Un inmediato, atronador e inusual aplauso a una diplomática norteamericana, se escuchó en el plenario del 71 período de sesiones de Asamblea General de la ONU, cuando la embajadora norteamericana, Samantha Power, anunció que se su país se abstendría en la votación a la Resolución “Necesidad de ponerle fin al Bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”.
Ah, no obstante, según la diplomática, esto no significa que EE.UU. esté de acuerdo con lo planteado por la delegación cubana. “Pero la resolución es un ejemplo de que la política de aislamiento no funciona, porque en lugar de aislar a Cuba, aísla a Estados Unidos”, dijo.
Antes de señalar algunos tips de los dichos de la diplomática, que en varias oportunidades anteriores, respecto a Cuba, olvidó la finura, ahora evidentemente cumplió el encargo de su Presidente, Barack Obama, cuya política, ha sido un compendio de su 'smart power'. A la postre, cargado de contradicciones, para apuntar a una guerra cultural y simbólica, que terminaría con la Revolución cubana, ni más ni menos.
Power interpretó el libreto Obama a la perfección. Simplificación despampanante y el contar historias – storytelling-, recurso exitoso del marketing político y la manipulación. Ni siquiera los medios de su propio país habían sintetizado con tantos detalles, la historia del médico internacionalista cubano Feliz Báez Sarria, que enfermó de ébola mientras ayudaba en África a tratar la pandemia en 2014.
Al mismo tiempo, las palabras de la diplomática son paradigmáticas, de cómo el bloqueo es un instrumento de presión para un cambio en Cuba, en beneficio de los intereses de Estados Unidos, tal como se entiende de la más reciente Directiva Presidencial de Obama.
En lugar de aislar han optado por iniciar un camino de diálogo porque reconocemos, dijo, que el futuro de la isla está en las manos de los cubanos, lo que mimetizan, porque son los cubanos que ellos han seleccionado los que deben “construir ese futuro”, algo admitido por ingenuos o mal intencionados.
Así que, el lector, no debe dejar de razonar los argumentos para el bloqueo, que explicó la embajadora a nombre del Presidente. No apoyan los motivos que señala Cuba en sus alegatos, pues las medidas estadounidenses “se adscriben al derecho internacional”. Daría risa si el bloqueo no fuera un acto de genocidio, precisamente reconocido por los instrumentos legales de la Convención de Viena.
A continuación declaraba que han modificados en varias ocasiones las medidas impuestas y hoy añadían la primera abstención, abstenerse, remarcó, no significa que Estados Unidos esté de acuerdo con todos los planteamientos de Cuba.
Se vio en la necesidad de reconocer algunas de las áreas en las que Cuba, ha hecho avances para promover los derechos del pueblo, como la alfabetización y el derecho igualitario a la enseñanza de niños y niñas, sin embargo mantuvo la postura de su país de denunciar “violaciones a los derechos humanos”.
Pero, para poner la teja antes de que cayera la gotera, admitió que en la historia de Estados Unidos “por la que tenemos tantos motivos para orgullecernos”, hay también pasajes en los que se han violado los derechos humanos y que requieren una revisión.
RESPUESTA DEL CANCILLER CUBANO BRUNO RODRÍGUEZ PARRILLA
Diplomática, mesurada, firme e irrebatible fue la respuesta del Canciller Cubano, cuyo texto merece leerse para entender, la lección de decoro que Cuba propició que se le diera a Estados Unidos.
Como los periodistas no necesariamente emplean el herramental de la diplomacia, fue una pateadura moral, algunos de cuyos argumentos son resumidos aquí:
-Por su marcado carácter extraterritorial, el bloqueo también afecta directamente a los estados miembros de la ONU.
-Ha tomado 24 años la rectificación del voto en solitario de los Estados Unidos en esta sala, han sido 24 años de aislamiento y fracaso, 58 años de resistencia heroica de nuestro pueblo.
-Pienso en mi pueblo, en Fidel y en Raúl, en los jóvenes herederos de esta larga lucha gloriosa No puede subestimarse el poderoso mensaje que esta asamblea emite a los pueblos del mundo. La verdad termina por abrirse paso.
-El voto en abstención anunciado constituye un paso de avance en el futuro de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, expresó el canciller y agradeció la intervención de la representante norteamericana.
-Es notorio y conocido que el presidente de Estados Unidos posee amplias prerrogativas que no ha empleado aún. -El bloqueo sigue siendo una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de los cubanos y cubanas.
-Es un obstáculo para la cooperación internacional en áreas humanitarias.
-Debieran entender que ya somos libres precisamente porque en 1959 nos liberamos del imperialismo estadounidense.
El Ministro, hizo la pregunta clave que hoy se hacen muchos cubanos. ¿Significa este cambio de voto que –Obama- las utilizará con determinación?
Responder es casi un acertijo, pues si cuando Obama pudo aplicar sus prerrogativas, se contentó con apelar a un Congreso de oposición, ¿lo hará en menos de 100 días que le restan en la Casa Blanca?
Según consta en el Informe que Cuba presentó sobre el bloqueo norteamericano, en un solo año, donde Barack Obama mostraba su doble moral, de abril de 2015 a marzo de 2016, costaron 4.680 millones de dólares a la isla. Mientras, en total la administración de Obama aplicó multas por 14.000 millones de dólares, a diversas entidades bancarias del mundo por sus relaciones con entidades cubanas.
Y, tan grave como esto es que se mantienen los fondos para la subversión, licitaciones para proyectos de ese tipo, las transmisiones ilegales, la política migratoria selectiva a los cubanos, más la afrenta de tener una base militar ilegalmente en territorio nacional, en Guantánamo, entre otras aberraciones e injusticia, rechazadas desde el territorio cubano.
El pensamiento imperial siempre tendrá más intereses que buenas intenciones; sea Obama o quien sea, el presidente de las corporaciones, para quien han gobernado los elegidos hasta hoy.
Cuba ha luchado por su independencia, la ha conseguido. No la va a entregar ante dulces palabras, carentes de hechos sustantivos todavía.
Así que, no es ocioso concluir, que la abstención en la Asamblea General de la ONU contra el bloqueo de Estados Unidos a la Isla, ha sido una abstención a regañadientes, ante el avistamiento de una derrota moral anunciada.
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