“Por una sociedad socialmente responsable” fue el tema central del IX Congreso Internacional de Educación Superior que por estos días sesionó en el Palacio de las Convenciones de La Habana, con la participación de más de 3 500 delegados de 60 naciones.
La investigación científica es misión sustancial de la universidad moderna. De su gestión del conocimiento depende el avance del país y la formación de los estudiantes en función de ser útiles a la sociedad.
En Cuba, estudiantes y profesores participan de la actividad científica. Organizarla para que su labor no caiga en saco roto, y sea aprovechada en función del desarrollo local y nacional, es empeño en el cual se labora arduamente.
La doctora Aurora Fernández, viceministra de Educación Superior de Cuba, quien presidió la mesa redonda “Una visión prospectiva de la Educación Superior” en el Congreso, afirmó en entrevista con esta reportera que para avanzar hacia el socialismo próspero y sostenible que requiere el país, es imprescindible utilizar la investigación científica.
“Es necesario aumentar la productividad del trabajo, sustituir importaciones, generar más fondos exportables, sin la ciencia y la técnica es prácticamente imposible alcanzar esos propósitos” destacó.
El Ministerio de Educación Superior de Cuba cuenta con 22 universidades, 33 centros de investigación, 88 centros de estudios, 123 sedes universitarias municipales. En ellas laboran 18 000 profesores, de ellos 12 000 a tiempo completo. De ellos, el 24 por ciento son doctores y el 48 por ciento son master.
Con estas capacidades, argumentó Aurora, es bastante lo que se puede aportar para resolver problemas del país, tanto de las ciencias sociales, como económicas o técnicas.
“Ninguna organización en Cuba dispone de un número tan alto de profesionales con grados científicos como las universidades cubanas, y con saberes tan interdisciplinarios para enfrentar estas tareas en apoyo al desarrollo socio económico del país”, precisó.
“Este personal tan calificado es nuestra principal fortaleza, por ello podemos generar productos de impacto económico y social para sustituir importaciones y satisfacer la calidad de vida de la población, dijo”.
La viceministra destacó que, aunque aún falta mucho por hacer, se ha avanzado en la coordinación con los organismos del Estado para aplicar las investigaciones que se generan en las universidades, y puntualizó que el desarrollo local y territorial es hoy una prioridad para ese trabajo.
“La producción de alimentos, la energía renovable, la construcción de viviendas, así como mejorar los sistemas de salud y educación requiere de conocimientos y tecnología, y nuestras universidades pueden apoyar a los gobiernos locales en esa gestión”.
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