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jueves, 26 de diciembre de 2024

Jóvenes revolucionarios, ¿pero no militantes?

No toda la vanguardia debe ser militante de la Juventud, pero sí aquellos que ingresen a sus filas deben ser, invariablemente, ejemplos, baluartes…líderes...

Mayra García Cardentey en Exclusivo 04/04/2016
4 comentarios
4 de abril
La Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) celebra su 54 aniversario.

Cuando recibí el carnet como militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), tenía apenas 15 años. Reconozco que con aquella edad, no sabía exactamente qué era ser comunista. Todavía hoy creo que me debo muchas lecturas. Pero para aquella fecha, ingresar a las filas de la organización juvenil, era un alto reconocimiento que solo se les otorgaba a los alumnos más destacados de noveno grado. Sí, noveno grado.

Recuerdo fue en un acto central en mi secundaria básica en Pinar del Río, cuando a las dos alumnas seleccionadas ese año, nos dieron el pequeño carnet. Resultaba un mérito que ostentaban, con esa edad, muy pocos estudiantes. Incluso, en aquellos días, se inculcaba, y hasta lo llegué a creer, que no podías ser buen educando, integral, revolucionario, si no eras militante de la Juventud. Con el tiempo, constaté la relatividad, frecuente, de tal aseveración.

En el preuniversitario, la militancia creció en números. Prácticamente constituía un requisito imprescindible para cuanto proceso educativo o social emprendiera un joven. Resultaron años donde se miraba aún con recelo las prácticas religiosas, y a más de un amigo o amiga vi limitar, sutilmente, su ingreso a las filas de la organización, por el credo que practicaban.

Ya en la Universidad el pensamiento maduró, al igual que las y los representantes gremiales, institucionales y educativos. Con extrañeza incluso confirmé, aprendí, que ser revolucionario no depende, necesariamente, de una militancia oficial. Nunca olvidaré a dos colegas de aula, que nunca tuvieron su carnet, pero eran los primeros en cuanta actividad organizaba la Facultad; mientras algunos viejos militantes esgrimían excusas novelescas para no asistir a la más mínima de las convocatorias, hasta las más festivas.

De los Comité de Base los tuve mejores y peores, vanguardias en iniciativas y apáticos desmembrados. Activos en acciones sociales, políticas y culturales, hasta los que se resumían en cuotas y actas apologéticas. Las experiencias fueron varias… Comprendo, a estas alturas, que crecí y maduré con y en la Juventud. O mejor decir, con algunos colegas-amigos militantes.

Pero no todos vivieron lo mismo. No todos viven lo mismo.

La presencia de una juventud “apolítica” que caracteriza una situación de crisis internacional, también tiene cabida en Cuba; valdría agregar que en Cuba, de forma particular. Años de participación por movilización más que por conciencia política real, distorsionaron sentimientos y creencias de determinados jóvenes que no quieren “comprometerse” hoy con cualquier proceso que le implique “obligatoriedad”.

Así algunos de ellos lo manifiestan: “Yo participo en las actividades, si me convocan asisto. Pero no quiero ser militante. No quiero ir por compromiso”.

¿Y qué significa compromiso para ellos? No la convicción del accionar por compartir ideas, de asistir o participar porque se cree en ello; No. Compromiso visto desde la desidiosa imposición. A esa peligrosa connotación de la palabra han llegado no pocos.

¿Qué ha pasado entonces? En primera instancia, las viciadas praxis esquemáticas acabaron por limitar ejemplos de espontaneidad propia de las juventudes; la comunicación política se avejentó y lejos de aglutinar tenía como efecto la apatía de no ser-estar; los liderazgos, especialmente en la base, se vieron acoquinados por otras dirigencias gremiales y/o políticas que colocaron a la Juventud en el último invitado de la lista; y no menos importante, pocos jóvenes hicieron lo suficiente para agenciarse el puesto que les correspondía como militantes en cada espacio.

Son otros los tiempos, al igual que otras y otros los militantes. La UJC, a su máximo nivel, parece haberlo entendido.

La Organización desde hace años emprende un camino complejo: se reorganiza, convoca al diálogo, se integra en los nuevos mecanismos de comunicación, desarrolla proyectos para llegar más y mejor a la base, que es el sustento de todo. Pero aún falta. Mucho.

Los próximos períodos son cruciales; el reordenamiento económico que se lleva a cabo en la Isla, y el envejecimiento poblacional que convertirán en el 2020 a Cuba en el país más avejentado de América Latina, colocan en los hombros jóvenes la posibilidad real de sustentar o no las conquistas de la Revolución cubana y adaptarla a los nuevos escenarios del siglo XXI.

Una época de cambios profundos, nuevas concepciones, déficit económico, otras visiones sobre cómo asumir el proceso de construcción del socialismo en Cuba, y más luego del impacto político que supondrá la desaparición física de los líderes históricos de la Revolución, en cuyo suceso existe el estigma de la supervivencia del proceso social que vive Cuba desde el 59.

Todo un contexto que depara para las y los jóvenes, más interrogantes que respuestas, y sobre todo más acción que la expectación pasiva. Demandará de avanzada, juventud revolucionaria, militante o no.

En ese escenario, pienso, y como es lógico es un idea muy personal, que no toda la vanguardia debe ser militante de la Juventud, pero sí aquellos que ingresen a sus filas deben ser, invariablemente, ejemplos, baluartes…líderes. Líderes necesarios para este país.


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Mayra García Cardentey

Graduada de Periodismo. Profesora de la Universidad de Pinar del Río. Periodista del semanario Guerrillero. Amante de las nuevas tecnologías y del periodismo digital.

