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domingo, 22 de diciembre de 2024

Matanzas, la de los puentes (+ Fotos)

Contar con el primer puente de hierro de Cuba, el primero de hormigón armado, el único giratorio, cuatro con más de cien años y uno incluido dentro de las 7 Maravillas de la Ingeniería Civil cubana, confiere a Matanzas con justicia el título de Ciudad de los Puentes ...

Yirmara Torres Hernández en Exclusivo 11/11/2015
9 comentarios

Para quienes viven en la ciudad cubana de Matanzas, atravesar los céntricos puentes de Versalles, el de Tirry o el de San Luis forma parte de la rutina diaria. Para acá y para allá pasan automóviles y personas apurados sin reparar en la belleza de esas obras que han adoptando por la costumbre el nombre de las calles o los barrios que unen.

Apenas unos pocos se detienen un segundo para mirar a un lado o al otro y admirar el hermoso espectáculo del río que corre bajo su estructura o de la bahía, próxima y maravillosa. De vez en cuando algún romántico invita a su pareja a recorrerlos a pie, un poeta de los que le nacen a la ciudad les escribe versos, un cantautor canciones, o un fotógrafo de alma sensible los descubre y retrata la maravilla con su lente. Pero hay quienes solo notan su trascendencia cuando los cierran ocasionalmente, de forma parcial o total, por reparación o mantenimiento y entonces el tráfico se vuelve infernal.

Hace poco más de un mes, durante algunas horas del día, uno de los más céntricos puentes matanceros, el Calixto García, o de Tirry, cierra una de sus sendas mientras obreros de la construcción reparan sus aceras, bastante deterioradas por la corrosión. La reparación del viaducto, que implicará también el cambio de las barandas en la parte que da a la bahía y la limpieza de sus columnas, forma parte de una intervención mucho mayor que durará hasta 2016.

Motivada por este y otros intentos recientes por devolver lozanía a los puentes de la ciudad de Matanzas, Cubahora va tras la historia y el presente de esas obras que al decir del arquitecto matancero Ramón Recondo Pérez, “conjugan a la perfección lo mejor de la ingeniería civil y la arquitectura cubanas”.

LA HISTORIA DE LOS PUENTES

No hay otra ciudad en Cuba con más puentes que Matanzas: cuatro centenarios, uno a punto se serlo, más otros 24 de mayor o menor importancia. No por gusto tres de los epítetos con que se conoce internacionalmente a la urbe cubana que acaba de cumplir 322 años están relacionados con ellos: Matanzas “la de los ríos”, “la Venecia de América”, y por supuesto, “la de los puentes”.

Tres ríos principales atraviesan la urbe cubana: el San Juan, el Yumurí y el Canímar. Sobre los dos primeros, que cortan el centro del asentamiento urbano se yerguen cuatro puentes con más cien años y uno que los cumplirá en el próximo 2016. Con tales edades es de suponer que la historia de los puentes en Matanzas es tan antigua como la propia villa.

Según consta en el volumen Puentes de Matanzas,del ingeniero civil Luis González Arestuche y el arquitecto Ramón Recondo Pérez, el primer viaducto del que se tenga noticia en San Carlos y San Severino de Matanzas estuvo cerca de la desembocadura del río San Juan por el año 1722. Luego se construirían ocho más en el mismo lugar. Materiales como la madera y la cantería no serían capaces de resistir el paso del tiempo ni los temporales que azotaban cada poco tiempo a la isla. Cuentan que hubo períodos en los que para cruzar de una orilla a la otra se usaba un andarivel o bongos. Es en ese mismo sitio, cuando en 1890 comienza a proyectarse el puente Calixto García, armazón de hierro que une a los barrios de Pueblo Nuevo y Matanzas.

Más alejado de la desembocadura del San Juan, a la altura de la calzada de San Luis y la calle 2 de Mayo, el primer paso data del año 1834. Dicen que desde sus inicios este puente fue conocido por razones obvias como el de “la carnicería”.

Sobre el Yumurí, por su parte, el primero se construyó en 1732, pero no es hasta 1878 cuando se proyecta el conocido como La Concordia, que permite todavía hoy el paso desde Versalles hasta Matanzas, y es camino obligado para los viajeros que van desde La Habana hasta Varadero.

