Con los Van Van, siempre arrasando

“Sí, soy Vanvanera”, respondí a una amiga que me preguntaba hoy bien temprano, extrañada por encontrarme escuchando música de Los Van Van apenas amaneciendo. Y para ser sincera, creo que el término es uno de esos cubanismos de este archipiélago, pero bien vale la pena su uso en este caso.

Minutos después reflexionaba nuevamente: "Claro que lo soy, ¿cómo no serlo?" Y es que para los cubanos de las últimas 4 décadas seguir a la legendaria agrupación, cantar y bailar a su ritmo, tararear sus canciones, hacerlas propias y llevarlas consigo a donde quiera que vamos, es parte de nuestra propia esencia como país, como cultura. Por eso hoy recordé su aniversario y quise homenajearlos escuchando algunas de sus primeras melodías, aquellas cuyo estreno no viví, pero que ellos mismos y la trascendencia de lo que durante estos años han hecho, se han encargado de mantener vivas, de que se conozcan y se canten, que nunca sean obsoletas ni "pasadas de moda", como dicen algunos por ahí.

A los cubanos nos pasa algo sublime con Los Van Van: ellos se renuevan, algunos de sus músicos salen de la banda y otros nuevos llegan, pasa el tiempo y se posicionan otros géneros musicales en el gusto de las nuevas generaciones, pero el llamado Tren de la Música cubana emerge, renace, se fortalece y no pierde nunca ese encanto abrazador que la distingue, la diferencia y la hace única, "cubanísima", nuestra, arrasadora y abrazadora, y hace mover hasta el menos bailador.

A Los Van Van los disfruto en la radio, en un Estadio de Pelota, en el Teatro Karl Marx o en cualquier otro, en la Tropical, en la Tribuna Antimperialista o en la Plaza de La Revolución, tal como lo disfruté en la Escalinata Universitaria en alguna ocasión.

He visto conciertos suyos celebrados en muchas partes del mundo, a personas de las más variadas nacionalidades y edades disfrutar con ellos, aunque no entiendan exactamente las letras de sus canciones, pues solo basta que toquen los primeros acordes para que enganchen a todos con su alegría singular.

No puedo negar que extraño ver entre ellos a algunos de los músicos que hoy tienen proyectos individuales - de gran éxito, por cierto- como Pedrito Calvo y Mayito, pero sigo creyendo que los Formell, Robertón, Yeni o el Lele, acompañados de los extraordinarios músicos de la banda, tienen una mezcla especial que los une y los hace como ellos mismos dicen "seguir estando ahí", en los más alto de la preferencia de nuestro pueblo.

Quizás por ello este mes todo será de celebraciones para los Van Van. Estarán en la Tropical junto a otros muchos músicos cubanos que les regalarán algunos de los que se formaron en esa orquesta-escuela y hoy siguen aprendiendo de ella, compartiendo, intercambiando. Así también dedicarán el próximo año al aniversario 45 de su creación y ya anuncian un gran concierto en París y otros tantos por toda Cuba para hacer de su fiesta, la de todos.

Alguien un día los nombró "Los Beatles de Cuba" en aquel Concierto por la Paz en que brillaron y dieron al mundo un cierre magistral e histórico, el que se necesitaba, el que nunca olvidaremos, el que hicimos nuestro aún cantado por muchas veces.

Y es que los Van Van siguen siendo los mismos, los de la cubanía a flor de piel, los de grandes y sencillos momentos, los de causas nobles y eventos de barrios, los que ganan Premios Grammys, Cubadiscos, van a los Lucas y continúan con ese espíritu incansable de reír, de hacer sentir bien, de parecerse a su gente.

Son realmente esa maquinaria feliz que se supera, se busca una y otra vez, toma nuevos aires sin dejar el camino construido, trazado. Ellos sin dudas, siguen siendo esa gran "maquinaria" que por encima de todo, sigue "arrasando".