No hubo medio de comunicación del mundo que dejará de publicar la noticia. EFE, Russia Today, AFP, diarios como La Jornada, El País, Le Monde, El Comercio, La Nación, múltiples cadenas televisivas…No era difícil olfatear que se trataba de uno de los hechos más importantes ocurridos en décadas, que marcaba no solo un giro en la política bilateral de hace más de medio siglo, sino también regional.
54 años, 7 meses y 17 días después del quiebre formal de las relaciones entre los dos países vecinos un 3 de enero de 1961, se escucharon en la capital estadounidense las notas del Himno Nacional, una multitud que clamaba “viva Cuba”, “viva Fidel” y Bruno Rodríguez no solo se convirtió en el primer canciller cubano en efectuar una visita oficial a los Estados Unidos, sino que dialogó con el secretario de estado John Kerry en igualdad plena de condiciones y teniendo como principio la soberanía.
“Mucho ha pasado desde aquel simbólico saludo entre Obama y Raúl en el funeral de Nelson Mandela”, dijo un presentador de Telesur este 20 de julio, ante la significación de lo que estaba ocurriendo. El tiempo ha dicho que Cuba venció, y se mantuvo inalterable la decisión de no ceder a las presiones políticas ejercidas desde Washington en contra de su derecho a la autodeterminación.
Contó Eusebio Leal Spengler que la bandera que fue arriada cuando la Casa Blanca cortó sus nexos con La Habana ha regresado al segundo piso de la casa con el número 2630 de la calle 16.
“Fue rescatada por aquel al que le tocó bajarla, un anciano hoy, Héctor García Soto, bisnieto del Mayor General Vicente García y de Brígida Zaldívar. Habría sido bonito, trascendental que aquella bandera que el 3 de enero de 1961 se arrió aquí fuera ahora izada, pero su estado de conservación no lo permite”, puntualizó el historiador de La Habana.
También en Cuba, pese a que el acto tendrá lugar, según confirmó el Secretario de Estado John Kerry, el próximo 14 de agosto, muchos vivieron con emoción el día. La televisión nacional transmitió cada detalle de la jornada y en las redes sociales más de un cubano mostró su felicidad por ser partícipe de uno de los hechos que marca desde ya el futuro de la región.
Este 20 de julio usted puede ya marcar la fecha en su almanaque como un día para recordar. Tuvo su precedente en la decisión simultánea anunciada por Obama y Raúl el pasado 17 de diciembre de restablecer relaciones diplomáticas y, desde entonces, más de tres rondas de conversaciones y otros encuentros específicos han sido necesarios para organizar cada detalle.
Pero como más de una vez se ha ratificado, el mayor desafío ahora es convertir la apertura de embajadas en un viaje de no retorno hacia una relación de nuevo tipo ¿Qué significa la posibilidad de contar con una embajada en ambas naciones?¿Es posible la convivencia pacífica sobre la base del respeto mutuo? ¿Cómo establecer relaciones normales entre dos países que nunca la han tenido? Son preguntas que se hacen muchos.
El presidente cubano ha dicho que Cuba y Estados Unidos debían aprender el arte de la convivencia civilizada basada en el respeto a las diferencias y la cooperación en temas de interés común, sin pretender “que Cuba tenga que renunciar a sus ideales de independencia y justicia social”. Hasta el momento, todo marcha bien y el propio Kerry ha asegurado que su gobierno cumplirá con su parte.
En esto va sin dudas uno de los mayores desafíos: la afirmación por parte de las representaciones de que las relaciones Cuba- Estados Unidos se construirán teniendo como punto de partida la Convención de Viena. ¿Qué es la Convención de Viena? ¿Cómo puede ella garantizar una relación de respeto mutuo y no injerencia entre los Estados?
Se trata del instrumento jurídico internacional que regula en 53 artículos y dos protocolos facultativos, las relaciones diplomáticas, las funciones y el comportamiento de las misiones y el personal diplomático, así como sus deberes, derechos y restricciones. El documento responde a los principios de la Carta de las Naciones Unidas relativos a la igualdad soberana de los Estados, al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales y al fomento de las relaciones de amistad entre las naciones, y plantea que “contribuirá al desarrollo de las relaciones amistosas entre las naciones, prescindiendo de sus diferencias de régimen constitucional y social”.
Respetar su articulado será sustancial en lo adelante, si se desea construir una relación diferente.
Ambos líderes han reconocido que existen profundas diferencias entre ambas naciones, pero han defendido que es posible cooperar en disimiles temas sobre la base del respeto a la soberanía. Desde hoy, se abre la etapa más larga y compleja, en la que Cuba y Estados Unidos buscarán avanzar en la normalización de sus vínculos.
No es lógico hablar de un restablecimiento real desde la existencia del Bloqueo. De hecho el propio presidente Obama ha reconocido que este ha fracasado y ha pedido al Congreso su derogación. También son imprescindibles la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, el cese de las transmisiones radiales y televisivas ilegales y la eliminación de los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas. Cuando llegue este día, Cuba y Estados Unidos estarán preparados entonces para construir sobre una base de confianza.
Por el momento, Kerry ha dicho que el reclamo cubano de la devolución del territorio que ocupa la base naval de Guantánamo "no forma parte de la conversación" por ahora entre su Gobierno y Cuba. "No sé lo que pasará en un futuro, pero por el momento eso no forma parte de la conversación por nuestra parte", puntualizó.
Ha amanecido hoy, 21 de julio, y todavía la delegación cubana está presente en Washington: con nombres como Ronald Hernández, el médico cubano que combatió el ébola en África, Silvio Rodríguez, Kcho, Ricardo Alarcón de Quesada y otros, deben tener sobre la piel las emociones del día. Cubanos y estadounidenses tienen ahora los ojos en el horizonte, deseando no haya otra brújula que la necesaria normalización. Cuba pide el fin del bloqueo, ambos pueblos se merecen un futuro diferente, y yo les aseguro que ese día también tendrá que llegar.
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