En el siglo XIX se construirían otros puentes en la también conocida como Atenas de Cuba. Sobre el río Buey Vaca, afluente del Canímar, ubicado a la salida de Matanzas hacia Varadero, el primero se erigió en 1817, y un poco antes de terminar ese siglo se terminaría el conocido como Puente Viejo de Buey Vaca, que aún existe pero no está en uso. Los curiosos lo pueden descubrir a unos pocos metros de la Vía Blanca, inservible y escondido entre la maleza.

Sobre el Canímar, el primer paso se construyó entre 1827 y 1834, pero el majestuoso que disfrutamos hoy, es historia del siglo XX; fue concluido en 1951 y está considerado como uno de los puentes más hermosos de Cuba.

LOS CUATRO CENTENARIOS

Cuatro puentes sobresalen entre los muchos que sirven a la ciudad de Matanzas: el de La Concordia, el Calixto García, el Giratorio sobre el río San Juan y el del ferrocarril sobre el Yumurí, todos con más de cien años en sus estructuras y sin apenas variaciones sustanciales en su tipología durante su explotación.

El que más tiempo atesora es el de La Concordia, cuyas columnas constituyen símbolos de la ciudad de Matanzas. Construido en 1878, muy cerca de la desembocadura del Yumurí, es el primer puente de hierro de Cuba. Fue inaugurado por el entonces Capitán General de la Isla, Arsenio Martínez Campos y su nombre está relacionado con el momento de “aparente concordia” que vivía Cuba tras “la paz” del Zanjón. En 1902 fue rebautizado como General Lacret Morlot, en honor al luchador homónimo.

El segundo lugar en antigüedad lo ocupa el Calixto García, “el de hierro” o “el de Tirry”, que fue concluido en 1897. La estructura metálica fue elaborada en Bélgica y lo más difícil fue su montaje. Es un puente metálico, de tramo recto, con 6,30 metros de ancho y un peso de 504 toneladas. Primero se llamó Romero Robledo, pero a partir de 1899 adoptó con mucha justicia el nombre del patriota Calixto García.

En el año 1904 se construirían los otros dos viaductos centenarios de Matanzas, que permitirían desde entonces hasta la actualidad el paso de los trenes desde la ciudad hasta el puerto. El más asombroso resulta el Giratorio de hierro sobre el río San Juan. Cuentan que la estructura metálica fue traída de Nueva York, y que lo más difícil de su construcción fue la cimentación. Este se puso en funcionamiento junto con otro más sencillo y que da continuidad a la línea férrea sobre el Yumurí.

Al Giratorio se le llamó al principio Puente de Oro, pero enseguida los matanceros comenzaron a llamarle “el puente negro”, por el color negruzco del metal. Único en Cuba, es un puente de acero de tablero inferior y se apoyó primero sobre una base de madera, pero desde 1981 lo soporta una de hormigón. La decisión de hacerlo girar estuvo relacionada con no limitar el trasiego de mercancías en embarcaciones medianas por el San Juan.

Cuentan que giraba 180 grados en un minuto y 40 segundos. Al inicio el motor usaba pilas secas y luego electricidad, y siempre, hasta que dejó de funcionar, contó con un operador. El puente tenía semáforos y aceiteras, y los mecanismos se engrasaban todos los días. Se giraba al menos una vez a la semana, aunque no fuera necesario, algo que se cumplió ininterrumpidamente hasta la década de los 60 del pasado siglo. Pero en 1993, por los 300 años de la ciudad de Matanzas, “el puente negro” fue pintado de aluminio, y en el 2004 se terminó su última reparación, cuando se eliminaron los elementos que permitían el giro.

EL CASI CENTENARIO Y LOS DOS MARAVILLOSOS

Sin llegar a la longevidad de sus predecesores, no se quedan atrás en utilidad y belleza otros tres puentes que son orgullo de Matanzas: el Sánchez Figueras en el centro de la ciudad, y el Antonio Guiteras y el de Bacunayagua, ambos alejados de la urbe en los extremos hacia Varadero y La Habana, respectivamente.

El Sánchez Figueras, conocido también como “el de San Luis” o “el de La Plaza”, cumplirá cien años en uso en el 2016. Este es quizás uno de los más útiles para la vialidad interna de la urbe, pues une a los barrios de Pueblo Nuevo y Matanzas, facilitando la circulación hacia las calles de más actividad comercial. Su nombre lo debe al General de las Guerras de Independencia cubanas, Silverio Sánchez Figueras, quien defendió con ahínco la obra. Fue el primer puente de hormigón armado de Cuba.

