//

jueves, 26 de diciembre de 2024

Barrio Adentro Salud llegó para quedarse

Entrevista con el Jefe de la Misión Médica cubana en tierras bolivarianas...

Bertha Caridad Mojena Milián en Exclusivo 04/05/2015
0 comentarios

Al profe Roberto – como le decimos por acá- lo podemos encontrar visitando Bases de Misiones en comunidades de extrema pobreza o urbanizaciones en las regiones más apartadas de Venezuela, compartiendo con colaboradores cubanos en actividades culturales o políticas, en activos juveniles, reuniones de las brigadas en las que se organizan y hasta en los trabajos comunitarios integrados verificando la organización, el despliegue del personal médico y asistiendo a pacientes.

A pesar de su enorme responsabilidad como Jefe de la Misión Médica cubana en tierras bolivarianas, no puede desprenderse de su bata blanca, de su espíritu profesor, de su apego a los más jóvenes, a los que se acerca, los escucha, los aconseja, los alerta o regaña de la forma más linda que lo puede hacer un padre, un amigo, un compañero.

Al escucharlo se desborda una enorme sabiduría y un eterno compromiso con la humanidad, en especial con la tierra de Bolívar y Chávez, a la cual conoce como pocos y a la que ha entregado durante años lo mejor de sí al frente de tareas relacionadas con la colaboración médica, el impulso de nuevos programas de salud y la formación de profesionales.

Debido a su ferviente amor por Cuba, su admiración por Fidel –a quien recurre una y otra vez cuando habla- y su defensa de la vida, fue uno de los primeros colaboradores cubanos que estampó su firma en abril pasado en rechazo al decreto de Barack Obama contra Venezuela y días después, lo encontré emocionado, mantenerse al tanto de cada detalle de la VII Cumbre de las Américas. Fue entonces cuando parte de nuestro equipo de prensa sostuvo con él una larga conversación, a propósito también del aniversario de la Misión Médica cubana que el 16 de abril pasado cumplió 12 años por estas tierras.

—¿Cómo recuerda la génesis de la colaboración médica cubana en Venezuela?

—A diferencia de otros lugares en que ocurren los desastres naturales, llegan las cámaras de los medios de prensa, están un tiempo y  la colaboración se va con las cámaras, gracias a esa visión de Fidel y Chávez, en el momento del desastre de los deslaves de Vargas esa colaboración, en vez de llegar, resolver un problema puntual e irse, llegó para quedarse.

Aquella catástrofe histórica barrió con familias enteras y como hace poco recordó el presidente Maduro, estuvimos un mes muy callados porque hubo una reacción muy negativa del Colegio Médico de acá que no fueron los que estaban allí ni están tampoco en los lugares donde más el pueblo venezolano los necesita y al mes, anunciaron Fidel y Chávez que ya había 10 mil médicos cubanos aquí.

Lo que se inició en Vargas se fue multiplicando y en este momento hay más de 32 mil colaboradores  en los rincones más alejados, hasta en 25 comunidades, etnias, grupos que estaban en peligro de extinción y nunca habían visto un médico.

—¿Cuál fue la misión que Fidel les dio?

—Fidel nos dijo: atiendan bien a los venezolanos, convivan con ellos en todos los lugares pero atiendan bien a los cubanos, para tratar de ser mejores médicos en Cuba y en otros lugares del mundo y que también se formen como cuadros y como mejores seres humanos.

Cuando uno se da cuenta de cómo los médicos que formamos en Cuba pueden convivir con esa masa de trabajadores, con esa masa de pueblo con tantas necesidades, se acrecienta el espíritu y nuestros propios colaboradores, que no han visto jamás muchas de esas cosas en Cuba, se convierten en mejores personas al compartir con ellos.

Y una tercera tarea nos dio Fidel: formen bien a los que nos van a relevar.

—¿Es la formación de médicos de la que tanto se habla?

—Es la formación de médicos que comenzó en Cuba desde hace muchos años, para que se ocuparan de los más necesitados, como parte del pensamiento de nuestro Comandante en Jefe y que se fue perfeccionando a lo largo de estos años y ha sido cada vez más una universidad de pueblo, una universidad para los más humildes. Recuerdo que con Venezuela se consolidó en el compromiso de Sandino la idea de formar 100 mil profesionales de la salud y Chávez en ese momento dijo: “Fidel me acaba de decir que formemos 200 mil”.

Nosotros llegamos a tener en Cuba estudiantes de medicina de 106 nacionalidades, muchos indígenas, con una formación que no les permitía  ni comenzar, ni transitar correctamente las asignaturas complejas de la carrera de medicina. Y Fidel siempre nos decía: “Vamos a darles lo que les falta para que puedan llegar y a los más pobres hay que darles lo que nunca les dieron para que puedan ser graduados universitarios de calidad”. Y eso hoy nosotros lo tenemos aquí, lo estamos viendo.

