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jueves, 26 de diciembre de 2024

Hacia la VII Cumbre de Las Américas, sin tiempo para ceremonias

Las Cumbres de las Américas han dejado el sabor de un refrán popular: del dicho al hecho va el trecho...

Norelys Josefa Morales Aguilera en Exclusivo 25/03/2015
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Era el 18 de abril de 2009 en Puerto España, Trinidad y Tobago durante la V Cumbre de las Américas. El presidente Hugo Chávez se encontraba sentado en un extremo de la mesa en forma de U que presidía Barack Obama, con los líderes de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Antes de comenzar la reunión Chávez se dirige al norteamericano y  le regala el libro “Las venas abiertas de América Latina” del uruguayo Eduardo Galeano. Obama le estrechó  la mano. Luego de saludarle con un “¿cómo estás?”, le agradeció, mostró el libro ante las cámaras y lo dejó sobre la mesa.

La derecha internacional tocó las alarmas por lo “peligroso del libro” y el saludo con apretón de manos. Los medios que la secundan con fiel obediencia, banalizaron graciosamente el gesto: subieron las ventas del texto de Galeano.

Sin embargo, si alguna esperanza quedaba de un nuevo comienzo de Estados Unidos con los latinoamericanos y caribeños, se desvaneció. Los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América fijaron su posición. El mandatario nicaragüense dijo todo lo que debía decirse y la prontitud hipócrita y sonriente de Obama, salió al paso para bajar la tensión: "Le agradezco al presidente Ortega que no me haya culpado de cosas que pasaron cuando yo tenía tres meses", provocando las risas del auditorio.

Fidel Castro reseñó el encuentro con un título demoledor: “La Cumbre y la Mentira”. Continuaban abiertas las venas de América Latina aunque se precipitaba el cambio de época.

CONTINUIDAD DE LA POLÍTICA DE EE.UU. Y LAS CUMBRES

El proceso de las llamadas Cumbres de Las Américas no ha surgido a instancias de los países de la región, sino de Estados Unidos que han convertido a las reuniones de jefes de estado en rampas de lanzamiento para sus estrategias en lo político y económico, a corto o largo plazo, de acuerdo con sus intereses geopolíticos, como permite apreciar en lo sucedido desde sus antecedentes y durante las dos últimas décadas.

En julio de 1956, Estados Unidos convocó a 19 gobernantes en la Ciudad de Panamá con el auspicio de la OEA, esperando imponer su liderazgo en el desarrollo económico y social de las Américas, lo que se considera el antecedente de las actuales Cumbres. Su objetivo declarado fue fortalecer la Alianza para el Proceso, una iniciativa del Presidente J.F. Kennedy y sus asesores para promover el desarrollo y las relaciones pacíficas en las Américas.

En realidad, se trató de un plan político disfrazado como programas sociales y económicos dirigido a frenar la influencia de la Revolución Cubana en América Latina. Como era de suponer fracasó. La OEA expulsó a Cuba de su espacio por razones ideológicas, ¡el marxismo en plena Guerra Fría!

Luego, durante todos estos años los Jefes de Estado y de Gobierno del Hemisferio, excluyendo a Cuba, se han reunido periódicamente para “discutir preocupaciones comunes, buscar soluciones y desarrollar una visión compartida para el desarrollo futuro de la región, ya sea  de carácter social, económico o político.”

Según la web de la EOA, este proceso, de las Cumbres de las Américas, es vital para establecer y alcanzar metas en el Hemisferio, y es de esa forma como la OEA recibe la mayoría de sus mandatos.

Bill Clinton convocó en diciembre de 1994, la I Cumbre en Miami, bajo la sombrilla del Consenso de Washington que uniría a  la sub región con los postulados de la Casa Blanca, con el lanzamiento del ALCA (Tratado de Libre Comercio Continental), mientras el neoliberalismo campeaba por su respeto.

Parecía que Estados Unidos lograría sus propósitos, pero George Bush salió de Argentina fracasado, pues, en IV Cumbre realizada en noviembre de 2005, en Mar del Plata, Estados Unidos ya no pudo imponer el ALCA ante la negativa del Mercosur y Venezuela.

La V Cumbre realizada en Trinidad y Tobago, en 2009, cuando comenzaba la presidencia de Obama terminó siendo el momento en que América Latina y el Caribe comenzaron a fijar más claramente sus posiciones. El gesto de Chávez hacia Obama con el libro de Galeano, adquiere al paso de los años una connotación muy simbólica. Obama no se podría desligar de la pesada herencia del Imperio que dirige, sin consideración de que él sea un hombre negro: es el principal alabardero de la élite imperial.

Para VI Cumbre de presidentes en Cartagena de Indias en 2012 la región era otra: apareció unánime contra la exclusión de Cuba, contra la guerra de las drogas y a favor de la descolonización de las islas Malvinas. Como resultado comenzó el aislamiento de Estados Unidos, con apenas unos pocos aliados que no hacen la diferencia.

Son  cambios epocales, que a veces los revela una anécdota, al margen de los chismes mediáticos. Impensado: Dilma Rousseff interrumpió el discurso de Barack Obama. El presidente de los Estados Unidos peroraba sobre los avances de varios países de América Latina diciendo que ahora existe “una próspera clase media” que es una oportunidad de negocios para empresas de su país. “De repente están interesados en comprar iPads, interesados en comprar aviones de la Boeing”. “O Embraer” (aviones brasileños), cortó Dilma cosechando aplausos.

HACIA LA VII CUMBRE DE PANAMA

El primer rasgo distintivo para este encuentro será la presencia de Cuba y la prisa de Obama por presentarse en Panamá con embajadas abiertas en La Habana y Washington, pero las elementales demandas de Cuba, excluirla de los países patrocinadores del terrorismo y la posibilidad de asistencia bancaria a su representación, no han sido resueltas, por no adentrarnos en las leyes que sustentan el bloqueo.

Si esto era una buena jugada para la Administración de “poder inteligente”, las amenazas contra Venezuela y el total apoyo de la región, incluido el escenario de la OEA, lo van a poner en terreno minado.

Otros países importantes en la región como Brasil y Argentina le van a presentar una agenda muy atendible a Obama, que deberá salir con su oratoria mesiánica y envolvente, que probablemente no le resulte. Es el pronóstico.

Washington, necesitará como hasta hoy emplear la Cumbre como una rampa de lanzamiento para sus estrategias. Lo que estamos viendo es un despliegue de la derecha de la región bien alineada al “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”.

Ya los analistas lo están adelantado. Esta podría ser la cumbre del fracaso para Estados Unidos y la OEA. Resulta que bajo el lema del cónclave: "Prosperidad con equidad: El desafío de cooperación de las Américas" la oferta de Estados Unidos ha sido continuar abriendo las venas de América Latina y el Caribe en sus recursos e independencia.

A pesar de cualquier lacayo de turno, esa no será la perspectiva que permita la región, máxime cuando los movimientos sociales no están dispuestos a dejar escamotearse el futuro, sin importar las tretas que se empleen con cualquiera de los Foros Alternativos, algunos pensados para imponer los designios de Washington.

Luce que no será una Cumbre sosegada como habían imaginado los estrategas imperiales. Es tiempo de otro MERCOSUR, UNASUR, ALBA y CELAC que ha declarado la región como zona de paz.

No es tiempo de ceremonias y Barack Obama debiera saberlo ya.


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Norelys Josefa Morales Aguilera

Periodista y escritora cubana, impulsora de Blogueros y corresponsales de la Revolución


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