De lejos, desde la larga carretera, solo se ven las cuatro gigantescas grúas de pórtico cuya silueta permite intuir la magnificencia de lo que será la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), un puerto que con un millonario crédito brasileño se reconfigura y pretende reconfigurar a la economía nacional.
Hay un sol que calienta la extensa explanada de casi 30 hectáreas que constituye el “patio”, como llaman los trabajadores a la Terminal de Contenedores, aledaña al nuevo muelle de 700 metros que acaban de inaugurar Raúl y la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
Ya hay algunos contenedores, la mayoría descargados del barco K-Breezze, el primer buque que atracó en Mariel y que trajo pollo congelado desde Estados Unidos, cargado en cajas guardadas en 500 contenedores.
“Fue una operación perfecta”, dice a Cubahora el argentino Marcelo Patat, director de Operaciones de la Terminal, al explicar que el buque se descargó en poco más de tres horas con las grúas chinas de última generación, que tienen casi cien metros de altura.
Bajo sol, al que parece inmune Patat, vestido con un traje oscuro, relucen las grúas pintadas de verde y amarillo, el “verdemarelho” típico de los brasileños, pero además, de manera alterna, cada una tiene en lo alto una bandera de Brasil y Cuba.
Además de esas cuatro grúas, que con un solo movimiento son capaces de descargar un contenedor de 40 pies o dos de 20, en el patio hay otras 12 más pequeñas para organizar el almacenaje, una tarea compleja porque se estima que en un año se trasegarán unos 822 mil envases de ese tipo.
Pero todo tiene que tener la exactitud de un reloj suizo, pues los contenedores se colocan en columnas de cinco, cuando están llenos, y de hasta siete, cuando no tienen carga, y se necesita saber bien dónde está cada uno y qué contiene.
Por eso se utiliza un sistema informático, llamado SITUS, creado en China, que mediante chips, controla digitalmente todo lo que sucede en la Terminal, incluido el movimiento de los camiones y hasta la información personal de los choferes de esos vehículos.
La sala de control está ubicada casi a la entrada del muelle, en el llamado Edificio socio-administrativo, donde en una gigantesca pantalla conectada a varias computadoras, se tiene información en tiempo real de todas las operaciones.
“Lo más importante es que todo el equipamiento de la instalación es de última generación y con eso se prevé atender a los mayores buques del mundo”, asegura Patat, quien pertenece a la compañía PSA International de Singapur, que opera el nuevo puerto de Mariel, como hace en otros 15 países.
Además del extenso patio, donde hay tomas para mantener la temperatura en mil 140 contenedores refrigerados, la nueva obra tiene planta de tratamiento de desechos sólidos y líquidos de los buques, muelles de abastecimiento de agua y petróleo, subestación eléctrica y un área de inspección radiológica de contenedores.
“La terminal está plenamente operativa. La semana que viene recibiremos otro buque de la línea Crowler y a partir de la próxima estará operando también la naviera Hamburg Sud”, adelanta Patat para explicar cómo, poco a poco, el puerto de La Habana transfiere sus responsabilidades comerciales a Mariel.
El principal problema de la rada habanera es la poca profundidad de sus aguas, algo que Mariel, con sus casi 20 metros de calado, supera con holgura, lo que permitirá recibir a los gigantescos barcos Postpamanax, capaces de cargar el triple de lo que unos 12 mil 500 contenedores, los que podrán atravesar el Canal de Panamá después de que concluya su ampliación en 2015.
En una segunda etapa de las obras, para las que la presidenta brasileña ya anunció un crédito de 290 millones de dólares, el muelle se extenderá hasta los dos mil 400 metros y el patio de contenedores tendrá 128 hectáreas.
Además, el 1ero de julio próximo deberá quedar completa la línea ferroviaria que unirá a Mariel con todas las provincias del país, lo que sin dudas hará más eficientes las operaciones al reducir los gastos de transportación que ahora solo se pueden hacer por vía automotor.
Pero tal vez lo más importante es el hecho de que alrededor del puerto se constituirá la ZEDM, un área de 465 kilómetros cuadrados, de Baracoa a Cabañas, con facilidades para la necesaria inversión extranjera y en la que la economía nacional ha puesto una buena parte de sus esperanzas de crecimiento y desarrollo.
Mariel es una muestra de lo que puede hacer el país y sobre todo de lo que tenemos por delante, porque, como aseguró Raúl en la inauguración, "esta Terminal de Contenedores y la poderosa infraestructura que la acompaña son una muestra concreta del optimismo y la confianza con que los cubanos miramos al futuro socialista y próspero de la Patria".
Mariel: una mirada al futuro
El nuevo muelle y la Terminal de Contenedores es el anticipo de lo que será la Zona Especial de Desarrollo de Mariel…
3 comentarios
312 votos
Luzmilda Guillen desde FB
28/1/14 14:47
congratulations!!!!!
Gabriel Terra Azcurra desde FB
28/1/14 14:46
Felicidades a los cubanos.
A. Martinez
28/1/14 10:15
Mis felicitaciones, este es un gran paso económico que va da a dar frutos comparativos con el tamaño de la obra. Mis deseos de que construyan muchos proyectos más y que la economía mejore. Yo digo que si se puede. Con reformas inteligentes Cuba puede mejorar exponencialmente.
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