//

sábado, 23 de noviembre de 2024

Los cubanahuis

Liada no es el único cubanahui –así llaman a los miles de saharauis formados en Cuba- que me encuentro en mi primera mañana en Dajla...

Iroel Eri Sánchez Espinosa en Escambray 10/10/2013
1 comentarios
Iroel y un saharui
Iroel Sánchez junto a Liasda Lebsir.

Desde hace diez años se realiza en los campamentos de refugiados saharauis el FiSahara, un Festival de Cine surgido por iniciativa del cineasta peruano Javier Corcuera.

Dajla, la sede del Festival, es una wilaya de 32 000 habitantes, que hace 40 años surgió del lado argelino cuando Marruecos arrebató a los saharauis su territorio. Las jaimas de las familias saharauis alojan durante el Festival a los invitados, por la noche se proyectan al aire libre las películas participantes y en el día se realizan talleres donde participa la población y especialmente los niños. Los saharauis comparten con los invitados lo muy poco que tienen, aquí donde desde el agua hasta la electricidad son escasas.

España, como hizo con Cuba en 1898 al entregarla a Estados Unidos, cedió en 1975 el territorio del Sahara Occidental a Marruecos. Desde entonces y hasta 1991 hubo una guerra que cesó al aceptarse un referéndum a realizar por la ONU, aún pendiente.

Los habitantes de Dajla, que sobreviven fundamentalmente con lo que les envía el programa de refugiados de la ONU, ven en el Festival una oportunidad para que su causa sea divulgada. Del lado de allá de un muro de 2700 kilómetros, construido por Marruecos, sus familiares sufren constantes violaciones de derechos humanos en el Sahara ocupado.  El muro, construido con tecnología y asesoramiento israelí, cuesta un millón y medio de dólares cada día mientras el pueblo marroquí permanece en la miseria.

En la sala de prensa, donde acceder a Internet es casi una quimera, Liasda Lebsir me escucha hablar y me pregunta si soy cubano. Él dirige la escuela de arte saharaui en Bojador, estudió en Cuba y me dice que nadie los ha ayudado tanto como mis compatriotas. Su primera pregunta es cómo va la lucha por el regreso de Los Cincocubanos condenados injustamente en Estados Unidos y me cuenta de un reportaje que vio sobre el tema en una televisora del Líbano. Liada no es el único  cubanahui –así llaman a los miles de saharauis formados en Cuba- que me encuentro en mi primera mañana en Dajla, otro reconoce mi acento y me dice estudió en la Isla desde los catorce años, también un niño me habla de su hermano que cursa una carrera universitaria en La Habana.

Hasta en este lugar olvidado por la mano de Dios no es difícil comprobar que lo que en Miami llaman el “largo brazo del castrismo”, como los médicos cubanos que durante muchos años han servido en los campamentos saharauis, hace honor a la frase bíblica: Por sus hechos los conoceréis.


Compartir

Iroel Eri Sánchez Espinosa

Se han publicado 1 comentarios


tide
 11/10/13 9:14

Iroel, pienso que esas personas y esos pueblos que han recibido ayuda desinteresada de cubanos y de Cuba, dirán que: ¡Bendito sea "el largo brazo del castrismo"! ¿Qué pudieran los sarahuíes decir de España, Marruecos y de los instigadores mayores de todas las maldades que sufren? Seguro que no son publicables.

Deja tu comentario

Condición de protección de datos