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viernes, 22 de noviembre de 2024

Eres más...

Gabriel Coderch, coordinador general del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero, conversa sobre el trabajo de la organización y la campaña por la no violencia contra la mujer…

Giselle Vichot Castillo en Exclusivo 21/11/2015
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La Declaración Sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer de 1993 fue el primer instrumento que a nivel mundial abordó de forma explícita la existencia de este flagelo en las sociedades. Desde entonces promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer deviene objetivo fundamental entre los países miembros de las Naciones Unidas.

Según Naciones Unidas, la violencia contra las mujeres se define como: “…todo acto de violencia de género, basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

La existencia de una cultura patriarcal heredada y socializada en Cuba tiene consecuencias directas en las relaciones entre ambos sexos, donde a veces predomina la concepción del macho dominante. Para sensibilizar sobre este pensamiento retrógrado, desde el año 2006 el Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR) ha tenido a su cargo la coordinación de una serie de acciones, contenidas en La Jornada Nacional por la No Violencia, donde participan organismos, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil cubana.

Para profundizar acerca del trabajo del Grupo, así como las particularidades de la campaña Eres Más, que utiliza como eje conductor la violencia psicológica, Cubahora conversó con su coordinador general, Gabriel Coderch.

—¿Cómo está orientado el trabajo del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero?

—El Grupo tiene como objetivo general promover relaciones equitativas de género en la sociedad cubana contemporánea, desde una espiritualidad comprometida con la solidaridad, la pluralidad y la participación. Para ello se potencian diferentes procesos de enseñanza y aprendizaje, basados en las teorías de la Educación Popular, que inciden sobre determinados actores sociales y comunitarios con cierta influencia también en otros espacios de la sociedad civil cubana e incluso en instituciones estatales.

“Estos espacios de enseñanza y aprendizaje son concebidos para crear un compromiso social a favor de la equidad, donde se fomentan otras cuestiones, como es el caso específico de la eliminación de la violencia de género. Aunque, entendemos que violencia de género no es solo aquella que se ejerce desde el hombre hacia la mujer, sino que existe la violencia entre personas de un mismo sexo. Por ejemplo, la violencia que desencadenan aquellos, por así llamarlos, hombres hegemónicos hacia los hombres gays y transexuales. Nuestras jornadas se centran en la no violencia contra la mujer por tener este flagelo un gran peso en las sociedades, si analizamos que el 40 % de las mujeres en América Latina han sido víctimas de violencia física y la tasa de maltrato psicológico en las relaciones íntimas alcanza el 50 %”.

—Desde el año 2006 el Grupo OAR ha tenido a su cargo la coordinación de una serie de acciones contenidas en la Jornada Nacional por la No Violencia. ¿Qué importancia le confiere a la atención de este flagelo en la sociedad cubana?

—El fenómeno de la violencia contra la mujer deja su huella en las sociedades desde hace siglos, resultado de la hegemonía con la cual, equivocadamente, se relaciona al sexo masculino. Por tanto, hoy constituye tarea fundamental el trabajo a favor de la eliminación, o al menos de la disminución, de la intimidación a la mujer en la sociedad cubana.

“Algunas personas platean que en Cuba no existe una violencia arraigada. Es cierto. No hay feminicidio como en otros países de América Latina o África. Incluso, podemos afirmar, de acuerdo con los diagnósticos que se han realizado en los diferentes territorios, que los índices de violencia física han disminuido. Sin embargo, existe una violencia psicológica que es la más usual y que abarca casi todos los espacios de la sociedad.

“Cuba tiene la voluntad política de eliminar toda forma de violencia hacia la mujer y ello ha quedado refrendado en disímiles oportunidades y documentos, por ejemplo el Plan de Acción de la República de Cuba de seguimiento a la IV Conferencia de la ONU sobre la Mujer. De ahí que estén creadas las bases para que el Grupo, en conjunto con la Federación de Mujeres Cubanas, trabaje para alcanzar sus objetivos”.

—¿Cómo surge y cuál es la misión de la campaña de bien público Eres Más, enmarcada dentro del proyecto estratégico de OAR?

—Desde el 2006, cuando se comenzó a realizar la Jornada Nacional por la No Violencia, las primeras convocatorias fueron hechas a diferentes realizadores, y luego estos presentaban sus propuestas ante un jurado y se seleccionaban aquellas que podrían tener un mayor impacto.

“Con el tiempo y la experiencia surgió la excelente idea de trabajar con jóvenes, y que fueran ellos los encargados de hacer la propuesta para la campaña que identificaría la jornada cada año. Lanzamos la proposición en la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), a la Facultad de Comunicación y al Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI).