Ubicado en el kilómetro 4,5 de la carretera a Varadero se yergue quizás el más elegante de los puentes de Matanzas, el Antonio Guiteras, construido en 1951. Compuesto por tres arcos dobles de hormigón armado, tiene una longitud de 297 metros y una altura de más de 35 metros. Por su altura algunos jóvenes temerarios lo usan para practicar deportes extremos.

Y en la misma frontera entre las provincias de Matanzas y Mayabeque se encuentra el puente de Bacunayagua, considerado como una de las Siete maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba. Con 313,5 metros de largo, 16 de ancho y 110 de altura máxima, se construyó usando la técnica de hormigón mixto. Aunque fue concluido un poco después se considera como fecha de su inauguración el 26 de septiembre de 1959, porque ese día pasaron sobre él Fidel y Raúl Castro, junto a Celia Sánchez y Antonio Núñez Jiménez, quienes iban de paso hacia Matanzas.

¿PUENTES PARA EL FUTURO?

Quizás por su importancia para el tráfico dentro, hacia y desde una ciudad surcada por ríos, los puentes de Matanzas han corrido con mejor suerte en cuanto a mantenimientos, que otras obras arquitectónicas de la ciudad. En entrevista personal con Ramón Recondo Pérez, este confiesa que la publicación del libro Puentes de Matanzas, donde se devela la historia de esas magníficas obras, quizás haya contribuido a sensibilizar a quienes gobiernan sobre la necesidad de mantenerlos y preservarlos.

En opinión de este especialista, quien funge además como presidente de Sociedad de Arquitectura de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros Civiles de Cuba en Matanzas, en los últimos años han sido reparados con bastante calidad el Sánchez Figueras y el de Bacunayagua, y fue salvado de una destrucción inminente el puente del ferrocarril sobre el río Yumurí, el menos llamativo de los centenarios, pero no por ello menos importante.

Y mientras escribo las últimas líneas de este repaso por el pasado y presente de los puentes matanceros, avanza el mantenimiento al Calixto García. Ya se cambiaron todas las aceras, que ahora lucen relucientes.

La gente sigue pasando sobre los puentes, para acá y para allá. El tren pita mientras avanza hacia el puerto sobre el Giratorio que ya no gira, una rastra cargada de combustible franquea abusivamente el de La Concordia, unos pescadores irresponsables echan sus cañas al río desde el Calixto García y unos muchachos estampan sus nombres en las columnas del Sánchez Figueras. Es imposible imaginar esta ciudad sin sus puentes. Puentes que son un apéndice de las calles y de los barrios, que forman parte de ese todo que es la ciudad de Matanzas.

Toco la puerta de la casa de Ramón Recondo Pérez. Me faltaron muchas interrogantes sobre los puentes: ¿son una fortaleza o una debilidad para la ciudad, ¿cuál es el estado de otros puentes más jóvenes?, ¿podrían explotarse los puentes como una atracción turística?, ¿qué atención deben recibir para estar en condiciones óptimas?, ¿no se ha considerado la posibilidad de declarar patrimonio nacional a alguno de ellos?

El arquitecto, que se ha dedicado entre otras cosas a estudiar los puentes matanceros comienza a darme respuestas. Pero esas ya no caben en este trabajo, sino en una próxima entrega desde la ciudad cubana de los puentes.


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Yirmara Torres Hernández

Se han publicado 9 comentarios


El Guia
 6/12/15 15:15

Hermoso trabajo, me ha gustado mucho. Yirmara, dices que el puente de Bacunayagua tiene una altura de 110 metros, aunque hasta donde sé, y así aparece en muchas obras, el puente es de 112 metros de altura. ¿Entonces cuánto mide realmente de alto este puente?

Ojalá que en tu próximo comentario nos digas sobre el puente del Viaducto que se encuentra subutilizado y que fuera construido para aliviar el tránsito de equipos pesados por la ciudad, y que ahora todos los equipos pesados atraviesan Matanzas acabando con sus calles, calzadas y sus puentes. Tampoco se sabe del puente que falta por construirse uniendo el viaducto con Versalles.

