En estos días de calor, y de cierta humedad, no queda otro remedio que tirar un pasillo a tiempo de changüí. La celebración aunó a músicos, melómanos y al público en general, que agradeció al certamen los días de júbilo en la ciudad de Guantánamo.
La Ruta Changuisera desde El Salvador hasta Yateras, que inició con actividades culturales y descargas a lo largo del trayecto entre los municipios guantanameros, distinguió la tercera jornada del Festival Nacional del Changüí "Elio Revé Matos" que realizó del 23 al 27 de este mes.
Tradición y modernidad marcaron esta novena edición que se ha caracterizada por la presentación de lo más representativo del género en el país y noveles exponentes entre los cuales destacaron el popular músico Elito Revé y su Charangón, Oderquis Revé, Juan Guillermo (JG), la agrupación Aire de Concierto, La Cruzada, Zona Franca y los pianistas Ernesto Oliva y Alejandro Falcón, Premio Cubadisco 2013.
La competencia de treseros, marimbuleros, bongoseros y bailadores, con parejas de adultos y niños, junto al encuentro de familias cultivadoras del ritmo y los talleres para aprender a bailar y tocar changüí, constituyen ya tradición en este tipo de evento. Y parece que estos concursos son motivo también de fomento de la tradición. No siempre la juventud (sobre todo) conoce del changüí ni de su historia.
Ahora bien, si usted busca en google, así de rampampán “chagüí”, le aparecerá que es cierto baile de la gente pobre, refiriéndose a Cuba y Puerto Rico, pero la pregunta sería: ¿Pobre de qué y en qué?
Según el doctor Fernando Ortiz en su libro de afronegrismos lo define como: “Cierto bailecito y reunión de gentuza (...), quizás changüí será la demostración de gozo o alegría del autor de la baya o chasco, introduciendo el vocablo por los esclavos en sus juegos con los niños blancos”. Para disfrutar y conocer el changüí, Guantánamo es una escala obligatoria. Si llega allí, experimentará el placer de sentir La Magia de lo Auténtico.
El Changüí, el Nengón, el Kiribá, son expresiones musicales primogénitas que solo en Guantánamo usted encontrará y que se mantienen vivas como el primer día. El comienzo de este género en Guantánamo se remonta al siglo XIX, donde familias enteras iniciaron y mantienen esta tradición desde aproximadamente 1860, cuando se reunían en fiestas que no acababan nunca en las zonas de Yateras, El Salvador, Manuel Tames y Guantánamo. Está enmarcado en un contexto socio histórico 1871 a 1899 que permite una mayor fusión de diferentes clases sociales.
Su compás es de 2×4,, con letras ocurrentes, de acuerdo a las inspiraciones del cantante, la copla o la expresión realizada por los integrantes del grupo al unísono y el montuno, donde un solista lleva la guía y realiza las improvisaciones alternando con el coro que corresponde al estribillo. Anteriormente tenía su período de auge en la Navidad, Noche Buena, fin de año y fiesta de santos.
Algunos de los nombres que aparecen en la historia del Changüí: Chito Latamblé, Antonio Cisneros, Ñico ya, Eduardo Goulet, Pipi el rey del Changüí en Yateras y director del Grupo Estrellas Campesinas, Asunción Gainza, tresera comparada con cualquiera de las mejores de su tiempo, María Guevara, quien deslumbraba con el bongó, Roberto Bauta, autor del antológico tema El Guararey de Pastora, la singular bailadora Evelia Noblet, el carismático Saturnino Olivares, Nino, hasta llegar a los más jóvenes y continuadores de una tradición como el guajiro Celso Fernández, la voz obligada e inconfundible de Mikiki, y la nobleza y talento de Ariel Daudinot, El Zorro.
El Changüí constituye no sólo una clase de música muy específica, sino igualmente una manera de festejo popular interfamiliar con música-verso, baile y diversión, de relación gesto-música, y hasta de expresión psico-musical y cultural, arraigadas en costumbres y un modo de vida que tipifica a zonas rural-urbanas guantanameras y otras circundantes.
El desafío será en mantener dicho evento que, si bien solo ha realizado tres ediciones de la Ruta Changuisera, promete extenderse en el panorama musical de la región. También habrá que replantearse sus conceptualizaciones en diccionarios y leyendas, además de insertar teoría a la práctica y viceversa.
El changüí es un golpe sonoro y de tradición, y sus cultivadores lo han tenido claro. La música y el baile se ha hecho popular, alternativo incluso. Entonces es válido cuestionar, ¿es el changüí “cierto baile de la gente pobre”?
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