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sábado, 5 de octubre de 2024

Contarnos La Habana: Ciro Bianchi Ross

Treinta joyas documentales son puestas en nuestras manos por Ciro, cuyas notas explicativas a modo de guía invisible complementan la información correspondiente a cada escrito recuperado del paso del tiempo sobre la capital cubana...

en Cubarte 28/03/2024
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La Habana: ciudad contada
La Habana: ciudad contada, libro de Ciro Bianchi Ross

Por: Aurelio Francois

La Feria Internacional del Libro de La Habana 2024 -extendida por todo el país hasta concluir en Santiago de Cuba a fines del actual mes de marzo- volvió a ser una feliz celebración de la lectura en todos los sentidos, no sólo por sus novedades editoriales y amplia programación cultural, sino también por la posibilidad de encontrar algunas obras de nuestros escritores favoritos, que aún teníamos pendientes de leer.

Eso es el caso del libro “La Habana: ciudad contada” que he logrado añadir a mi biblioteca cinco años después de publicarse por la Editorial Arte y Literatura, con autoría de nuestro Ciro Bianchi Ross.

Y digo nuestro, porque todos los cubanos nos sentimos emparentados en cierta medida con este señor de la palabra -oral y escrita- capaz de llevarnos varios siglos atrás y adelante de un pestañazo, como demuestra especialmente en estas 456 páginas, que comienzan por el documento del año 1598 en que Hernando de la Parra describe los orígenes de La Habana, y culminan con un texto “habanero” firmado por Manuel Vicent en 2012.  

Entre ambos extremos, treinta joyas documentales son puestas en nuestras manos por Ciro, cuyas notas explicativas a modo de guía invisible complementan la información correspondiente a cada escrito recuperado del paso del tiempo sobre la capital cubana, con títulos y autores tan interesantes como puede apreciarse desde el propio Índice, en este orden:

 

- Los primeros años  (Hernando de la Parra)

- Un italiano andariego  (Giovanni Francesco Gemelli)

- Habaneros vistos por un inglés  (Francis Robert Jameson)

- Informe al dejar el gobierno de la Isla  (Miguel Tacón)

- Visita del Mayordomo Real  (Charles Augustus Murray)

- La realidad excedió cuanto pudimos imaginar  (Fanny Erskine)

- Visión de un escritor romántico  (Jacinto Salas)

- Modales, hábitos y diversiones de las señoras  (Matilde Houston)

- Hacerse la sueca  (Fredrika Bremer)

- Mediados del siglo XIX  (Antonio de las Barras)

- Los límites del robo  (Julia Howe)

- Una norteamericana en el Cerro  (Eliza Mchatton-Ripley)

- Dentro y fuera de la muralla  (Louisa Mathilde Woodruff)

- Tras las huellas de Céspedes  (James J. O´Kelly)

- Escribe el tratante de chinos  (Nicolás Tanco y Armero)

- Vacaciones de invierno en tierras de verano  (Julia Newell jackson)

- La toda Habana  (Tesifonte Gallego)

- La calle de la Muralla y la Acera del Louvre  (Luis Morote)

- El visiteo matinal  (Orestes ferrara)

- Tres visiones sucesivas  (Rubén Dario)

- La isla del azúcar  (Vicente Blasco Ibáñez)

- Quemando gasolina, confesiones de un botero  (Lino Novás Calvo)

- Cuba dentro de un piano  (María Teresa León)

- Recuerdos del poeta  (Pablo Neruda)

- Aire de La Habana  (Luis Cernuda)

- Puerta luminosa  (Juan Bosch)

- Lo que vio Sartre  (Jean-Paul Sartre)

- Aquella noche en La Rampa  (Darío Carmona)

- Alamar, o las mil y una noches del trópico  (Julio Cortazar).

- En bicicleta  (Jorge Timossi)

- Morir en La Habana  (Freddy Ginebra)

- La Habana  (Manuel Vicent).

Qué podríamos añadir sobre un libro de Ciro Bianchi Ross (La Habana, 1948), máxime si trata acerca de nosotros mismos: habaneros, cubanos, caribeños…

Como expresó el Dr. Eusebio Leal en el prólogo que escribió para el amigo bueno y generoso:

“Al autor de esta obra deben los cubanos, y en particular los habaneros, el haber dado a conocer, con la palabra viva y a través de sus crónicas periodísticas, acontecimientos cuyos matices y singularidades pasaron a formar parte de una memoria extraviada en el tiempo.

Ciro nos ha enseñado a reír y a asumir como propio un legado que abarca todo el universo encerrado en la virtud de su pluma, y en el metal y la cadencia de su voz; porque una conferencia pronunciada por él es un disfrute intelectual, algo que nos saca de la pesantez de lo cotidiano.

Gracias a su acuciosa voluntad de investigar y a la paciencia de escuchar el testimonio de los testigos, lo mismo nos devuelve una esquina de la ciudad, que reconstruye la personalidad velada de no pocos individuos, quienes aparecen no ya como fantasmas del pasado sino como los obreros del tiempo.”

¿Podría alguien imaginar mejor invitación para la lectura de ese libro que estas palabras dedicadas a su autor?

Seguramente no, por eso concluimos con la certeza de que pronto nos encontraremos en “La Habana: ciudad contada” junto a Ciro Bianchi, en su triple condición de excelente autor, habanero de nacimiento y profesión, así como inspiración de muchos colegas y coterráneos a lo largo y ancho de nuestro país.

 


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