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viernes, 22 de noviembre de 2024

Medioambiente y desarrollo sostenible: actuar antes que sea tarde

La política ambiental de Cuba ha estado definida y sostenida por los principios de desarrollo económico y social equitativo para todo el pueblo…

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 05/06/2016
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Ha transcurrido casi un cuarto de siglo desde que en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, alertara que “una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”. Y ello sigue siendo hoy una condición humana indispensable para lograr un medio ambiente sano y virtuoso para todos.

Muchas son las alertas que continúan ante fenómenos como: las inundaciones, la salinización, el incremento de eventos extremos, la pérdida de la biodiversidad, entre otros males. No sufren menos daños los arrecifes de coral debido a las altas temperaturas y a la acidez de los mares; sin contar con la reducción de los glaciares andinos y el aumento progresivo de tormentas y huracanes, que afectan cada vez a un mayor número de personas.

Ante ello los retos son muchos y diversos para todos los Estados; sin embargo Cuba obtuvo en 2006 un Premio Internacional por ser el único pais con un Índice de Desarrollo Humano alto con una Huella Ecológica menor a la biocapacidad promedio mundial, según el informe bianual presentado por la organización WWF, en Pekín. Ese hecho atestigua que la política ambiental de la Mayor de las Antillas ha estado definida y sostenida por los principios de desarrollo económico y social equitativo para todos.

Ahora en un nuevo contexto, donde desde inicios de este 2016, entraron en vigor los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su 70 periodo de sesiones, el país sigue fortaleciendo con propiedad un modelo sostenible acorde con el medio ambiente, reconocido por Naciones Unidas al poseer reservas, paisajes, parques nacionales y áreas protegidas vírgenes.

Según han declarado especialistas y funcionarios de la Mayor de las Antillas, nuestra estrategia para el desarrollo sostenible es una continuidad ante los Objetivos propuestos, pues los asuntos medioambientales están enfocados especialmente hacia proyecciones locales o de comunidades, con vistas a minimizar y corregir sus efectos y con ello, contribuir al desarrollo sostenible y a la formación de una verdadera conciencia entre los pobladores.

Vale apuntar que nuestro Estado ha declarado la soberanía nacional sobre los recursos naturales y ha promovido un activo proceso de recuperación y protección de estos, teniendo por centro al ser humano y la satisfacción integral de sus necesidades materiales, espirituales, educacionales, culturales y estéticas, e incorporando a toda la sociedad en la atención y solución de los problemas ambientales.

Según ha ponderado la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, Cuba está altamente comprometida con los esfuerzos globales en pos de un mundo mejor, al tiempo que prioriza la protección nacional del medio ambiente y sus recursos naturales, incentivando la creación de capacidades científicas y la realización de investigaciones dirigidas al conocimiento de los fenómenos ambientales.

¿En qué ha trabajado Cuba? Por solo citar unos pocos ejemplos, en la Isla se realizan estudios sobre los peligros de vulnerabilidad y riesgos hasta los años 2050 y 2100, los cuales permiten a las autoridades conocer los efectos del cambio climático y adoptar medidas para la preservación de manglares y bosques, la protección de la agricultura y los pueblos costeros, entre otros temas. Igualmente ha trabajado desde hace varios años con sus científicos e investigadores para poner sus conocimientos en función de la mitigación y la adaptación a los efectos negativos del cambio climático.

De las políticas diseñadas en todos los frentes vale apuntar las que están dirigidas, por ejemplo, a potenciar el aprovechamiento de las distintas fuentes renovables de energía, fundamentalmente la utilización de las energías eólica, hidráulica, solar, la obtenida de la biomasa y el biogás, al tiempo que se prevé la ejecución de un programa de generación de electricidad a partir de la agroindustria azucarera.

Y ese esfuerzo también ha sido reconocido por organismos de las Naciones Unidas, como el PNU; este ha destacado la importancia que la Mayor de las Antillas le concede al consumo y la producción sostenible (CPS) para la protección del medioambiente, además de la preparación del capital humano en el estado del arte de ciencia y tecnología para la innovación de recursos y acciones que incluyan el CPS.

Expertos cubanos en materia de medio ambiente apuntan que el actual escenario sigue demandando una concepción integral del desarrollo sostenible, entendido como un proceso donde las políticas de desarrollo económico-social, científico-tecnológica, de elevación de la calidad de vida de la población, comercio, energía, agricultura, industria y otras, se entrelacen con las exigencias de la protección del medio ambiente y el uso sostenible de los recursos naturales, en un marco de justicia y equidad social.

No hay dudas de que Cuba goza de autoridad y reconocimiento internacional en la esfera ambiental; y sus resultados han contribuido al desarrollo del país y al mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos. Sigamos obrando en ese sentido, pues como nos ha alertado Fidel, mañana no debe ser demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.


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Yuniel Labacena Romero


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