“Fallece Eusebio Leal, historiador de La Habana”; y la noticia hizo que aquel 31 de julio del 2020 quedara para siempre marcado, con tinta negra, en las páginas de nuestra historia.
Hoy se cumplen cuatro años de su ausencia física, sin embargo, lo que engrandece a un hombre persiste en la memoria. El legado imborrable de Eusebio Leal Spengler, el historiador y arquitecto del alma de La Habana, no ha muerto.
“Me ha gustado siempre mucho caminar. Soy un caminante, cuando no camino me siento triste y hasta neurasténico; tengo que caminar. A veces, sobreponiéndome a todo, camino”. (Eusebio Leal)
Se marcha y deja tras sus pasos el vacío insondable que resuena aún en los rincones de su Habana, cuya identidad encarnó y defendió apasionadamente.
Eusebio Leal Spengler fue un intelectual de vasta erudición, con una extensa trayectoria y accionar, entre tanto, un ensayista y un investigador histórico que exploraba la compleja trama de la identidad cubana. Sus análisis profundos y su capacidad de comprensión le permitieron trascender los límites de la academia, convirtiéndolo en un referente ineludible para comprender la evolución de esta nación y su vínculo indisoluble con su capital.
Era un intérprete visionario que, a través de sus apasionadas narraciones televisivas, invitaba a recorrer las calles adoquinadas, a apreciar la majestuosidad de los edificios coloniales y a escuchar aquellas historias que susurraban las fortalezas. Fue un guardián celoso, un fiel conservador de la historia y la cultura que conforma nuestra cubanía. No toleraba el abandono o lo mal hecho, pues sabía que la preservación de la historia material de La Habana era fundamental para mantener viva la esencia de esta urbe única.
La Habana, con todos sus matices y belleza, era el lienzo sobre el cual Leal plasmaba su visión. Cada calle, cada edificio, cada rincón evocaba para él un pasado que debía ser protegido y celebrado.
Su perseverancia y exigencia se convirtieron en un referente para generaciones de cubanos que, prendados por la historia que nos forjó, también se rehúsan de renunciar a la preservación de este legado.
Hoy, cuando recordamos la partida de este incansable guardián de la historia habanera, la ciudad le rinde un homenaje perenne, pues la huella que Leal dejó en sus calles, en las plazas y en el corazón de su pueblo es imborrable.
Roberto Daniel
3/8/24 18:46
Que lindo escribe esa muchacha 🌟
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