La VII Cumbre de los Estados del Caribe culminó con éxito absoluto en La Habana, pero ahora continúa, y a ritmo apresurado, la puesta en práctica de los acuerdos adoptados por los Jefes de gobierno y/o Estado o sus representantes, encaminados a revitalizar el trabajo de esa organización fundada hace 22 años, la cual arropa a más de 260 millones de personas.
Tal como se esperaba, ni las distintas lenguas, ni las asimetrías económicas, ni las diferentes ideologías representadas en la AEC resultaron un impedimento para el entendimiento mutuo, en el entendido de que los 25 miembros plenos y ocho asociados a ese bloque, unidos por el Mar Caribe, poseen problemas similares y hacia su solución dirigieron los análisis.
Mantener la unidad interna, tan necesaria en estos días de turbulencia política en la región latinoamericana y su incidencia en el Caribe, fue la respuesta de los líderes caribeños ante los retos presentes y futuros, ya que en solitario, tal como expresaron en sus intervenciones, nunca cumplirían los propósitos de alcanzar un desarrollo sostenible, enfrentar el cambio climático que tanto golpea la zona, y garantizar la paz como medida de seguridad el mecanismo integracionista.
La VII Cumbre se celebró en un momento en que muchos países de la AEC enfrentan desafíos económicos y sociales de envergadura, ya que la mayoría depende de la agricultura y el turismo –dos renglones que precisan mayor consolidación- y que están afectados, además de por los cambios en el clima, por los vaivenes de la economía mundial, y su consecuente pobreza para las poblaciones.
Reunidos en el Palacio de la Revolución de La Habana, los dirigentes caribeños expresaron con transparencia los daños que causan las transformaciones de la Naturaleza al Gran Caribe, en especial a las islas más pequeñas y empobrecidas. El Caribe es una de las zonas geográficas del Sur de las Américas más afectadas por el aumento de desastres naturales y la subida del nivel del mar.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, responsabilizó a las naciones desarrolladas por las nuevas situaciones que presenta el clima, como huracanes, inundaciones, severas sequías.
“Si bien los estados de la AEC tienen mucho que hacer para mitigar los efectos del cambio climático, dijo, los países desarrollados que originan el mayor número de emisiones de gases contaminantes tienen la obligación de responder por ello. La AEC, precisó, debe velar también por esta corresponsabilidad y afianzar el concepto de la retribución obligada a países afectados como los nuestros”.
Durante la cita, los líderes del Caribe insular y continental hicieron hincapié en que ningún país por sí mismo puede eliminar los diferentes riesgos en que vive sumida la región, por lo que el único camino realista es el de la unidad colectiva.
Varios oradores, de una u otra manera, se expresaron contra cualquier forma de injerencia en los asuntos internos de los miembros de la AEC, y una vez más repudiaron el bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba y pidieron la devolución a la isla del territorio que ocupa la ilegal base naval norteamericana en Guantánamo.
Algunos oradores recordaron que El Caribe posee identidad propia, luego de enfrentar el colonialismo, el genocidio, el imperialismo, hasta convertirse en naciones independientes, por lo cual hay una definición propia, sin necesidad de intromisiones foráneas.
Aunque en otras reuniones de este carácter se han tratado asuntos similares a los presentados en La Habana –turismo sostenible, transporte aéreo y naval, entre otros- la diferencia es que bajo la presidencia temporal de Cuba de la AEC, iniciada en enero de este ano, se adoptaron acuerdos fundamentales para revitalizar el bloque a partir de la integración a favor de los pueblos.
Cuba, que de manera desinteresada ha colaborado con las naciones caribeñas que así lo han solicitado, en especial en las esferas de salud y educación, confirmó en la VII Cumbre la convicción que la anima de reanimar ese bloque regional, tal como recogieron la Declaración de La Habana y en el Plan de Acción 2016-2018..
Otro importante documento emanado de esta cita fue el Comunicado Especial que respalda las acciones de entendimiento realizados por Venezuela para tratar de entablar un diálogo nacional con la oposición de derecha, acompañada de la Unión de Naciones Suramericanas, en aras de salvar la democracia y la paz interna.
También los dirigentes mostraron su solidaridad con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, separada del cargo por 180 días mediante un golpe de Estado parlamentario orquestado por los corruptos partidos conservadores y la derecha regional.
Desde el pasado día 2 comenzaron los análisis de los temas propuestos a los jefes de Estado y/o gobierno el pasado sábado por altos funcionarios; luego tuvo lugar la reunión del segmento de Ministros de Relaciones Exteriores, hasta la culminación del proceso en una Cumbre que por sus características significa un importante paso de avance en la consolidación del Gran Caribe.
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