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martes, 19 de noviembre de 2024

Cómo usar las redes sociales a nuestro favor (+video)

Los llamados nativos digitales son los niños y jóvenes nacidos después de 1990, que no imaginan al mundo sin esta tecnología...

Alberto Jesús Quirantes Hernández
en Exclusivo 22/02/2021
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Nativos digitales-niños-jóvenes
Los niños poseen nuevas destrezas respecto a las personas de mayor edad, como son la inteligencia visual, la socialización o la capacidad para solucionar a ese nivel problemas por sí mismos. (Madeleine Sautié Rodríguez ).

Internet ha modificado la forma de las relaciones humanas. Muchas buenas y no tan buenas amistades son halladas en el medio virtual.

Los llamados nativos digitales son los niños y jóvenes nacidos después de 1990, que no imaginan al mundo sin esta tecnología y cuya presencia en las redes sociales constituye la gran mayoría. Ellos poseen nuevas destrezas respecto a las personas de mayor edad, como son la inteligencia visual, la socialización o la capacidad para solucionar a ese nivel problemas por sí mismos.

Pero debido a la pandemia, muchas de las personas nacidas antes de la época mencionada también están cada vez más en concordancia con estos medios virtuales de comunicación, y entonces es necesario preguntarse en qué cuantía esta forma de relacionarse con los demás llegó para quedarse y qué se debería tener en cuenta al respecto.

VENTAJAS

Establecerse y dominar a esta recién llegada a nuestra sociedad tecnológica ofrece la tremenda oportunidad de aprender mucho profesionalmente, y esa es una ventaja que no se puede dejar pasar. Pero cuidado con los sitios visitados, pues si bien en la red se tiene total libertad de expresión y la capacidad de hacer llegar o de recibir un mensaje de cualquier rincón del mundo, su memoria es permanente. Cualquier cosa que se proyecte, buena o mala, queda registrada y accesible a cualquier usuario, sumada a una identidad digital formada por la información que se vierte en la red.

Tener poco tiempo libre, residir en otro país o por las restricciones de movilidad impuestas por el coronavirus no son impedimentos para disfrutar de una vida social, laboral o investigativa activa y al día a través de la red.

Independientemente de si el motivo por el que se forma parte de una red social es el teletrabajo, desarrollar un proyecto, dar a conocer algo interesante y útil, publicitar un libro o divulgar información valiosa…;, existe una gran cuestión que subyace a todas ellas y que revela el porqué de su incremento; es la necesidad de comunicarse y el deseo de potenciar las posibilidades al hacerlo, pues las redes sociales también tienen una importante faceta cultural.

Esta tecnología tiene efectos positivos sobre la vida científica, social y económica y ayuda a las personas a proyectar su imagen y su producto más y mejor, y con mayor ganancia, alcance y productividad.

Otra gran ventaja de las redes sociales es el de permitir el medio laboral a través del teletrabajo, pues a través de ellas se pueden iniciar fructíferas relaciones profesionales, intercambiar recursos y, además, ganar íntegramente el salario mensual.

TOMAR PRECAUCIONES

Aunque indudablemente las redes sociales presentan muchas virtudes en el apoyo a las relaciones humanas o laborales, la responsabilidad y la precaución son las mejores aliadas a la hora de evitar disgustos. Por eso es necesario informarse bien acerca de la política de privacidad de la red, establecer las opciones de seguridad de acceso al perfil sobre qué información se facilita y quién puede acceder a ella, y pensar antes de publicar cualquier contenido comprometedor, ridículo, confidencial o personal.

También es imprescindible tener bien delimitado para qué y cuándo usar las redes sociales, de forma que no quiten demasiado tiempo en tonterías y chismes de poca monta, ni que nos desvíen de otras áreas importantes de la vida, como es escribir un material educativo, investigativo y docente de determinada trascendencia.

Es por todo eso que es importante tomar conciencia y distancia para valorar la actividad virtual en su justa medida. Es mejor acceder a las redes sociales a través de una computadora que de un teléfono digital pues en la pantalla grande se encuentran reflejadas otras tareas pendientes, cual fiel recordatorio.

Sumar amigos de forma indiscriminada es otro peligro común. El mejor procedimiento para añadir amistades consiste en leer el perfil de la persona que nos solicita amistad antes de agregarla a la lista de amigos y no añadir por añadir de manera un tanto automática, debe ser una tarea muy selectiva. Tener una larga lista de amigos virtuales para algunos es el modo de demostrar popularidad en la web, aunque es mejor reducir los contactos a los de mayor utilidad y mejorar la comunicación con ellos que tener muchos y no saber qué decir, ni si nos van a leer, a votar, a comentar y mucho menos a comprender.

CUIDAR LA IMAGEN

Muchas veces resulta difícil saber hasta dónde mostrar públicamente los contenidos elaborados por cada cual. Las redes sociales pueden convertir a la persona en una especie de famoso en miniatura e, incluso, no tan pequeño, y requieren una buena gestión de la imagen a la que muchos no están acostumbrados. Combinar un elegante fondo con el buen vestir, un peinado cuidadoso, armonizando la naturalidad y la sinceridad con la prudencia, es lo más efectivo para la foto de portada, sobre todo si lo publicado va acompañado de un video personal. Mostrar solo lo estrictamente necesario y útil. No es realmente recomendable mostrar en el muro personal una verdadera secuencia periódica de imágenes de la vida familiar o personal, pues eso solo pudiera despertar indiferencia o cosas peores.

Por otro lado, no se debe caer en el aislamiento adictivo, derivado de otorgar más peso, más importancia y más tiempo a la actividad social y personal en el entorno virtual que en el real. Las redes sociales dan la posibilidad de comunicarse y promocionarse más, pero quienes no saben administrarse les quitan tiempo a labores más productivas; son un fenómeno muy novedoso y aún no se conoce bien cuál es el efecto futuro que tendrán en la sociedad y en la vida de las personas.


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Alberto Jesús Quirantes Hernández

Profesor Consultante y Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente Dr. Salvador Allende en La Habana, Cuba.


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