Educación y TICs: aprender disfrutando

Para muchos maestros las nuevas tecnologías fueron durante un tiempo un obstáculo para la concentración de los alumnos en la clase. Constantemente las explicaciones eran interrumpidas por el timbre de un celular o de incógnito varios estudiantes armaban un grupo de chat con Zapya.

En un primer intento por aprovechar en beneficio del proceso educativo las posibilidades de estas herramientas, creció la orientación de tareas que demandaban su uso. Pero, este camino tampoco estuvo exento de desviaciones, no fueron pocos los que asumieron de forma pasiva y acrítica los contenidos de las enciclopedias virtuales y las páginas de Internet.

Fue la etapa del “copia y pega”, aun no del todo superada, pero que llamó la atención sobre la necesidad de introducir cambios en el modelo educativo cubano ante los retos que suponía la llegada de las Tecnologías de la Comunicación y la Información.

El Tercer Perfeccionamiento de la Educación Cubana, aún en fase de experimentación, ha significado un importante paso en ese sentido. Desde el punto de vista metodológico, la nueva visión del proceso enseñanza-aprendizaje aboga por una mayor creatividad en el uso de estas herramientas que más allá de complementar la labor del maestro o el momento de la clase, se convierten en un elemento indispensable para que el estudiante construya y desarrolle habilidades críticas ante el conocimiento.

A diferencia de etapas anteriores y de acuerdo con lo adelantado por las propias autoridades del sector, el Tercer Perfeccionamiento trata de crear mecanismos didácticos para lograr una enseñanza más participativa y que dé respuesta a problemáticas del conocimiento más actuales.

Téngase en cuenta que en el nuevo escenario no basta con saber, hay que aprender a aprender y desaprender con rapidez y asumir una actitud crítica y creativa ante las problemáticas cotidianas.

Estos cambios se sostienen en un proceso inversionista en el sector educacional orientado a incrementar el acceso, crear contenidos adaptados al contexto y las necesidades cubanas y disminuir los indicadores de obsolescencia en el parque tecnológico.

De acuerdo con datos del Ministerio de Educación, en el país existen más de 63 000 computadoras en los planteles, un alto por ciento de ellas con problemas técnicos. De igual forma suman más de 1 600 las escuelas de los distintos tipos de enseñanza que tienen acceso a la red de redes, en un cronograma de ampliación de la conectividad que también posibilita el acceso de los profesores desde sus hogares.

Las escuelas del país cuentan además con 12 software educativos, los cuales mediante juegos interactivos, visitas virtuales, bibliotecas digitales y repositorios de contenido contribuyen a la formación integral de alumnos y profesores de todos los niveles de enseñanza.

Una de las experiencias más llamativas en este sentido es el portal web Cubaeduca. El sitio deviene un novedoso repositorio de contenidos y lo que es más importante, provee servicios orientados a la familia para facilitar los repasos en la casa, el estudio individual y la investigación.

Aquí es posible encontrar todos los libros de texto, cuadernos de trabajo, softwares educativos, el repositorio de audiovisuales Pa Que Te Eduques, aplicaciones para teléfonos móviles, resúmenes con exámenes de años anteriores y la posibilidad de contactar con expertos sobre una duda relacionada con una asignatura o el proceso mismo de formación del conocimiento y la personalidad de niños, adolescentes y jóvenes.

Cubaeduca tiene en su contra la insuficiente penetración de Internet en la sociedad cubana y el uso básico que en no pocas ocasiones se le da, circunscrito a la comunicación interpersonal; sin embargo, va creando una valiosa base de datos para incrementar la presencia de contenidos autóctonos en la red de redes.

A pesar de sus ventajas, la inclusión en los procesos pedagógicos de las tecnologías de la información y la comunicación también tiene sus desventajas. Por un lado, si se manejan de forma incorrecta pueden llevar a la dependencia tecnológica en los estudiantes o la práctica de sustituir la figura del maestro (algo que ya pasó con malos resultados en años anteriores).

Al mismo tiempo pudiera provocar desigualdades ya que no todos los alumnos tienen acceso a Internet ni a los dispositivos electrónicos, de ahí la necesidad de asegurar tecnologías y conectividad en las escuelas.

Estos obstáculos forman parte del camino que como país tenemos que transitar para elevar la calidad de nuestro sistema educacional, el cual constituye uno de los cimientos de la obra social de la Revolución. Sortearlos corresponde en un gran porciento a la escuela, pero también a la familia. De forma tal que las nuevas tecnologías no sean ni obstáculo ni fin en el complicado proceso de aprendizaje, sino una herramienta que lo haga más placentero.