jueves, 28 de marzo de 2024

Rasurado: entre la moda y la salud

Eliminar totalmente el vello púbico es una práctica que cada día se vuelve más común entre los jóvenes, pero qué tan sano o perjudicial puede ser...

Mayte María Jiménez
en Exclusivo 03/08/2012
1 comentarios
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Los especialistas aconsejan no utilizar una misma hoja de afeitar para distintas sesiones.

En los últimos tiempos una costumbre se ha generalizado entre las más jóvenes generaciones: el rasurado del vello púbico o monte de Venus, una práctica que deja de ser tabú en las conversaciones habituales de los  hogares, centros de trabajo y estudio, en especial para quienes la siguen por cuestión de modas o porque alegan un mayor atractivo en la intimidad.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría desconoce los riesgos que esta «rutina» puede tener en la salud si no se realiza con la debida higiene y cuidado. Según se ha comprobado en estudios médicos, al eliminar totalmente el vello, se deja expuesta a microorganismos una de las zonas más sensibles del cuerpo.

En esta zona el pelo se encarga de regular la temperatura y actúa como barrera ante bacterias y  gérmenes invasores. Al rasurarse la persona puede sufrir infecciones derivadas de esos microorganismos que entran al cuerpo a través de las pequeñas heridas en la piel.

Entre las molestias más frecuentes se encuentran las inflamaciones en los folículos (donde nace la raíz del vello), alergias, erosiones, heridas o cortaduras que pueden ser visibles o mínimas, y que de no ser tratadas pueden infestarse seriamente. 

Si bien es cierto que el rasurado del pubis puede brindar algunas comodidades, en especial para quienes sufran de ladillas, para los días más calurosos, o incluso por simple estética, no se pueden obviar las graves consecuencias que pueden originarse de no proceder con una adecuada higiene.

Una de las malas prácticas más frecuentes sucede entre los adolescentes, quienes muchas veces se prestan objetos personales como las cuchillas de afeitar. Entonces se genera una cadena de contagio, que va de cuerpo en cuerpo. Y lo peor es que los problemas no solo ocurren al rasurarse, sino que pueden presentarse antes y después, al aplicar pomadas no verificadas para aliviar la picazón, al entresacar vellos enconados con objetos no esterilizados y al realizar peinados o cortes complejos como trencitas, figuras geométricas, nombres de personas, etcétera, que van contra la dirección del crecimiento del vello o halan estos bruscamente.

"ATRACTIVOS" ÍNTIMOS 

Uno de los pretextos más socorridos por muchachas y muchachos para poner en práctica el rasurado del pubis es que esta práctica posibilita una mayor excitación sexual, pues el cuerpo se vuelve más atractivo en la intimidad cuando está desprovisto de estos vellos.

Tanto para los hombres como para las mujeres esta manera de exhibir su erotismo resulta más sexy, incluso sienten que es más higiénica, y hasta se ha planteado que aumenta las sensaciones genitales.

De hecho se asume como parte del lenguaje corporal, pues no podemos olvidar que la imagen del cuerpo y la conformidad que se sienta con este no son factores pasivos en una relación y hasta pueden determinar su pleno disfrute.

Eso sí, esta práctica le resultará atractiva a la pareja y puede enriquecer la relación sexual, en la medida en que a ambos miembros les resulte cómodo y les guste, por lo que es muy importante la comunicación y el intercambio de criterios para que nadie se sienta obligado.

No son pocos los psicólogos y terapeutas sexuales, en varios trabajos consultados, que advierten que si uno de los amantes se siente presionado a admitir o realizarse el rasurado, por el mero hecho de ser una moda, o por la exigencia o deseo de su pareja, entonces tendría resultados negativos, porque es una imposición de género que merma la posibilidad de un desempeño erótico adecuado.

Esta no es una costumbre que deba gustar a todos, además de que en el coito, durante el roce continuo los vellos o cañones de la persona afeitada pueden provocar laceraciones a su pareja, y si se produce la entrada de líquidos seminales o de pequeñas partículas de sangre contaminada puede ocurrir el contagio, independientemente de la protección.

Estos traumatismos, en mayor o menor grado, pueden ser la puerta de entrada a infecciones peligrosas, y si las personas asumen una actitud incorrecta ante el rasurado, la situación se torna más compleja.

Recordemos que los poros pubianos se dilatan con el rasurado, abriendo una puerta al líquido seminal, o sea que, si por casualidad se provocaron heridas en esa zona los riesgos de transmisión de alguna enfermedad aumentan.

Asumir el afeitado como un elemento sano depende en gran medida de lo que este signifique para los miembros de la pareja, y para el cuerpo de quien lo practique, además de la lectura que tenga en la intimidad afectivo-erótica y de la actitud responsable que impone.

Si el afeitado del monte pubiano se realiza sobre la base de actitudes irresponsables e indiscriminadas, provocando traumatismos en dicha zona, se minimiza el aprovechamiento de la actividad erótica, y por tanto surgen insatisfacciones, no solo de índole biológica, sino también psíquica, que deberán luego deberán ser atendidas.

CONSEJOS DE VENUS 

Los especialistas aconsejan como una de las normas elementales que no se debe utilizar una misma hoja de afeitar para distintas sesiones y partes del cuerpo, ya que esta puede oxidarse y provocar infecciones, o extenderlas hacia otras zonas.

En el caso de las ceras depilatorias estas tampoco deben ser reutilizadas, pues tienen alto riesgo de contaminarse e intoxicar la piel, además no es recomendable depilarse si posee otras opciones, porque la zona pubiana es muy sensible y el dolor sería extremo.

No obstante, si lo va a realizar debe siempre utilizar pinzas esterilizadas; y si el corte del vello púbico se realiza con una tijera, debe evitarse el contacto con la piel y solo erradicar el vello en la medida de su gusto.

Con las máquinas de afeitar eléctricas es preciso asegurarse de que esté limpia y realizar un corte suave, que no presione la piel ni hale los vellos. Y para los que llevan la creatividad a esta práctica y gustan de realizar «dibujos» con los vellos, deben hacerlo con extremo cuidado para evitar daños.

Por último, en el caso del rasurado de la vulva y el pubis, una vez que se requiera para una intervención quirúrgica es mejor realizarlo en el propio quirófano, pues está demostrado que la colonización del estafilococo epidérmides y otras bacterias se establecen varias horas después del corte raso del vello. 


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Mayte María Jiménez

Periodista del Diario Juventud Rebelde y editora del Suplemento En Red, dedicado a Ciencia, Salud, Tecnología y Medio Ambiente. Aborda temáticas relacionadas con juventud, sociedad, salud, ciencia, economía y otros tópicos de la actualidad nacional de Cuba. Coautora del libro Periodismo incómodo: la cuadratura del círculo, de la Editora Abril

Se han publicado 1 comentarios


Roberto Eliades Bermúdez Tamayo
 3/9/12 9:22

Hola:A Mayte María Jimenez en una ocasión te quise escribir a mayte@jubentudrebelde.cu pero no lo logre y quisiera comentarte algo,de que manera puedo hacerlo.

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