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sábado, 23 de noviembre de 2024

Matanzas y su gente: llegó el 325 (+Audio) (+Fotos)

Los habitantes de la Atenas de Cuba han sido testigos de su restauración integral. Muchos de los que dudaron en un principio, hoy se confiesan sorprendidos, esperanzados...

Jessica Mesa Duarte en Exclusivo 12/10/2018
3 comentarios
Matanzas 325
Matanzas celebra hoy su aniversario 325.

Por estos días no es casual que en todos lados, a todas horas, con caras de alegría o desconfianza, la gente hable de Matanzas. Hace poco alguien me dijo que si por este cumpleaños los matanceros habían armado tanto revuelo había que ver lo que deparaban los cinco siglos de la primera urbe moderna de Cuba. Nosotros no estaremos aquí; pero, seguramente, como el de hoy, 12 de octubre, también será un festejo para recordar.

Y sí, esta será una celebración muy especial para la Ciudad de los Ríos y Puentes por muchos motivos: por sus connotaciones sociales, culturales, por lo que significa que la Atenas de Cuba se renueve, se modernice, crezca en esplendor y reconquiste valores patrimoniales, porque, después de muchos años sin que se le pasara la mano, sin que se realizaran verdaderas acciones de rehabilitación, se acomete la restauración de la ciudad de acuerdo a un plan, sincronizada, organizada y artísticamente.

Los matanceros observan los procesos reconstructivos bien de cerca. Algunos hablan de luz, de esperanza, de reconquistas; otros no se apresuran a opinar, “no vaya a ser que todo se quede como está, igual que siempre”, o son más conservadores al emitir valoraciones: “¿y se terminará?”; los más jóvenes se aventuran a opinar sin los recuerdos de quienes peinan canas, pero con ansias de que la Atenas, al fin, recupere su corona.

UNA CIUDAD DE LA QUE HAY QUE SENTIRSE ORGULLOSO

Encontré a Úrsula Guerra, como es habitual cada sábado cuando toca la Orquesta Sinfónica de Matanzas, en la Sala White. Solo que la cita en esta ocasión no era para disfrutar de un concierto de la emblemática institución matancera, sino para agradecerle a una mujer por sus imprescindibles aportes al estudio de la historia y la arquitectura matancera.

Muchas cosas tienen en común esta trinitaria y Alicia García Santana, a quien vino a rendir homenaje la ciudad. La más evidente es que, no obstante su nacimiento en otras tierras, ambas sienten una fuerte atracción por esta urbe de leyendas y fantasmas.

“¿Y cómo podría no sentirme orgullosa de Matanzas?”, responde con otra interrogante a mi pregunta, como si en su piel se reflejara lo obvio de sus razones. “Yo soy de Trinidad y me gusta esa villa, pero realmente siento un amor especial por la hermosa ciudad que me ha acogido como a una hija. Aquí tengo a mi nieta, que es flautista en la orquesta Miguel Failde, y también a parte importante de mi familia”.

Salimos de la sala un momento. Desde la puerta del otrora Liceo Artístico y Literario aparece la imagen agradable de la segunda Plaza de Armas. Tal como muchas de sus añejas construcciones y áreas públicas, el Parque de La Libertad se impone renovado frente a los ojos que tanto han visto en los 260 kilómetros que median entre su ciudad natal y la que ha hecho suya.

“Matanzas lo posee todo”, continúa su explicación y descubro su vocación tardía como guía turística haciendo gala de sus conocimientos y pasiones. “Bellezas naturales como sus ríos, sus cuevas, el Valle del Yumurí, su hermosa bahía que es la más honda de Cuba, un desarrollo urbanístico importantísimo con varias obras ingenieras centenarias de trascendencia nacional. ¡Qué más podríamos pedir!”.

Saca el abanico y lo agita para intentar ahogar el molesto y pegajoso calor de una tarde de octubre. “Matanzas es una gran representación de la cultura cubana. En ella se encierran muchas manifestaciones como la danza contemporánea que nos ofrece Espiral, el danzón, la rumba con Afrocuba y Los Muñequitos de Matanzas. También puedo destacar el trabajo social de las Casas de Cultura con proyectos importantes destinados a los niños.

”En las artes plásticas igualmente ha tenido grandes defensores. La arquitectura matancera es de un alto nivel, única, y eso le vale la primicia de su modernidad antes que cualquier otra urbe de Cuba. Su movimiento artístico es una muestra viva de casi todas las expresiones de la cultura cubana.

”La restauración cada día resalta más los valores que atesora esta espléndida ciudad. Es importante que la gente conozca más su patrimonio, su cultura y se enamore más de Matanzas para que la cuiden más”.

”No pierdo la oportunidad de pasar largas temporadas aquí. Es imposible no sentirse orgulloso”. Entonces se queda callada y se pierde en la inmensidad de unos pensamientos que no pretendo socavar. Me alejo sin que advierta mi ausencia. La dejo a solas con los recuerdos que dibujan una sonrisa leve pero capaz de remover las fibras de su alma.

NO PODRÍA VIVIR ALEJADA DE ESTOS PAISAJES

A Emiliana Noda la encontré cruzando la Plaza de la Vigía. En su andar tranquilo observaba el Cuartel de Bomberos, el teatro Sauto, el Palacio de Justicia, los símbolos de este trozo de isla que renace bajo sus pies desgastados por los años.

