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viernes, 22 de noviembre de 2024

De Tiquipaya en Bolivia a la COP 21 en París

La II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida no ha dejado lugar a dudas sobre la urgencia y causas de las afectaciones climáticas que amenazan la vida en el planeta...

Norelys Josefa Morales Aguilera en Exclusivo 14/10/2015
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La declaración de la II Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y Defensa de la Vida (CMPCC), realizada en la población de Tiquipaya, en Cochabamba, Bolivia, no ha dejado lugar a dudas sobre la urgencia y causas de las afectaciones climáticas que amenazan toda la vida en el planeta.

Las alarmas están sonando, sin embargo el cambio climático y su implicación en la sobrevivencia humana no han sido detenidos, a pesar de que crece la conciencia y los llamados desde los pueblos al Papa Francisco en la denominada Encíclica Verde.

La II CMPCC contó con la participación del secretario General de la ONU, Ban Ki-moon y acogió en Bolivia a casi 8 000 delegados de organismos civiles de 50 países de 5 continentes, que aprobaron el lunes 12 de octubre, la “Declaración de Tiquipaya” que urgió limitar el nivel del calentamiento global en no más de 2 grados Celsius y también las emisiones de gases venenosos de efecto invernadero, según informó la agencia ABI.

El desafío es un cambio de paradigma, del modelo industrial capitalista inmisericorde con la naturaleza a un nuevo civilizatorio, en comunión con la Madre Tierra, de cara a las obligaciones con que debe asumir el drama ambiental la Conferencia de las Partes (COP 21) de París.

Francia va a acoger y presidir la vigésimo primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP 21/CMP 11), también llamada “París 2015” del 30 de noviembre al 11 de diciembre.

La COP 21 está obligada a alcanzar el mayor consenso de la historia de la humanidad en materia ambiental desde la revolución industrial decimonónica, por lo cual, la CMPCC propuso la creación de un tribunal internacional de justicia ambiental, para que no vaya a suceder como en la COP 3, que no pudo solucionar el incumplido Protocolo de Kyoto de 1997.

A partir de ese año el nombre de la ciudad japonesa de Kioto se convirtió en un símbolo, puesto que allí fue logrado el primer acuerdo global contra el cambio climático, donde se proponía reducir las emisiones de 6 gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global.

El pacto consistía en reducir sólo el 5 % las emisiones contaminantes globales entre los años 2008 y 2012, tomando como referencia las del año 1990. EE.UU., el principal país industrial emisor, nunca lo llegó a firmar.

Dadas las contradicciones generadas, el Protocolo de Kioto no entró en vigor hasta 2005. Luego fue prorrogado en 2013 y cubre hasta 2020. Pero, en la práctica no se produjeron los resultados esperados, mientras las últimas cumbres del clima convirtieron en letra muerta los temas urgentes y fueron retrasadas las decisiones impostergables.

PARIS NO SERÁ UNA FIESTA

A pocas semanas de la Cumbre del Clima de París, el mundo espera en la COP 21 por un nuevo acuerdo universal sobre el clima, mientras los impactos negativos del cambio climático continúan dramáticamente.

El canciller de Francia, Laurent Fabius, que presidirá la COP21, durante su participación en Cochabamba se comprometió a realizar sus buenos oficios, para que 195 países asuman en París la filosofía de la Conferencia Mundial de Los Pueblos patente en la Declaración.

Sin embargo, como ejemplo de las contradicciones a enfrentar, también Fabius ha admitido que hay países reticentes a la creación de un Tribunal de Justicia medioambiental, corte propuesta por los movimientos sociales ante los desacatos en la materia, por parte de las potencias industriales.

Por su parte, los mandatarios latinoamericanos resaltaron que el cambio climático es consecuencia del capitalismo, por lo que llamaron a las grandes potencias a asumir su responsabilidad. Asimismo, recalcaron que se deben llevar propuestas concretas a la COP 21 en París para lograr la justicia ambiental, según TeleSur.

Los presidentes Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador) y Nicolás Maduro (Venezuela), así como el canciller Bruno Rodríguez (Cuba) y el alcalde de la capital colombiana, Bogotá, Gustavo Petro, hicieron llamados para unir posiciones para la cita en la capital francesa, reseñó El Nuevo Diario de Nicaragua.

Uno de los puntos aprobados es que la COP 21, continuó ese medio: “no tiene que ser un acuerdo que refuerce el modelo capitalista a través de más mecanismos de mercado, permitiendo que los compromisos sean voluntarios, favoreciendo al sector privado y reforzando al patriarcado y el neocolonialismo”.

Entre los principales reclamos que presentarán en la conferencia internacional de París estará que “la temperatura (del planeta) no supere los 1,5 grados centígrados” respecto a la era preindustrial, contra 2 grados, que figuran en las propuestas oficiales para la COP 21.

Los presidentes de los tres países y el canciller cubano estuvieron de acuerdo en mantener posiciones comunes en París, durante la cita mundial, para que se adopten compromisos más efectivos para proteger el medio ambiente.

El boliviano Morales aseveró en el discurso de clausura que “todas las conclusiones de este evento las vamos a llevar a París y las vamos a defender, (porque) preferimos estar sometidos a los pueblos y no a los imperios, esa es nuestra lucha”.

Uno de los motivos los había dicho al inaugurar la Cumbre en Tiquipaya: no vamos a ser guardabosques de los países del norte. Esperemos por la cita de París.


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Norelys Josefa Morales Aguilera

Periodista y escritora cubana, impulsora de Blogueros y corresponsales de la Revolución


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