Como la mayoría de los cubanos, el investigador Salvador Arias García bebió por primera vez de la savia martiana en la niñez, cuando su padre le entregó aquel viejo ejemplar de La Edad de Oro, que él leyó con gran motivación. Desde entonces, estudiar la obra de José Martí, en especial todo lo relacionado con esta revista que el Apóstol dedicó a los niños, ha sido una de las pasiones de su vida.
Muestra de ello es su libro “Un proyecto martiano esencial: La Edad de Oro”, publicado en el 2011, y donde esboza algunas de las razones que han permitido el milagro de la trascendencia de la revista que José Martí publicara en Nueva York, en 1889.
A sus ochenta años, todavía recorre con el beneplácito de quien lo ha dado todo a una causa, los pasillos de la casona del Vedado que acoge el Centro de Estudios Martianos, lugar en el que se desempeña como investigador desde hace casi dos décadas.
“La propia vida me ha llevado a estudiar la obra que nos legó Martí, en especial La Edad de Oro. Todos estos años he aprendido a conocerla, disfrutarla, y así he podido impartir conferencias sobre ella, donde uno aprende más porque los mismos alumnos aportan muchas interpretaciones sobre los textos que aparecen en la revista”, comenta en diálogo con Cubahora.
El también Doctor en Ciencias Filológicas asegura que La Edad de Oro es un libro que no pasa de moda, pues actualmente constituye el texto más solicitado en Cuba por instituciones, librerías, editoriales… Es leída por niños y jóvenes, citada por adultos, y analizada por numerososinvestigadores.
“Cada año el texto que más se vende en la Feria Internacional del Libro de La Habana es La Edad de Oro. Las ediciones se acaban rápidamente. Inclusive, se había planteado que en el libro aparece información muy antigua, y que está desactualizada, pero hay que tener en cuenta que aquí Martí no se preocupa por la información, sino más bien por la formación del hombre en todos sus aspectos. Y es aquí donde La Edad de Oro es invaluable. En cuanto a la información, hemos tratado, con algunas ediciones críticas, de actualizarla, por ejemplo, en el caso de los nombres de los países”.
Salvador Arias explica que, con el objetivo de llamar más la atención de los niños sobre los contenidos de la revista, que en este 2014 cumple 125 años de su publicación, el Centro de Estudios Martianos está confeccionando una multimedia sobre La Edad de Oro, con muchas imágenes, notas explicativas, textos que hablan de la revista, las fuentes de las que Martí se nutrió para confeccionarla, pero sobre todo con imágenes, porque atraen mucho a los niños de ahora, y les facilita la comprensión. “Aunque te digo que es un libro para todas las edades, no solo para los más pequeños”, especifica.
Para el investigador, la faceta de José Martí como escritor es la que más sobresale en su personalidad. “Es político, revolucionario, artista, es muchas cosas, pero es todo eso a través de la escritura. Su pensamiento llega a nosotros en letras, y es la vía por la cual primero te acercas a Martí. Una escritura excepcional, única en su tiempo, muy especial, y que además todavía guarda secretos que, cuando uno se pone a estudiarla, se asombra por la riqueza que tiene. Una obra de gran vigencia porque era un pensamiento muy centrado en el hombre, en su dignidad, y eso será para toda la vida”.
Menciona también los innumerables aportes del Héroe Nacional a nuestra lengua. “Él conocía otros idiomas, formas de expresión distintas, y todo eso lo incorporó al español con una facilidad tremenda. Tenía la habilidad de escribir textos complejos, que hoy parecen muy rebuscados, y otros más sencillos como La Edad de Oro. Para escribirlos, utilizaba recursos que en la lengua española no se empleaban. A veces él se acerca a los clásicos como Calderón, pero en otras se nutre de elementos modernos, como la posibilidad de comparar los sonidos con los colores, que venía de la literatura francesa, y todo eso lo incorpora a la lengua, enriqueciéndola”.
Pero Martí también era un hombre de acción, le digo… Con una calma propia de quien tiene muchos años de vida, Salvador Arias sonríe, para luego decir: “José Martí estaba dispuesto a dar la vida por una causa: la independencia de Cuba. Ya sea con la pluma en la mano, o sobre un caballo en el campo de batalla, como al final sucedió. En este sentido, él trató de hacer todo lo más que pudo. Fue un hombre de su época, pero para todas las épocas”.
Salvador Arias, investigador exhaustivo de la obra martiana. (Foto: Maylin Guerrero/Cubahora)
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