Muchos recuerdan a Emiliana con cariño por su excelente labor al frente del Museo provincial Palacio de Junco y luego como directora del preuniversitario José Luis Dubrocq. Busca refugio del sol en una de las “cajitas” que funcionan como bancos muy cerca de los portales de Bea.

“Cuando yo era pequeña venía al centro de la ciudad con mis padres a montar patines y bicicleta. He vivido en este lugar toda mi vida. Puedes imaginar entonces que amo a Matanzas profundamente —vuelve a manifestarse lo evidente, las razones que se dan por hechas—. ¿Por qué la amo? Pues, por todo: por su bahía, por su gente, por su inmensa cultura y su sencillez al mismo tiempo, por los adoquines que repusieron hace poco tiempo en la Plaza de la Vigía y que son parte de nuestro patrimonio. Por sus razones, sus amores y causas que son los míos, porque no podría vivir alejada de estos paisajes”.

MATANZAS ES MI CIUDAD, MI HOGAR, MI LIBERTAD

La historia de Reinaldo González no sería igual si viviera en otro lugar. Pertenecer a un sitio geográfico donde la cultura bombea la sangre dentro de sus arterias ha condicionado su manera de apreciar la vida, las decisiones que ha tomado.

Sus memorias se parecen mucho a las que se alojan en los muros centenarios de la ciudad neoclásica por excelencia de Cuba. “Yo nací en el parque René Fraga donde estaba Maternidad. Si tuviera que mencionar los lugares que me gustan puedo decir Monserrate, la iglesia de Versalles, el paseo de Narváez que ha quedado precioso. Matanzas es hermosa desde cualquier lugar donde se mire.

”Mira, joven, he caminado la isla completa y mentiría si no admitiera que me encanta este sitio. Matanzas es única, encantadora, es mi ciudad, mi hogar, mi libertad”.

Reinaldo se abstiene de pensar en la Matanzas de cara al futuro. A pesar de lo mucho que ha cambiado la imagen de la ciudad no se arriesga a compartir opiniones favorables. Ya muchas veces lo ha hecho y no tiene ganas ni fuerzas para las desilusiones sufridas durante décadas.

“Matanzas estaba destruida. La pérdida de la espiritualidad, las insuficiencias económicas, la falta de sensibilidad hacia la verdadera esencia de sus raíces culturales conspiraron para que permaneciera silenciosa, destronada, inerte, fantasmal.

”Tu verás que dentro de cinco años regresa la destrucción y la fealdad a esta ciudad. Ojalá que me equivoque y que ahora, realmente, vuelva a la vida de una vez y para siempre”.

SIEMPRE TUVE ESPERANZAS Y NO ME SIENTO DEFRAUDADA

Setenta años no le han bastado a Amalia Alfonso para apropiarse de la inagotable beldad de Matanzas. Conoce este lugar hasta las entrañas y recuerda con memoria pródiga cada detalle de su historia en las últimas siete décadas. Veo que intenta capturar la imagen de la estatua Leda y el Cisne, recientemente devuelta al Parque de La Libertad, luego de varias décadas de ausencia.

Le pide ayuda al joven que está a su lado y no pierdo la oportunidad de recolectar una nueva historia, un sentimiento nuevo y a la vez repetido en tantos matanceros.

“A mí me gusta mucho la artesanía matancera, la obra de los escritores y las editoriales, no me pierdo un concierto en la Sala White y me declaro admiradora de sus edificios. Vivimos momentos trascendentales de la historia matancera. No puede haber satisfacción mayor que esa”.

Se aproxima a mí un poco más. “Estoy muy agradecida de todo lo que han hecho los trabajadores que han desarrollado una labor exquisita y no han perdido ni un minuto. Se me eriza la piel al ver todo lo que se ha alcanzado en Matanzas.

”Los proyectos son muy ambiciosos. Demoraron mucho en comenzar las acciones de restauración, pero lo importante es que avanzan. Hubo quien desconfió de que se lograra lo que estamos viendo ahora mismo. Yo siempre tuve esperanzas y estoy satisfecha porque no me siento defraudada”.

Apago la grabadora y me muestra la imagen que ha quedado grabada en su móvil. “Para recordar siempre esta victoria”, me dice, me saluda y se aleja lentamente mientras observa el conjunto escultórico de La Libertad, recién restaurado.


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Jessica Mesa Duarte

Periodista y escritora de guiones radiales.

Se han publicado 3 comentarios


mary
 27/2/19 22:21

no veo la falta de ortografia sera beldad pero s es sinonimo de belleza y hermosura y el texto esta en correspondencia con eso, no  entiendo por favor aclare  no es justo atacar asi ,la periodista le pidio detalles y usted no respondio,por favor

jessica
 21/10/18 21:05

Muchas gracias por su comentario Deisy. Le agradecería aún más si pudiera especificar cuál es la falta de ortografía que, según me dice, aparece en el primer renglón al que se refiere. Realmente he leído muchas veces ese fragmento y no acabo de darme cuenta del erroral que usted hace referencia. Muchas gracias nuevamente por leerme...

Deisy
 18/10/18 11:15

Compañera Jessica su reportaje es muy lindo y nos da felicidad a todos los Matanceros, pero por favor corrija la falta de ortografía que está en la primera línea del párrafo siguiente:

SIEMPRE TUVE ESPERANZAS Y NO ME SIENTO DEFRAUDADA

Setenta años no le han bastado a Amalia Alfonso para apropiarse de la inagotable beldad de Matanzas.

Muchas Gracias y no la estoy criticando pero no debe ser ya que muchos leemos sus artículos.

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