Cosas del Orinoco

Al siguiente día de romperse el principal de los obsoletos equipos para imprimir el periódico de Villa Clara, Vanguardia, entré al mundo donde paradójicamente, suelen llamar nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones a las que más rápidamente envejecen.

Por aquellos tiempos de los 90 del siglo pasado abundaban los apagones. Y lo peor era que además de los cortes programados, los había imprevistos, por lo que muchos indagábamos las causas, que eran explicadas por los eléctricos con frases de su jerga.

Como que sin energía eléctrica las nuevas TICs (tecnologías de la información y las comunicaciones) no funcionan, y tras una larga espera en un Joven Club de Computación y Electrónica para Teclear (así le decían a lo que hasta entonces, con las viejas máquinas de escribir, llamábamos Mecanografiar) indago telefónicamente cuánto demorarían en reparar la rotura.

La cortante y tajante respuesta de un amigo de la entidad eléctrica fue:

-Ya, ya. No te preocupes que ya voy a cerrar ahora mismo.

¡Y colgó!

No solo fui a dar un paseo, sino que dije a los demás que podían hacer lo mismo porque los trabajadores de la electricidad iban a salir, pues estaban cerrando sus oficinas.

Al trasladamos a un circuito sin afectación, no nos enteramos de que apenas me colgaron el teléfono, estaba restableciendo el servicio, pues para hacer el arreglo Abren el circuito, y al finalizar lo Cierran, es decir conectan la línea, y es a lo que llaman cerrar.

Con el atraso para teclear o mecanografiar los textos, y ante mi descomunal desconocimiento de las nuevas TICs, sucedió otro apagón de apenas fracciones de minuto, la computadora se apagó y cuando volví a encenderla, el documento de Word había desaparecido, precisamente a la hora de nuestro cierre, que en la jerga periodística se refiere a la terminar la edición y pasar a la fase de imprimir.

Después de escuchar mis elogios a lo bueno que son las viejas TICs, Odalys Molina, la directora del JCCE de aquellos tiempos, con la misma cortedad explicativa de los eléctricos, antes de irse, dijo:

- Siempre tienes que Salvar, le das control k s y ya.

Pasaron minutos que sentí como si fueran siglos, hasta descubrir que la tecla Control era la que decía Ctrl, y pude Salvar o Guardar lo escrito a la manera de hacerlo con las nuevas tecnologías de los años 90 del siglo 20 que cada vez usan procederes menos parecidos a los presentes.

A todo hay que hacerle salvas, repetía Odalys una y otra vez, e insistía en que no era suficiente conservar el texto en el disco duro de la computadora, sino también en uno o más disquetes que, en aquellos días, eran de mayor tamaño que los pen drive o memorias flash actuales.

SE CAYÓ LA RED

Avanzando en el siglo 21, todavía existen en muchos lugares, aquellos mismos problemas en el funcionamiento de las redes informáticas, y otros nuevos, pero también se generaliza una expresión que engloba cuanto percance pueda presentarse, no importa si alguien tropezó con un cable mal puesto y rompió hasta la tarjeta de red o un conector, o si una fluctuación del voltaje apagó la computadora. Sin investigar para informarle a la larga cola de clientes o usuarios para que sepan a qué atenerse y tomar decisiones, ya sea de manera amable o no, dicen: ¡se cayó la red! Y si alguien quiere saber otros detalles, le explican lo mismo: la red esta caída.

Tampoco importa si se trata de una conexión mediante línea telefónica y que está ocupada porque alguien la usa para conversar, también cabe informarle al prójimo que se cayó la red, y entonces queda trunco el trámite, ya sea para pagar mediante tarjeta magnética o efectuar cualquier otra gestión que antes se satisfacía con bolígrafo, papel o máquina de escribir.

Achacar los desajustes a las caídas de redes es más fácil que ocuparse de gestionar la solución, lo mismo que se incluye dentro del mayor de los facilismos el no indagar cómo hacer inversiones integrales con vistas a adquirir sistemas de medios electrónicos para funcionar con o sin electricidad, y que los datos no se pierdan ni cuando malintencionadamente algún empleadillo quiera hacer daño.

Las nuevas o no tan nuevas TICs no son solo una computadora con un cable, pues están diseñadas para funcionar en cualquier circunstancias, pero para ello hay que presupuestar la compra de todos los medios en el mercado exterior, que es abastecedor del nacional.

Mientras aprendemos la solución para cada problema de las TICs, se encuentra la divisa o sortean el bloqueo económico, comercial y financiero para comprar equipamientos completos, deberíamos buscar soluciones alternativas, en vez del quietismo parapetado detrás de la nueva frase (la red esta caída) que ha venido a sustituir otra que dice: Son cosas del Orinoco, tú no sabes, ni yo tampoco.