”El proceso es el siguiente. En primer lugar, los alumnos seleccionados reciben una capacitación donde adquieren los conocimientos adecuados para trabajar con conceptos como violencia e identidad de género. Un segundo momento requiere de la intervención de especialistas en comunicación social y diseño de campañas, que brindarán a los estudiantes el bagaje necesario para enfrentar la tarea. Como parte de esta preparación, más tarde, son insertados en comunidades que el grupo ha identificado como zonas de violencia y en las cuales se realiza un trabajo sistemático a favor de esta causa.

”Luego los diferentes equipos elaboran su propuesta de campaña para presentarla ante un tribunal compuesto por profesores de las facultades mencionadas. Este es el caso de la periodista e investigadora Isabel Moya, quien preside la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Interviene también la Federación de Mujeres Cubanas y especialistas del Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero.

”Una campaña anual no representa una acción a la que se le puedan medir sus efectos, por lo cual se determinó hacer una campaña en el período 2014-2018, que abarcara cuatro años. El motivo fundamental por el cual se acordó extender el tiempo de duración de las campañas está asociado a la limitación de los fondos, que imposibilitaba, en un período corto, alcanzar los niveles necesarios en todo el territorio cubano y poder medir el impacto de la campaña de manera general en la sociedad. Relacionado con esta cuestión, el Grupo es miembro del Programa Nacional de Educación y Salud Sexual (PRONESS) y existe un subprograma dedicado a la violencia de género. Las organizaciones del PRONESS han decidido apostar por una campaña única en Cuba.

”Con el lanzamiento, en 2008, de la campaña ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres, del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, llegó un momento en el cual existían al unísono dos campañas en Cuba. Esto trajo como consecuencia que las personas se confundieran y por tanto no se identificaran los efectos de una u otra. Entonces se tomó la decisión de unir a todas organizaciones que trabajan a favor de la prevención de la no violencia hacia la mujer en una campaña netamente cubana. Hoy le pedimos a Naciones Unidas que no deben coexistir ambas campañas, más aún cuando se entiende que el objetivo fundamental de la ONU con estas iniciativas es, justamente, potenciar e incentivar los esfuerzos de cada nación”.

 —¿Qué trasmite Cuba al mundo con esta campaña?

—El mensaje fundamental es que no le ocultamos al mundo la existencia de este flagelo en nuestra sociedad. En Cuba también convivimos con estos problemas, que no es un fenómeno acarreado por el Socialismo. La violencia es un flagelo que se multiplica debido a como han sido socializados los hombres bajo una mentalidad patriarcal y hegemónica. Esta campaña llega en un momento propicio para que tanto hombres como mujeres comiencen a pensar de otra forma.

“Vilma Espín Guillois es una bandera muy fuerte en la emancipación de la mujer. Su legado sigue en pie, y es responsabilidad de la FMC, organizaciones de la sociedad civil cubana, el Partido y el Gobierno no dejarlo caer.

”En Cuba existe la voluntad política de erradicar este flagelo, lo cual no quiere decir que no haya personas que todavía no entiendan que cualquier tipo de discriminación hacia la mujer nos hace daño como sociedad. Si queremos llegar a una sociedad sustentable, verdaderamente humana y basada en la justicia social, como lo proponen los principios fundamentales de la Revolución, hay que acabar con este mal”.

—¿Cómo es la relación del Grupo OAR con otras organizaciones e instituciones del país orientadas a la prevención y control de la violencia de género?

—El vínculo que hoy tiene el Grupo con la FMC es fundamental para alcanzar resultados contundentes en esta lucha por la no violencia. De igual modo, con el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), una institución abierta al intercambio de experiencias y al diálogo de saberes.

“Se ha trabajado, además, con el departamento de Sociología de la Universidad de La Habana, especialmente con la doctora Clotilde Proveyer, investigadora que ha dedicado gran parte de su labor profesional a esta temática. Se ha sumado la Catedra de la Mujer de la Universidad de La Habana. No podríamos dejar de mencionar el Proyecto Paloma, el Centro de Intercambio y Referencia-Iniciativa Comunitaria (CIERIC), entre otras instancias que tienen intencionado este tema.

”En estos momentos quisiéramos que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social se involucre un poco más, puesto que son ellos quienes tienen el mandato gubernamental sobre la cuestión de igualdad de género. Esto es una asignatura pendiente que, por una parte, incluye los esfuerzos del ministerio y, por otra, los nuestros, siempre con la obligación de alcanzar un mayor entendimiento, imbuirnos más y alcanzar mejores resultados”.

