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miércoles, 25 de diciembre de 2024

Julio Batista Delgado: Del microbio a la nube

Desde su sapiencia de actor, locutor y agudo periodista, Julio Batista Delgado ha sido uno de los pilares de la cultura cubana en las últimas décadas...

Jesús Arencibia Lorenzo en Exclusivo 13/10/2013
4 comentarios
Julio Batista Delgado
Su voz de hierro macizo puso timbre a los noticieros ICAIC latinoamericanos de Santiago Álvarez.

Algún día en Radio Progreso habrá un monumento a Julio Batista. Tal vez el escultor destaque su filosófica barba, su sonrisa de hombre valiente y bueno, o sus manos veteranas; que aun sin la precisión de antaño, han tecleado incesantemente toneladas de ideas, o se han agarrado fuerte a las barandas y pasillos para subir a la redacción, los cuartos de edición, las cabinas.

Algún día en Radio Progreso habrá que declarar Patrimonio Periodístico de la Humanidad el cuartico caótico en el que los tomos de Martí se hermanan con las viejas cintas, y con los guiones llenos de ingenio, y con los micrófonos vetustos, y con la añosa maquinita de escribir.

Habrá que poner una tarja donde se explique que en ese cuartico de Julio surgieron algunas de las pasiones que después cruzarían el éter del siglo XX en la isla, convertidas en rotundos editoriales, filosos comentarios, estremecedoras crónicas, hondísimos documentales…

Recuerdo que en esa estrechez, tan ancha, nos recibió un día hace varios años como novatos estudiantes de Periodismo, y él, ya un consagrado, recostó su dedo índice contra la sien majestuosa y comenzó a impartir la clase que aún nos dicta.

Pero la lección no era solo para nosotros, que lo escuchábamos embobecidos; Julio, había comenzado su magisterio de radialista, de creador, mucho antes. Su voz de hierro macizo puso timbre a los noticieros ICAIC latinoamericanos del maestro Santiago Álvarez y se hizo compañera legendaria de la épica en la serie televisiva En silencio ha tenido que ser.

Un poco más atrás, había sido actor y locutor en aquellos melodramáticos espacios de la CMQ de los años 50, y después sería redactor, guionista, hombre orquesta en varias emisoras nacionales. También conocerían su talento Radio Pekín, en China; Radio Nacional de Angola y Radio Sandino, en Nicaragua. En esta última, conjugando la efervescencia reporteril con la defensa de su propia vida.  

Aunque quizá la plenitud de genio llegaría más tarde, cuando fundó el agudísimo Punto de Vista, para el siempre polémico ejercicio de la opinión, y aún más: para dar voz a los que vienen de vuelta de mil entuertos burocráticos. O cuando concretó el antiguo sueño de dialogar diariamente con el Apóstol, y sembró en los oídos, desde 1990, la convicción de que “Este es nuestro José Martí”.

Mucho aún se especula si el timbre del Maestro pudo ser grabado en un cilindro de cera a fines del siglo XIX; pero para los cubanos de las últimas generaciones, el torrente de Julio ha encarnado al Universal, en cinco minutos diarios que suman no sé cuántos versos, trillos, amores.

Y ahí está, día a día, aferrado a su sacerdocio con la bandera de la bondad, para develarnos, no sin asombro, cuántas historias y esperanzas humanas pueden caber del microbio a la nube.

 


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Jesús Arencibia Lorenzo

Se han publicado 4 comentarios


Mercedes Batista
 25/5/15 20:28

Solo quiero saber como estas?

Jesús Arencibia Lorenzo
 14/10/13 14:12

Gracias, profes Menchaca y Elio por su lectura tan amable. Un abrazo a ambos.

Elio Menéndez
 14/10/13 8:51

Gracias Jesús por tu justo reconocimiento al profesor Julio Batista, una institución dentro del periodismo radial cubano. HONRAR HONRA.

Raúl Menchaca
 13/10/13 12:22

Excelente trabajo a la altura de un profesional de la radio que es cátedra y ejemplo.

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