La VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe concluyó en La Habana con la voluntad expresa de mantener la responsabilidad de los respectivos miembros en la construcción de sociedades justas, equitativas, centradas en el ser humano e inclusivas.
La Declaración de La Habana, aprobada en el marco de esta VII Cumbre, tocó puntos medulares para la región y para nuestro país: acogió con satisfacción el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos de América, y la reapertura de sus respectivas Embajadas; consideró que la devolución a la República de Cuba del territorio que ocupa la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo debe ser un elemento relevante del proceso de normalización de relaciones entre ambos países.
Se ratificó la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, suscrita por los Jefes de Estado y de Gobierno de la región en la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y se rechazó firmemente las listas y certificaciones unilaterales que afectan a países de la Asociación.
Se trataron temas de alto impacto como el comercio y su desarrollo a través de un sistema multilateral, basado en normas, abierto, transparente, predecible, inclusivo, justo, equitativo. Enfatizaron en la necesidad de reforzar la cooperación en el marco de la AEC priorizando el enfoque de gestión integral del riesgo de desastres, y reconoce la alta vulnerabilidad de la región a los graves efectos del cambio climático, y sus negativas consecuencias para nuestras economías, sociedades, la biodiversidad, las especies endémicas.
En el texto también se apoya firmemente la culminación del proceso de diálogo que se lleva a cabo entre el Gobierno de la República de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y se saluda los avances alcanzados destinados a poner fin a un conflicto que por más de 50 años ha afectado el desarrollo político, social y económico de esa nación hermana, y expresa su apoyo al éxito de este proceso.
RAÚL: NO PODEMOS PERMANECER INDIFERENTES ANTE LAS TURBULENCIAS QUE TIENEN LUGAR EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Luego de la jornada inaugural de la VII Cumbre de Jefes de Estado de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y de las palabras de recibimiento a los mandatarios del General de Ejército Raúl Castro Ruz, los mandatarios debatieron en sesión plenaria los problemas y desafíos que enfrenta la región.
En los últimos años la Asociación de Estados del Caribe ha concentrado sus principales esfuerzos en impulsar la cooperación en áreas estratégicas, lo que es positivo y debemos continuar desarrollando, sin perder de vista que las circunstancias actuales nos plantean serios desafíos que también es preciso enfrentar unidos, precisó el presidente cubano en su discurso inaugural.
En otro momento de su intervención Raúl alertaba: no podemos permanecer indiferentes ante las turbulencias que tienen lugar en América Latina y el Caribe, como consecuencia de la contraofensiva imperialista y oligárquica contra los gobiernos populares y progresistas surgidos tras el fracaso de la ola neoliberal, lo que constituye una amenaza a la paz, la estabilidad, la unidad y la imprescindible integración regional.
El presidente de Costa Rica Luis Guillermo Solís; el Primer Ministro Trinidad y Tobago, Keith Rowley; Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, el Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Everald Gonsalves; el Presidente de Venezuela Nicolás Maduro y otros mandatarios hicieron uso de la palabra.
La sesión vespertina Sesión Plenaria de la VII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno inició con las palabras del presidente de Guatemala, Jimmy Morales; también intervinieron el Primer Ministro de Curazao, Bernard D. Whiteman; María Ángela Holguín Cuéllar, Ministra de Relaciones Exteriores de Colombia; el primer Ministro de Bahamas, Perry Gladstone Christie, entre otros.
La paz y la estabilidad, la defensa de los intereses de nuestros pueblos y el ejercicio de la soberanía y la autodeterminación, sin injerencia externa, son elementos esenciales para avanzar hacia las metas de integración y cooperación que nos hemos trazado, subrayó Raúl en el discurso de clausura de la Cumbre. Esta coyuntura nos obliga a preguntarnos cómo consolidar lo alcanzado y seguir adelante. Sabemos todos, por la experiencia de la década perdida, que una nueva oleada neoliberal, con el desmontaje de las políticas sociales inclusivas, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la desregulación del mercado, la desprotección ambiental y la disminución del papel del Estado, nos impedirá cumplir los objetivos de integración regional y cooperación que nos hemos fijado, precisó.
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