Periodismo: una profesión segura en Cuba

2012 fue declarado por la presidenta de la organización Reporteros Sin Fronteras, Malén Anzárez, como un año "funesto" para el periodismo. 90 informadores y 48 internautas fueron asesinados, mientras que hubo casi 300 encarcelamientos, datos sin precedentes en los últimos 17 años.

Anualmente, cientos de periodistas son víctimas de detenciones, exilios, ataques, así como de amenazas y censuras. Es tan natural este hecho, que recientemente el  secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su preocupación al respecto.

"Condeno todos los ataques y la represión. Estoy especialmente preocupado porque muchos de los autores escapan a cualquier tipo de castigo", dijo Ban en un acto en la sede de Naciones Unidas que tuvo lugar en los primeros días de mayo.

Contrario a esta realidad, el último periodista asesinado en Cuba data de 55 años atrás. Carlos Bastidas Arguello era un reportero ecuatoriano que llegó a Cuba en 1958; tenía solo 23 años de edad, y un aval periodístico que lo unía a importantes acontecimientos abordados desde su pluma.

Murió en manos de la dictadura batistiana la noche del 13 de mayo, cuando recogía cartas de militantes del 26 de Julio para llevarlas a exiliados cubanos en Estados Unidos. Un agente secreto de Batista, al servicio de Pilar García, jefe de la Policía Nacional, injurió y golpeó al periodista, hasta asesinarlo.

En 54 años de Revolución, en nuestro país no ha muerto ningún periodista cubano o extranjero en territorio nacional. Quienes tanto se preocupan por temas relacionados con la libertad de expresión, deberían prestar más atención a asuntos tan preocupantes como estos que acontecen cada año en el mundo y pasan desapercibidos por la gran prensa internacional.