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miércoles, 27 de noviembre de 2024

¡Aquí no se rinde nadie! La frase que ratificó el ideal

Los expedicionarios del Granma fueron sorprendidos en Alegría de Pío. Una frase dicha en medio de la sorpresa mantuvo en alto el ideal revolucionario...

Narciso Amador Fernández Ramírez en Exclusivo 11/09/2019
4 comentarios

La travesía desde Tuxpan hasta Cuba había sido dura. Siete días de constantes mareos y alimentación escasa. El desembarco en una ciénaga infernal había dejado totalmente exhaustos a los ya debilitados expedicionarios del Granma.

Tres días después del arribo por playa Las Coloradas, la bisoña tropa dirigida por Fidel Castro fue sorprendida en un descampado por el ejército de la tiranía y la gente quedó dispersa, a merced, muchos de ellos, de las hordas sedientas de sangre del dictador Fulgencio Batista.

Lo sucedido en ese inhóspito lugar de la geografía oriental fue narrado de manera magistral por el Che en su libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria. Momento dramático en que el propio revolucionario argentino se ve ante la disyuntiva de ser médico o soldado, escogiendo ser lo segundo, al recoger la caja de balas y no la mochila con los medicamentos.

 “En la madrugada del día 5 eran pocos los que podían dar un paso más: la gente desmayada, caminaba pequeñas distancias para pedir descansos prolongados. Debido a ello se ordenó un alto a la orilla de un cañaveral, en un bosquecito ralo, relativamente cercano al monte firme. (…)

“(…) cuando sonó un disparo; una diferencia de segundos solamente y un huracán de balas (…) se cernía sobre el grupo de 82 hombres (…) Sentí un fuerte golpe en el pecho y una herida en el cuello; me di a mi mismo por muerto (…)”.

Fidel, el líder de la expedición, recordó muchas veces después aquellas dramáticas circunstancias en que el agotamiento físico extremo les llevó a acampar en el lugar menos indicado posible: “Diciembre 5. Ataque enemigo por sorpresa en un pequeño bosque donde se esperaba la noche para proseguir la marcha hacia la Sierra Maestra. Terrible revés, dispersión total; tenaz búsqueda y persecución de los hombres dispersos; costo enorme en vidas de combatientes, en su inmensa mayoría asesinados después de caer prisioneros; casi todas las armas perdidas”.

Sin embargo, una frase dicha en medio de la balacera sirvió para ratificar la voluntad de aquellos hombres de Ser Libres o Mártires: “¡Aquí no se rinde nadie!”, seguida de una palabrota. Viril respuesta ante otra que hablaba de rendición, y que durante muchos años le fuera atribuida a Camilo Cienfuegos, cuando en realidad la dijo el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, entonces uno de los tres capitanes del “Granma”.

Confusión debida a que el Che, así lo escribió en sus Pasajes de la Guerra Revolucionaria: “Alguien, de rodillas, gritaba que había que rendirse y se oyó atrás una voz, que después supe pertenecía a Camilo Cienfuegos gritando: “Aquí no se rinde nadie …” y una palabrota después”.

La modestia de Almeida impidió durante décadas la rectificación histórica. Tuvo que ser el General de Ejército Raúl Castro quien hiciera la justa corrección, al explicar públicamente la autoría de la frase que simbolizó entonces, y simboliza hoy, el ideal inclaudicable de los revolucionarios cubanos de no rendirnos jamás.

El propio Almeida, en su libro ¡Atención! ¡Recuento! rememoraría aquel combate de Alegría de Pío y su célebre frase:

“Miro a un lado y encuentro a Che herido en el cuello. Está sentado, recostado a un árbol de tronco fino. Junto a él, su fusil, una mochila grande con los medicamentos e instrumental médico y una caja metálica de balas. Me tercio el fusil en bandolera, saco la pistola-ametralladora, le pongo el culatín y comienzo a disparar hacia el lugar donde veo cómo se mueven los guardias de la tiranía y desde el cual nos tiran.

“Uno de ellos grita: — ¡Ríndanse! ¡Ríndanse! —a lo que respondo: —i Aquí no se rinde nadie, c… !  

