¿Chicharrón o carne de puerco?

Cuando a principios de este siglo discutíamos en una muy seria y docta reunión sobre el uso de los sistemas de gestión de contenidos o CMS (por sus siglas en inglés: Content Management System), y unos defendían el uso de uno y otros recomendaban otro totalmente diferente, el colega Frank González pensó en voz tan alta que todos escuchamos, ya casi al filo del almuerzo: “Están creyendo que el chicharrón es carne de puerco”, frase que dio por concluida la sesión matutina del debate en el cual había una tercera posición: No adoptar ninguno de los expuestos por nadie, sino desarrollar uno hecho en Cuba.

Tras una magra ración propiciadora de las explicaciones de Frank en relación con qué es la carne y qué el chicharrón, la discusión de pasillo se alejó totalmente de los softwares, los códigos y todo cuanto tuviera que ver con las tecnologías de la información y las comunicaciones, pero solo en apariencias, pues las definiciones culinarias aludían indirectamente a Joomla, Drupal,  Django, QuipusNews y otros raros nombres que empezamos a digerir desganadamente a manera de postre sabiendo que faltaría el café necesario para mantenernos despiertos en la segunda ronda que tal y como se esperaba, resultó más tediosa y sin llegar a acuerdos por muy profundas que fueran las argumentaciones.

Como colofón al interminable intercambio todo apuntaba en consenso a usar Plone del cual se hizo una exposición abundante en datos y citas de valoraciones de los más reconocidos especialistas en la materia, tanto foráneos como del patio.

Cuando ya todos íbamos en retirada:

-Chang, tu verás que antes de fin de año… de Plone, todos vamos a salir aplonados o aplanados porque el chicharrón es chicharrón como quiera que me lo sirvan.

A mi lado caminaba Daniel Ramos, quien meses después tuvo la infeliz idea de llamarme en plena madrugada:

-Oye, bestia, estamos caminando ahora por la Gran Muralla China.

-¿Y eso a mí que me importa a esta hora?

-Pues a ti no te importará, pero a nosotros con este sol sí nos importa.

Cortada la comunicación telefónica, días después vía correo: “Teminamos dos días en Perú. Es verdad que el chicharrón es chicharrón. Te cuento cuando llegue a Cuba”.

Según Ramos, Frank lo hundió, lo destrozó, “acabó conmigo porque cuando en Lima me recomendaron el chicharrón lo rechacé, pedí otra cosa y me la tuve que comer mientras veía a los demás con el famoso chicharrón que para los peruanos nada tiene que ver con el que dice Frank porque es carne de puerco de verdad, con el pellejo y toda la carne bien frita, sequita…”

NOTA: Como en la susodicha reunión estaba Livia Reyes, nuestra directora, exponiendo sus puntos de vista… espero que no me censure… jejejeje…