos en la seguridad hídrica. La mayoría del agua que se consume en el país africano es importada.
La agencia Prensa Latina indicó que la cooperación Cuba-Sudáfrica en este ámbito tiene alrededor de dos décadas. Allí gestionan la estructura de abastecimiento de agua a la población, en asentamientos rurales y comunidades desfavorecidas.
La savia de desarrollo
Podríamos imaginar el agua como la savia de desarrollo en todas las comunidades humanas, vislumbramos un suministro sostenible y limpio para beber y cultivar.
Porque nadie escapa al estrés hídrico en esta casa común, cuando en la Europa desarrollada han tenido que trasladar los peces de los embalses para que sobrevivan en otros, por la grave sequía invernal que azota al sur de éste continente.
Muy complicada es la realidad en otras zonas del mundo. Los latinoamericanos son los que más se preocupan por el agravamiento en el acceso al vital líquido, de acuerdo con la Encuesta Radar, realizada junto con Circle of Blue y el Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF). Y no es para menos.
Fue calificada como "megasequía de Chile Central" la compleja situación presentada durante 13 años en el país austral, considerada la sequía más larga en mil años. Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) -2022- la desecación sitúa a Chile a la cabeza de la crisis hídrica de la región.
En 17 países, la escasez de agua ha aumentado en menos de una década, de un 48 por ciento en 2014 a un 61 por ciento en 2022, refiere el WWF, la mayor organización independiente dedicada a la defensa de la naturaleza y el medio ambiente.
Otras realidades aquejan a Perú, donde los operarios deben tratar el agua contaminada por bacterias, basura y residuos de minas abandonadas. Mientras tanto, en Haití los niños intentan llenar grandes recipientes, en cañadas resecas. Ellos no saben lo que significa tener agua potable en casa.
Pero es que la alerta por afectación, viene desde Argentina, Vietnam, Corea del Sur, Colombia, Alemania, Italia, México y Türkiye, etc.
En El Salvador, cuatro de cada diez habitantes reciben agua un solo día en la semana, porque se pierde un 60 por ciento del agua potable dado el mal estado de las tuberías, cifra que aumenta en la zona norte del país centroamericano.
En Vietnam, la tendencia de la demanda es a aumentar 1,5 veces la cantidad actual. Se prevé que necesiten alrededor de 122.000 millones de metros cúbicos cada año a partir de 2030, confirmó el subdirector del Departamento de Gestión de Recursos Hídricos del Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Nguyen Minh Khuyen.
Por su parte, la agencia Prensa Latina reportó en enero pasado una advertencia del ministro de Agricultura y Silvicultura de Türkiye, Vahit Kirisci. La ausencia de lluvias provocó la escasez de agua de los embalses de Estambul (noroeste) durante la temporada invernal. De no llover, indicaron que las reservas sólo serán suficientes para tres meses y medio. En tanto para Ankara e Izmir (oeste), existe disponibilidad para seis y siete meses respectivamente, informó Kirisci al canal de televisión TRT.
Colombia pasó en una década de ser el cuarto país con más recursos hídricos a ocupar el puesto 24, según el informe de la ONU.
Los últimos dos años han sido los peores
"Fíjate si este año la sequía ha sido grande, que las cañas, que nunca se secan, se están secando; las palmas se están muriendo y el río, se quedó sin agua. Las biajacas y camarones que vivían allí ya se extinguieron", cuenta Alberto, quien trabaja la tierra desde hace 20 años en el norte de la región oriental de Cuba.
Para él, los últimos dos años han sido los peores, reseña el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), al tiempo que señala más del 90 por ciento del territorio cubano afectado por sequía meteorológica, de acuerdo con el análisis espacial de los acumulados durante el trimestre diciembre 2022 - febrero 2023.
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