—Existen diferentes formas de violencia contra la mujer. ¿Por qué centrar esta campaña en el daño psicológico?

—La violencia psicológica es aquella que no se ve porque no deja una huella física. Es la violencia que alguien ejerce cuando hace silencio, cuando ofende con palabras a otra persona, le dice gorda o estúpida, o sencillamente la manda a callar.

“La mayoría de los estudios que el grupo ha desarrollado han revelado que un porciento elevado de las mujeres se sienten identificadas frente al daño psicológico. Sin embargo, lo más preocupante es que en muchas ocasiones ni las propias féminas son capaces de reconocer el deterioro moral, y los hombres tampoco están conscientes de ello. Lamentablemente, ambos sexos han sido socializados con el ideal de asociar lo masculino con lo dominante.

”Hay que sacar a la luz la existencia de esa violencia psíquica, un mal que ha estado solapado durante tanto tiempo. Nombrar la violencia psicológica en la Cuba de hoy es una necesidad, como lo es en cualquier parte del mundo donde exista una mujer subyugada”.

—¿Tienen alguna repercusión en la sociedad cubana los mensajes de bien público? ¿Existe alguna herramienta de medición? ¿Podemos hablar de fases o etapas en una campaña?

—Entre las fases que comprenden el desarrollo de una campaña se sitúa la fase evaluativa, en la cual se mide el impacto que ha tenido sobre un público determinado. En el caso nuestro, vamos hacia las comunidades y se toman algunas muestras. Es importante, en este punto, la presencia de expertos que puedan agregar algunas cuestiones distintivas de la campaña.

“La existencia de la campaña ÚNETE, paralelamente a la nacional, no permitió devolver un resultado acertado sobre el impacto de la segunda. Para el próximo año se pretende hacer una reunión de expertos, con profesionales de otras universidades extranjeras que ayudarán en la medición del impacto que tienen este tipo de campañas en la sociedad.

”Ahora estamos en una fase primaria, incluso, este año será cuando lleguemos más lejos, pensamos impactar en la provincias orientales. Hoy estamos orientando acciones un Guantánamo y Holguín, y se observa que el mensaje está llegando de una forma más directa. Estamos en una fase preliminar, pero trabajando mucho para que realmente haya un impacto en la sociedad. Sin embargo, no solo dependerá del trabajo del grupo, dependerá además de la sistematicidad de las instituciones encargadas en cada territorio de sensibilizar sobre estos temas. Entenderlo como un proceso”.

—La revolución cubana ha desempañado un importante papel en la posición que ocupa la mujer dentro de la sociedad. ¿Qué acciones identifica como fundamentales para que esto haya sido posible?

—La figura de Vilma fue fundamental. Recuerdo, entre aquellas primeras acciones que emprendió la Revolución en el poder, la inserción dentro la sociedad de aquellas mujeres que dedicaban su vida a la prostitución, a tal punto que el fenómeno disminuyó a una escala considerable en esos años.

“Sin embargo, creo también que la Revolución tuvo una visión un poco triunfalista, y se pensó que con el empoderamiento que alcanzaba la mujer en la sociedad se iban a quitar del camino otros lastres, como por ejemplo, la violencia a la que muchas hoy están sometidas.

”Ello fue una visión muy sesgada de la realidad. La dinámica social es mucho más rica de lo que a veces se puede palpar. Si hoy existe la violencia en todas sus variantes, física, psicológica, sexual, es precisamente porque no se ha logrado educar a los hombres en otros principios. Es importante calar en la conciencia de cada ciudadano y de cada ciudadana. Hay que volver sobre los derechos de los hombres y las mujeres en Cuba, y a la vez sobre los deberes y compromisos con la sociedad. Fue la Revolución quien pudo dar este salto cualitativo y cuantitativo, en los temas sobre equidad de género.

”La sociedad cubana actual, en conjunto con la FMC y otras instituciones, como nunca antes, tiene la obligación de mantener en alto los ideales de Vilma. Por otra parte, es importante prestar atención a lo que dice la ciencia sobre la violencia de género para así poder construir, sobre basamentos sólidos, lo que se quiere y se necesita alcanzar”.

 

 

 

 


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Giselle Vichot Castillo

La mamá de Amelia y editora de la Revista Cubahora

Se han publicado 1 comentarios


Roxana
 26/11/15 15:06

Lo mas preocupante del caso es cuando somos las propias mujeres quienes asumimos de manera natural, transparente y hasta inconsciente algunas acciones de violencia. Creo que la clave de esta lucha por la no violencia contra la mujer sera ganada no solo sin enseñamos a las mujeres a defenderse, sino si enseñamos a los hombres a no maltratarlas

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