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viernes, 15 de noviembre de 2024

Los Peter Pan: una sombría historia

El libro Operación Peter Pan, cerrando el círculo en Cuba, de la reconocida cineasta Estela Bravo incluye testimonios de niños y otras personas que estuvieron involucradas en aquella acción…

Marta María González Sojo en Exclusivo 12/01/2014
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libro peter pan
Eusebio Leal habló sobre el libro basado en el documental de Estela Bravo. (Elsa Claro Madruga / Cubahora)

Emoción es la palabra que mejor describe el ambiente que se vivió durante la presentación del libro Operación Peter Pan, cerrando el círculo en Cuba, publicado por el Fondo Editorial de la Casa de las Américas, el cual está basado en el documental del mismo nombre de la cineasta Estela Bravo, producido por su esposo Ernesto, su principal colaborador, y la edición literaria a cargo de Olga Rosa Gómez Cortez.

La sala “Che Guevara”, del recinto de Casa, con su monumental árbol de la vida de fondo, fue el escenario del lanzamiento del texto que incluye, además de los testimonios de varios de aquellos niños aparecidos en la cinta y que hoy peinan canas,  la recopilación de otras  vivencias de algunas personas que, sin estar involucrados directamente en aquella acción, fueron testigos de estos acontecimientos y poseían una significativa información que aportar. El prólogo fue escrito por Wayne Smith, exjefe de la Sección de Intereses de EE.UU. en Cuba, quien también estuvo en funciones diplomáticas cuando iniciaba su carrera, en la Embajada norteamericana en La Habana hasta el rompimiento de las relaciones entre ambas naciones.

La presentación estuvo a cargo del doctor Eusebio Leal Spengler, quien aportó un valor agregado a la publicación al introducir en sus palabras trazos de sus propias vivencias en aquella época, cuando muchos de sus amigos los tuvo que despedir, insertando en su discurso interesantes comentarios.

La operación  Peter Pan se distinguió por su crueldad y falta de sentimiento humano. Fue una de las más secretas acciones de subversión y guerra psicológica desarrolladas por la CIA. Las principales víctimas fueron indefensos niños y padres muchas veces engañados o hábilmente confundidos por falsos rumores, con fines desestabilizadores.

Aquellos pequeños fueron a dar a albergues y después enviados a otros estados, orfelinatos y demoraron muchos de ellos en poder volver a ver a sus padres, a quienes por diversas razones les dilataron sus visas para emigrar hacia los Estados Unidos y reunirse con sus pequeños.

De ellos se percibe, aun en nuestros días, que aquel hecho permanece en su psiquis, que les dejó un fuerte trauma, ocasionado por la separación abrupta de sus familiares, y también de sus raíces y costumbres. Y todo por una infame conspiración política contra los gobernantes cubanos por parte del Imperio yanqui.

Hubo instantes imperecederos cuando dos de ellos que vinieron expresamente para la ocasión, consignaron recuerdos y experiencias vividas. Alex Lopez, uno de aquellos chicos enviados a Estados Unidos, bastante conmovido, contó momentos de su vida desde el instante que partió hasta su estancia en un orfanato, unos padres de acogida y cuando tenía 17 años finalmente pudo volver a reunirse con sus progenitores.

López, propietario de la agencia de viajes Interplanner, que lleva más de 30 años trabajando en traer distintos grupos especializados para que conozcan la realidad cubana, nos ofreció de primera mano estas palabras: “Las emociones son muy cubanas y yo soy muy cubano, por eso cada vez que hablo sobre el tema las heridas  vuelven a abrirse y no cicatrizan, pero vale la pena para que esto no vuelva a pasar.”

Silvia Wilheim, otra que vivió la amarga experiencia, en la actualidad  preside la organización Cuba Puentes, con el fin de lograr relaciones basadas en el entendimiento y el respeto. “Volver a Cuba me cambió la vida y luego, durante muchos años, trabajé en Washington tratando de cambiar la política fallida, contraproducente y cruel contra esta nación caribeña”, explicó.

El mensaje mayor que quieren ofrecer estos cubanos es que sea un motivo de reflexión para las generaciones postrimeras, no importa donde vivan, y de esta manera tengan un mejor entendimiento de la operación Peter Pan, la trascendencia histórica y, a la vez, motive a que acciones como esta jamás se repitan en ningún lugar.


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Marta María González Sojo


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