“—Y disparo en la misma dirección de donde sale la voz, un rafagazo primero, tiro a tiro después. En respuesta concentran el fuego hacia donde nos encontramos, me tengo que tirar al suelo. (…) Cuando amaina el fuego, les digo a los que se encuentran allí: —i Vamos!”

La sorpresa, unido al cansancio y la inexperiencia, no dan margen para mucho más. La gente se dispersa. La tiranía empieza una feroz cacería a los revolucionarios. En un recuento de lo sucedido a los 82 expedicionarios: 21 resultaron muertos; de ellos, 18 asesinados por la soldadesca. Otros 21 quedaron prisioneros. De los 40 que lograron sobrevivir y no fueron capturados, 21 se incorporaron a las filas del Ejército Rebelde entre el 18 y el 27 de diciembre de 1956; otros seis lo hicieron en el transcurso de 1957. Los 13 restantes tuvieron diversos destinos.

Fidel, tenaz, junto a Faustino Pérez y Universo Sánchez, marcha hacia las estribaciones de la Sierra Maestra. Raúl, lo hace también al frente de un segundo grupo. Mientras un tercero, con Almeida al frente, en el que iba el Che herido, busca de igual manera el amparo de las protectoras montañas.

La reagrupación en Cinco Palmas, el 18 de diciembre, y la existencia de siete fusiles, hace exclamar a Fidel, la más célebre de las frases de esos azarosos días: ¡Ahora si ganamos la guerra!

El propio Comandante en Jefe, en el prólogo al libro Historia de una gesta libertadora, de Julio Camacho Aguilera y Georgina Leiva Pagán, escribió: “Pasé en ese instante la vista sobre los compañeros y estábamos 12 expedicionarios del Granma; ni uno más ni uno menos. En ese momento exclamé con fuerza: “¡Jamás intentaremos escapar y ninguno se rendirá nunca!”. Entre ellos estaban Raúl y Camilo”.

Así se inició, como escribió el Che, la forja de lo que sería el Ejército Rebelde.


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Narciso Amador Fernández Ramírez

Periodista que prefiere escribir de historia como si estuviera reportando el acontecer de hoy

Se han publicado 4 comentarios


Jade
 11/9/19 12:04

A mi entender se hizo lo debido al dar a conocer al que dijo la frase en el momento justo, quedando demostrado el coraje y el valor de las tropas rebeldes de luchar hasta el fin.

Fermin Alvarez
 25/11/18 7:58

La historica frase  de aqui no se rinde nadie que durante muchísimos años se dijo que fue pronunciada por el comandante Camilo Cienfuegos , un hombre qué en su corta carrera como soldado demostro ser verdaderamente humilde, tengo entendido que se puso el salario mas bajo del ejército, siendo el  jefe y demostró siempre  ser un hombre honrado y sincero muy coherente con su manera de pensar sincera y firme con un carisma unico y una sonrrisa limpia que le otorgó ser el preferido del pueblo respetado y amado por todos , yo en particular no creo que Camilo aceptara que le le atribulleran una frase que en su momento historico describe por si sola el valor y lo excepcional de un hombre , no creo que los valores éticos y morales de Camilo Cienfuegos le permitieran robarse  ese momento histórico, como me parece una ofensa a la memoria de del Comandante Camilo Cienfuegos que Raúl Castro al cabo de tantos años se la otorgara a Juan Almeida Bosque y que el comandante Almeida con los años haya mermado en su modestia y aceptará la frase como su verdadero autor 

Narciso
 13/9/19 14:42

No es correcto lo que usted dice. Esa frase la dijo Almeida, pero el Che en su libro Pasajes de la Guerra Revoucionaria, al describir el combate de Alegría de Pío, se la atribuyó erroneamente a Camilo: " Alguien, de rodillas, gritaba que había que rendirse y se oyó atrás una voz, que después supe pertenecía a Camilo Cienfuegos  gritando: "Aquí no se rinde nadie..." y una palabrota después.

Almeida, con su modestia proverbial, nunca quiso adjudicarse la autoría de la frase, para no desmentir al Che, mucho más cuando el Guerrillero Heroico ya había caído en combate. Solo fue años después que Raúl lo hizo público. 

Esa es la verdadera historia 

Gracias por comentar

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JORGE TAVEL
 24/9/19 12:37

No estabas alli, lo que creas sobre eso tiene poca relevancia,pero no deja de ser ofensivo.

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