Se han publicado 4 comentarios


Caballero
 8/4/16 12:18

A mí me hicieron miembro de la UJC en el 1er año de la carrera en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de Holguín, en aquella época: Instituto Superior Pedagógico. Recuerdo que para estar en la carrera era obligatorio ser militante, hoy aun se mantiene este absurdo requisito. Milité en la UJC durante 15 años hubo momentos buenos y malos, pero lo que más decepción me trajo es el trato que le dan los directivos a los Comités de Base los cuales son marginados en la toma de decisiones importantes que pueden afectar al militante. Recuerdo que al secretario (a) del C/B solo lo invitaban si había que hacer tierra a un joven determinado para que en el acta constara que la UJC estaba de acuerdo con la medida adoptada cuando en realidad este no tenía ni voz ni voto en el linchamiento del joven militante. La UJC perdió con el tiempo la autonomía que la hacía fuerte e independiente, recuerdo que en mis primeros años cuando cierto militante del partido quería minimizar el trabajo de la UJC o subyugarlo se le decía con orgullo: La UJC es cantera del PCC no su títere éramos autónomos nadie tenía por qué cuestionar las decisiones tomadas por los jóvenes militantes, aceptábamos críticas y consejos pero no imposiciones. Hoy en día los jóvenes no quieren ser militantes puesto que la UJC se ha convertido en la mayoría de los lugares en Reuniones, Cotización y Palos para sus miembros. Se ha perdido la atención a los jóvenes militantes que se han desvinculado por una razón u otra del trabajo, en otras épocas te visitaban hasta con ofertas laborales decorosas y se preocupaban por el joven fuese militante o no. Ojalá la UJC recupere la fuerza que poseía en aquellos tiempos en que me hice militante. Aunque muchos esgriman que para ser revolucionario no hace falta un carnet, para ser militante si hay que ser un revolucionario con todas sus consecuencias.

Nor1
 7/4/16 9:05

la mas joven generacion, los que ahora tienen entre 15 y 25 años, (a mi modo de ver) no tienen definida una ideologia o no parece importarles o no aceptan que se les imponga tampoco. no se inclinan a la lectura y mucho menos de temas de historia (repito que es mi criterio) pienso que saturados por el entorno mediatico que cada dia les insiste en lo mismo. puede ser dañino y hasta peligroso que estos jovenes no se sientan motivados pues pueden tener otras influencias ajenas y dada su inexperiencia y desconocimiento tomar caminos equivocados y a fin de cuentas en ellos esta el futuro de la nacion. esto influye en todo porque a la larga se forman tambien como malos profesionales solo interesados en cual es la especialidad que me brinda mayores beneficios materiales. no veo cambios en el entorno despues del pasado congreso de la UJC, como mismo despues de los otros congresos a excepcion del 6to del PCC que en base a los lineamientos si ha cambiado el rumbo en muchos sentidos y al menos se avanza con tropiezos y objetivos concretos. quizas sea necesario lineamientos para cada organizacion. muchas gracias

Choi Hyo Ra
 5/4/16 12:09

Soy militante desde 9no grado, me senti muy reconocido cuando se me  entrego el canrtet pues era un gran logro, al igual qu e en el politecnicoz donde estudie pase muy buenos momentos como militante, pero desde que comenzó mi vida laboral, ser militante se ha convertido en algo en lo que he ido perdiendo el interés ya que solo se me "molesta" para pagar la alta cotización, 10 pesos mensuales que no se a dinde van a parar, y ya, vasta, con gusto llebaría un pulover que me destaque como militantes, o un portafolio, y usaria agendas con el logo de mi organización, porque tengo que ser elegido a un congreso u otra cosa para recibir estos objetos? porque no se me entrega un sello que use a diario con orgullo en mi pecho como militante? adonde van los 10 peso que pago cada mes y ni siquiera el dia de mi cumpleaños el Comite Municipal me envia felicitaciones? porque la UJC no tiene villas de descanso, o solo van las provinciales y nacionales? acaso por estar en la base no tengo derecho como militante? porque a fin de año no se nos entrega una javita con algo? porque una vez o dos al año no se me entrega un pullover con el logo de la organización? porque la UJC no tiene un webmail como informed para desde nuestro puestyo de militantes y defensores de la revolución discutir los temas y apoyar en las redes sociales? y quedan otros aspectos que se deben tener en cuenta porue cr4eanme es muy desepcionante y hace a un militante preguntarce el porque del porque? y al final vemos como los de "arriba" como la cancion de marc antonhy Viven la vida y uno abajo na´de na´, espero reflexionen y tenga en cuenta todo esto y la alta direccion del pais y la organización se den cuenta que ya es hora de apoyar material y no moral pues lo necesitamos, los tiempos requieren cambios, imaginense que tengo 22 años y aun no se que es Facebook, mi salario me impide darme el lujo de una hora dde internet pues tengo otras prioridades y desgraciadamente soy de un municpio de mayabeque, fatalismo geografico que impide un monton de cosas y de recreación, espero algun dia se soluciones estas y otras cuestiones!

alguien
 12/4/16 6:48

coincido totalete con usted, igual soy militante desde 9no grado, en el politecnico fui S/G de mi comite de base, luego cuando comence a trabajar cobraba la cotizacion hasta que cabie de centro laboral, desde que termine los estudios solo se me molesta para cobrarme los 15 CUP, que debo pagar, dia a dia las motivaciones como militante disminuyen, pues no quise serlo para regalar 15 CUP mensuales que bien puedo gastar en una merienda. tengo 21 años

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