El puente de Versalles, ya está muy viejo y por él pasan todos los carros desde y hacia Versalles o La Habana y viceversa, como tambien lo hacen hacia el puerto, y muchos de estos vehículos son bastante pesados, de más de 20 toneladas, ya sean ómnibus, camiones cargados con mercancías, pipas de agua o de petróleo, etc. Esto es abusivo y hace que este viejo puente de hierro se siga deteriorando. ¿Qué sucedería si se tuviese que cerrar este puente? Sin él una parte de la ciudad estaría incomunicada, así como el acceso a La Habana por la Vía Blanca. ¿Qué acciones se tienen previstas para el futuro al respecto, si es que tienes conocimeito sobre ello?

yirmara
 23/11/15 23:19

Me señala el arquitecto Ramón Recondo Pérez, quien leyó el trabajo... que cometí una pifia... cierto, se lo pregunté con insistencia en la entrevista, lo anoté en la agenda... y luego seguí con la idea fija, que además había leído en otros sitios... el puente Sánchez Figueras, o de San Luis, que en 2016 cumplirá cien años de terminado, NO FUE EL PRIMER PUENTE DE HORMIGÓN ARMADO DE CUBA... fue el primero de Matanzas con esa técnica, y UNO DE LOS PRIMEROS DE CUBA. Gracias profe Recondo, y no pierda la costumbre de visitar este sitio, aunque la conexión no le permita comentar. Cumplí con usted. Ah, y un saludo a Luis González Arestuche, quien también leyó el trabajo desde Angola. Saludos para ambos y gracias por todo lo que hacen por la ciudad de Matanzas. Nunca se cansen.

matancera
 13/11/15 13:54

Yirmara, al igual que tu soy una matancera orgullosa. Fui alumna del profesor Arestuche, en la UMCC cuando estudié la especialidad de Ingeniería Civil, y tuve la oportunidad de ver la estructura del puente de Bacunayagua bien cerquita, cuando se le hizo el estudio por parte de los compañeros de la ENIA, y creeme fue una experiencia unica para mi vida profesional. Soy amante de todos nuestros puentes y de nuestra ciudad, asi que gracias por este maravilloso articulo. Ah, y espero el proximo. Saludos.

yirmara
 23/11/15 23:11

Matancera, ya está la otra entrega... la puedes leer en este enlace http://www.cubahora.cu/sociedad/deudas-de-una-ciudad-con-sus-puentes-ii-fotos

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Yahi
 12/11/15 14:55

Hola, me gusto mucho tu articulo y sobre todo lo que mas me impresionó es que tenemos iguales apellidos, en el mismo orden y el nombre parecido, me llamo Yahima, soy avileña y estuve recientemente por matanzas por cuestiones de trabajo y me encanto muchisimo, creo tambien q faltaron muchisimos mas puentes... pero bueno es casi imposible recogerlos todos en un articulo. Saludos de una tocaya jijiji

Livia
 12/11/15 13:23

Qué nostalgia! Porfis, incorpora imagen del puente de Bacunayagua y de Canímar. Son puentes emblemáticos.

Yirmara
 12/11/15 22:20

Del puente de Canímar prometo imágenes para el próximo trabajo, pero el de Bacunayagua está un poco más lejos... Pero siempre podemos usar del archivo...  Creo que sería bueno dedicar un trabajo a los puentes más pequeños... a los pasos peatonales hacia Versalles, que son joyitas también...

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malena
 11/11/15 16:31

Interesantísimo artículo, soy camagueyana pero me gusta mucho mtzas y entre otras cosas, por la belleza de sus puentes y ríos, estaré esperando su próximo artículo de continuación, gracias periodista.

Yirmara
 12/11/15 12:04

Malena, su ciudad es muy bella también... la visitaba mucho en la universidad, porque fui novia por dos años de un camagueyano... si algo envidio de su ciudad es que desde aquel entonces, hace casi 20, años estaba muy cuidada... hoy es una joya... Matanzas necesita mucha atención para que no se pierdan obras patrimoniales importantes... Yo digo que en Cuba hay muchas ciudades hermosas, pero como Matanzas, con esta geografía, ninguna... no es solo por ser la primera ciudad moderna de Cuba, neoclásica... No... es la combinación de los ríos, la bahía, las lomas... el pan de Matanzas... Yo no nací en ella, soy de Colón, un municipio matancero... pero ya no puedo vivir sin Matanzas... y sus puentes... son mágicos... le aportan belleza al paisaje... Pronto tendrá la otra entrega... muy pronto.

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