Recuerdo aquellos primeros estudiantes pobres de los lugares más apartados de Venezuela y aquel insigne Batallón 51 que tuvo a Fidel y a Chávez como sus Comandantes y los ves hoy preparados, asumiendo responsabilidades importantes, nos dicen “profe” y nos tratan con mucho cariño y pueden ser ya Máster en Medicina General Integral, en Higiene y Epidemiologia o en Administración.

Hoy la formación de médicos en Venezuela es una universidad como la de Cuba en los policlínicos o en las áreas de salud integral. No hay una universidad más grande que esta, pues ya se están formando más de 29 mil estudiantes de primero a sexto año con un concepto que explicó Fidel: directamente en los servicios, o sea, se hacen médicos viendo cómo se trata a los pacientes, en el ejercicio de la práctica, viendo a los profesores cubanos y venezolanos cómo actúan, estando allí donde están ellos.

El concepto ha sido formarse en ese ambiente de práctica médica humana, de atender a los pacientes, tocarlos, mirarles a la cara, ver el entorno de su familia, con los principios de atención de Cuba reconocidos en todo el mundo y que Fidel ha materializado a través de la atención primaria y eso lo estamos poniendo en práctica aquí en Venezuela.

—Hasta dónde se ha llegado?

—Hace dos años nos parecía que no podíamos llegar a más y se demostró que no es así, pero no por los cubanos, sino por la fuerza de los venezolanos formados. Tenemos más de 18 mil médicos venezolanos formados por la Revolución Bolivariana y de esos hay más de 2 mil 500 que ya son especialistas en MGI y a la vez profesores, y otros 7 mil ya graduados y haciéndose especialistas. Ya es el doble de la fuerza nuestra los que se han graduado y se están preparando como profesores y  multiplicándose.

En el 2014 pudimos atender casi 3 millones de venezolanos más por iniciativa del presidente Maduro. Y uno los ve trabajando todos los días por la paz, por el bienestar del pueblo y tratando de hacer las cosas mejores a partir de lo que Chávez nos legó en el Plan de la Patria.

El pasado año se abrieron mil 500 bases de misiones, más de mil en urbanizaciones, bellos edificios que uno ve por todos los lugares gracias a la  Revolución, a la gran Misión Vivienda Venezuela que Chávez explicó y que Maduro ha concretado. Yo nunca he visto en ningún lugar del mundo que se haya hecho tanto en tan poco tiempo y allí están también los médicos cubanos en lugares intrincados, junto a médicos venezolanos, al  deportista de Barrio Adentro Deportivo, al colaborador de Cultura Corazón adentro y  vemos el trabajo integral de un concepto que es universal para los salubristas del mundo, la intersectorialidad, que aquí se materializa con las intermisiones “Hugo Chávez Frías”, es decir, todas las misiones trabajando por la salud y la calidad de vida de la gente.

Se han atendido ya más de 19 millones de venezolanos que es el 63 por ciento de la población y tenemos una infraestructura en todo el país porque Barrio Adentro es una realidad y funciona con más de 7 mil consultorios, 580 Centros de Diagnóstico Integral, además de Servicios de Rehabilitación. Y uno ve que tienen un gran impacto porque en ellos está el concepto de prevención y se atienden desde los más pobres hasta los de la clase élite, disfrutan de los servicios gratuitamente y  no se les pregunta de qué lugar eres, ni a qué partido perteneces, ni el sexo o la religión, es un servicio para todo el pueblo y hay un nivel de satisfacción tremendo.

Este es un país donde la morbilidad es alta y hay muchas secuelas, lesiones, al igual que el nivel de accidentalidad y el número de pacientes que tienen lesiones de brazos, pies, articulaciones y se atienden, se tratan y se rehabilitan. A veces vemos en los SRI que algunos entran en camillas, con muletas y salen caminando y con un nivel de satisfacción tremendo. A los escuálidos, a veces cuando uno los atiende allí les cuesta decir “Gracias, Chávez” pero reconocen que funciona ese centro y agradecen a los médicos lo que están haciendo.

—Misión Milagro, uno de los programas de mayor impacto.

—Hablar de la Misión Milagro en Venezuela es hablar de un derecho humano. Yo recuerdo que su origen se enmarca en esa tarea que nos dio Fidel de “atiendan bien a los venezolanos” y es uno de los múltiples servicios del sistema de asistencia médica que brindamos acá. Se inicia con un estudio sobre las enfermedades que estaban provocando ceguera y aquí hay dos: el Pterigión y las Cataratas, que son las que más ceguera producen y se trataban dentro de los servicios tradicionales con un concepto de la formación capitalista porque no se les daba la prioridad ni había un sistema diseñado para operarlas acorde con la magnitud y las cantidades que hacían falta.

En Cuba se formaron más de mil especialistas en Oftalmología para atender todas las esferas de esa especialidad, con muchas habilidades para operar y fue impactante identificar los que padecían esas enfermedades en comunidades indígenas donde nunca habían visto un médico. El nombre surge porque cuando uno opera una catarata y después le destapas el ojo a esa persona que hace años no ve, casi siempre dice “es un milagro” y es una cosa bella, es la respuesta a un sentimiento humano tan lindo y un agradecimiento grande que esa persona siente por poder ver.

