Reciclaje en Cuba una política contra el despojo de la Tierra

Cada año arrojamos unos 2.12 mil millones de toneladas de residuos. Toneladas de basura que, si se pusieran en camiones, darían la vuelta al mundo 24 veces.

Según el Banco Mundial en 2012, la población urbana produjo aproximadamente 1.300 millones de toneladas de Residuos Sólidos Municipales (MSW), cifra que se espera ascienda a 2.200 millones de toneladas en 2025.

En 2017, utilizamos el valor de un año de los recursos naturales de la tierra en solo siete meses.

Mientras que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación predice que, para 2025, 1.800 millones de personas vivirán en regiones con una escasez absoluta de agua

Por otra parte, la demanda mundial de carbón superará la oferta en un estimado de 114 años.

Y cada año se talan alrededor de 18 millones de hectáreas de bosque, un área del tamaño de Inglaterra y Gales. En solo 40 años, posiblemente 1.000 millones de hectáreas, el equivalente a Europa, se ha ido.

Al leer los datos publicados en el sitio Global Recycling Day pareciera que no hay cabida en la Tierra para más quebranto, pues sepa usted que no se han revelado aquí ni la mitad de los números que apuntan hoy a la desaparición del planeta.   

Continuar despojando a la tierra de sus recursos finitos está amenazando nuestra propia existencia. Sin embargo, hay una solución simple: el RECICLAJE

Cada año, el Séptimo Recurso (reciclables) ahorra más de 700 millones de toneladas en emisiones de CO2, lo cual compensa todas las emisiones de CO2 que genera anualmente la industria de la aviación. Cifras que por alentadoras requieren del accionar de todos los seres humanos.

¡AQUÍ ESTÁ CUBA CON SU GRANITO DE ARENA!

En Cuba, aunque conscientes de que todavía nos queda mucho que avanzar en cuestiones tan elementales y acertadas para cualquier economía como aquellas asociadas al reciclaje, sería injusto dejar de mencionar que hoy desde la máxima dirección de país y entidades asociadas al tema se reúnen esfuerzos y se dan pasos que no por pequeños que sean dejan de ser importantes.

Mencionar que en Cuba la recuperación de desechos reciclables responde en primer lugar a los establecido en LEY No. 1288 del 2 de enero de 1975, cuyos artículos primero, tercero y quinto reflejan la obligación  de “los organismos y demás dependencias del Estado a recolectar los desechos de materias primas, productos y materiales reutilizables que no son aprovechados por los mismos, en los procesos de producción o de servicios, con el objeto de ser recuperados a los fines que se determinan en la presente Ley”.

Así desde los lineamientos aprobado en VII Congreso PCC, en 2017, específicamente el 193, se reafirma la política del país y la necesidad de “promover la intensificación del reciclaje y el aumento del valor agregado de los productos recuperados, a la vez que se debe priorizar el aprovechamiento del potencial de los residuos sólidos urbanos”.

Finalmente, desde la Constitución de la República de Cuba, en su artículo 16, inciso F se plantea: “La República de Cuba … promueve la protección y conservación del medio ambiente y el enfrentamiento al cambio climático …”

En este punto cabría preguntarse cuál es la situación actual y las principales perspectivas del país en relación con el reciclaje de materias primas.

UNA POLÍTICA DE AUTOSUSTENTO

Seguros de que el reciclaje es la mejor opción para disponer de los desechos generados por la sociedad y se autosustenta económicamente. El 22 de diciembre de 2012 fue aprobada por el Consejo de Ministros una Politica para Incrementar el Reciclaje de Materias Primas.

Ello ha permitido cuestiones esenciales como el incremento de los volúmenes de recuperación de desechos reciclables, introducción de tecnologías para la selección y clasificación en origen, estímulo a la participación de capital extranjero, desarrollo de programas educativos para promover una gestión de reciclaje eficiente, eficaz y sostenible, entre otras.

Resultado de la implementación de la política de marras, el Grupo Empresarial del Reciclaje (GER) dio a conocer a la prensa que los índices de reciclaje de desechos presentan un crecimiento del 11% en comparación con el año 2012, alcanzando el 78% para la chatarra ferrosa, el 68% para las chatarras no ferrosas y el 48% para los desechos no metálicos.

No es casual que las mayores reservas se encuentran hoy en el reciclaje de los desechos no metálicos, pues estos son los productos que más se arrojan a los vertederos.

Sobre este caso específico, se explicó que la recuperación de desechos no metálicos creció en un 26% entre 2010 y 2018, con 18 mil toneladas de incremento. Mientras que en 2018 se logró récord de recuperación de envases textiles (15,5 millones de unidades) y envases de vidrio (127 millones).

En el año 2018 se exportaron 31 millones 700 mil CUC, 101% del plan. Se introducen nuevos productos con este destino (532 t desechos de papel y cartón, 12 t placas electrónicas clasificadas, 354 kg plata refinada obtenida del líquido fijador desechado). Se cumplen los índices planificados dentro del esquema cerrado de financiamiento en divisas.

PRINCIPALES INSATISFACCIONES

Con la implementación de la política en 2012 hasta la fecha podemos decir que se ha logrado establecer una organización de aquellas acciones que son imprescindibles para alcanzar los objetivos deseados en materia de reciclaje en Cuba; sin embargo, persisten insatisfacciones, que lejos de avizorar el caos señalan el camino hacia nuevos intereses.

En este sentido, estudios desarrollados estiman que en el país se generan anualmente 2 millones de toneladas de desechos que pudieran reciclarse, incluyendo en ellos los residuos sólidos urbanos (RSU). De este número solo se recuperan, como promedio anual, alrededor de 320 mil toneladas, lo cual también hace que se cuente con importantes reservas.

Por otra parte, la infraestructura propia y la de respaldo para el desarrollo de esta rama industrial, se encuentra debilitada. Una cuestión fundamental sobre la que vale pena volver con más detalles.

Así, también se reconoce que a pesar de la divulgación y exigencia en el cumplimiento de Ley 1288, aún se desperdician recursos útiles para la economía, a lo cual se suma la insuficiente labor desempeñada desde el programa general de divulgación, educación y promoción de la cultura de reciclaje.

En este punto, quedan sobre la mesa interrogantes como: ¿Cuánto aporta el reciclaje a la economía del país? ¿Cuánto representa frente a la sustitución de importaciones? ¿Qué números se obtienen hoy resultado de las principales inversiones? Entre otras, cuestiones elementales.