Así se diseñó un programa con el cual ya se han operado más de un millón de pacientes venezolanos y hoy tenemos 18 Centros Oftalmológicos con 20 posiciones quirúrgicas en los que se opera todos los días a tiempo completo y un grupo de centros asistenciales venezolanos que están operando con el mismo sistema de Operación Milagro.

Aquello que inició llevando pacientes a Cuba a operar en nuestros centros hoy se traduce en camas de casas, de  instituciones que están cercas de nuestros médicos de los consultorios populares  y los pueden tratar con la tecnología mínima y es lo que ha propiciado que hoy haya más de un millón de venezolanos operados. Por eso, el presidente Maduro se ha propuesto reimpulsar este programa y no solamente para los venezolanos,  sino también para los países pobres que lo necesiten.

—¿Y la Odontología?

—A lo largo de la misión, en cada uno de los años se han incorporado nuevos servicios que en su momento han producido un impacto tremendo. La estomatología en el mundo es un servicio muy caro y los recursos que se emplean en ella también son caros y privativos en la sociedad capitalista, de las grandes élites. Por eso los pobres casi siempre pierden su dentadura muy jóvenes, porque no hay corrección preventiva, por eso cuando uno va a las comunidades indígenas y ve a los pacientes con tremenda deformación, falta de atención, hay que empezar a hacer acciones para salvarles su dentadura y a veces, ya no hay tiempo.

Cuando en Caracas se instalaron los primeros 400 conjuntos dentales eso tuvo un impacto tremendo y a lo largo del desarrollo de la misión se fue incrementando, de modo que hoy hay sillones estomatológicos o conjuntos dentales en los lugares más increíbles. Ahora se están ubicando 200 nuevos en las bases de misiones, en las comunidades más pobres y se prevé que se puedan instalar a fines de este año y para el que viene, 800 sillones más. Es un servicio que va creciendo con una satisfacción tremenda y que mejora la atención al pueblo venezolano.

—Marzo de 2013: muchos apostaban por el fin de las Misiones Sociales y de la Revolución Bolivariana…

—Aquel momento de la pérdida del mejor amigo de Cuba por el que todos lloramos, lejos de constituir una debilidad, dos años después se ha convertido en compromiso y no solo de los cubanos. Cada día hay más compromiso del pueblo venezolano para materializar el legado de Hugo Chávez. Y en estos tiempos en que el pueblo ha sentido la amenaza del imperialismo en carne propia, en que han tratado de lacerar la unidad entre los cubanos y venezolanos con toda una idea negativa para confundir al pueblo venezolano, hemos sabido unirnos más.

Cuando el canciller de Cuba nos visitó recientemente dijo que no pueden tratar a Cuba con zanahoria y al pueblo venezolano con garrote; por eso en estos días han acontecido momentos que pasarán a la historia. Para nosotros ha sido un orgullo haber estado junto al pueblo venezolano en la recogida de firmas solicitando a Obama que derogue ese decreto que declara a Venezuela como una amenaza.

Y realmente los que vivimos aquí podemos sentir en cada momento a un pueblo trabajador, un pueblo que lucha, que tiene deseos de paz, un pueblo que en estos días se ha manifestado más que en otros momentos de manera muy intensa para decirle NO a esa injerencia imperial que nosotros, los cubanos, la hemos sentido durante muchos años.

—¿Seguirá entonces la colaboración cubana en Venezuela?

—La unidad de nuestros dos pueblos, desde Bolívar, los hechos del Bogotazo, hasta Fidel y Chávez, lo que hace es reforzarse más y la veo infinita en el tiempo. Cada día se estrechan más nuestros lazos y entre los países del ALBA, entre los de una América que hoy se está pronunciando de manera unida frente a otros bloques que ya no son hegemónicos en el mundo. Se ha demostrado que ya con las Américas hay que contar.

Por eso cumplimos aquella tarea de Fidel de formar a los que nos van relevar y es un lazo infinito. Cuando veo a esos médicos que se están formando, entre los que hay hasta de etnias venezolanas que no se habían atendido nunca, pienso también en los venezolanos y cubanos que encontraremos en lo adelante en otros países de las Américas que hoy todavía no tienen la posibilidad que han tenido países como Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia o Brasil, donde ya estamos entrando hasta en las selvas.

Juntos iremos formando los que nos irán sustituyendo pero a la vez nos iremos multiplicando, dejando una huella en el pueblo en representación de los más de 130 mil que han pasado por acá, porque la salud es un servicio universal básico, un derecho humano, el concepto de vivir mejor, de tener una vida más placentera, más digna. Por eso Barrio Adentro Salud llegó para quedarse.


Compartir

Bertha Caridad Mojena Milián

Joven periodista. Pinareña hasta la médula. Amante de la paz y de la risa.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos