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viernes, 22 de noviembre de 2024

Con lo que va en el plato, ¡no se juega!

A pocos meses de diversificarse la comercialización de productos agropecuarios, no son pocas las insatisfacciones que afloran a partir de los insuficientes niveles productivos, la falta de rigor en la contratación, la no rebaja de los precios y las ilegalidades en las pesas…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 13/06/2014
1 comentarios
Cooperativas no agropecuarias-Artemisa
Las cooperativas permiten un mayor acercamiento entre productor y mercado. (Joel Mayor Lorán / Cubahora)

Luego de su compra en el mercado, ¿cuántas veces no ha dudado usted del peso que se lleva en su jaba?

¿Podría identificar cada uno de los tipos de mercados que existen en su localidad?

¿Qué factores inciden en los precios de los productos? ¿Cómo impedir que se echen a perder y se boten, con tal de no rebajar sus valías?

Estas y muchas otras pueden ser sus inquietudes con respecto a la comercialización de los productos agropecuarios, y en no pocas coincidiría con quienes se comunicaron telefónicamente con el espacio televisivo de La Mesa Redonda, a propósito de las sesiones dedicadas a este tema en las provincias de La Habana, Artemisa y Mayabeque este miércoles y jueves.

Como parte de un único mercado minorista, coexisten diferentes formas de comercialización, en dependencia de los modelos de gestión implementados. En tal sentido, como lo explicó la viceministra del Ministerio de Comercio Interior Bárbara Acosta Machín, entre las 1552 entidades que expenden productos agropecuarios en la capital y las existentes en Artemisa y Mayabeque, podemos hablar del mercado agropecuario estatal, en el que se venden los productos procedentes de las entidades estatales con precios centralizados, más asequibles a la población, aunque ello no impide que puedan venderse también los excedentes de otras entidades, con precios establecidos según la oferta y la demanda.

Los mercados de gestión cooperativa, con una mayor presencia de productos en la actualidad y los mercados arrendados, ofrecen la ventaja de eliminar a los intermediarios y permiten un mayor acercamiento entre el productor y el mercado.

Detalló Acosta Machín que también existen los mercados de oferta y demanda, donde se pueden rebajar los precios de los productos con la total facultad que pueden ejercer sus administradores; los puntos de venta y los carretilleros.

“Que no sean fácilmente identificados cada uno de estos tipos de mercados por la población, es una culpa que recae en nuestros hombros, pues aunque las condiciones han mejorado mucho en estas instalaciones, nos queda trabajo por hacer en ese sentido”, añadió.

¿Cómo se puede incidir, desde la comercialización, en la rebaja de los precios establecidos?, se le inquiere a la viceministra.

“No puede faltar el control y la disciplina desde la producción hasta la comercialización. No podemos permitir que existan precios monopólicos y para ello debemos trabajar en conjunto con los Consejos Populares, con los presidentes de los Consejos de la Administración municipales y con la propia población. Potenciar más los mercados arrendados y velar porque no se desperdicien los productos como resultado de la avaricia desmedida de unos pocos, en detrimento de la garantía de la alimentación de la mayoría”.

Cuando hablamos de los precios de estos productos, aflora la incertidumbre. No son pocos los que indagan en los factores que podrán, algún día, eliminar esas elevadas valías. Elevar los niveles productivos es una prioridad, pero no es lo único que favorecerá el establecimiento de otros precios, aseguró José Puentes Nápoles, director de Comercialización del Ministerio de la Agricultura.

“Cuando hay problemas en los procesos de contratación y cuando no se aprovechan bien las demandas de cada territorio, se abre la puerta a las insatisfacciones, como las hemos tenido en el sector del turismo, en el consumo social, en los propios mercados. Actualmente, los niveles de venta y de producción son muy superiores a los de años anteriores, y aún no satisfacemos las necesidades de la población y mucho tiene que ver con este aspecto de los contratos.

“La ausencia de productos se explica en muchos casos por los bajos niveles de contratación, por el incumplimiento de los contratos. Trabajamos desde ahora en el proceso de contratación del 2015 y previendo bien las demandas, el funcionamiento debe ser mejor y la población lo agradecerá, porque con lo que va en el plato, no se juega”.

No solo la falta de rigor de los contratos y el incumplimiento de las empresas proveedoras atenta contra el buen funcionamiento, sino también la morosidad aún presente en los establecimientos para variar los precios, según está signado por la ley, advierte Jorge García Trujillo, director de la Empresa Provincial de Mercados de la capital.

“Los productos son perecederos y por ello, los administradores están facultados para rebajarles el precio según su calidad. El no hacerlo es una violación que trae como consecuencia la pérdida del producto y el vacío en la mesa de las personas”.

¿Cómo enfrentarlo? Muchos de los que compartieron sus opiniones en el espacio televisivo abogan por un sistema de multas que estremezca a quien incurre en la violación, pues el margen del 30 por ciento por encima del costo del producto muchas veces fluctúa, siempre a favor del vendedor.

El experimento se evalúa, se realizan los estudios pertinentes y se toman en cuenta los criterios y las propuestas de todos. “Nada puede dejarse a la espontaneidad porque no son pocas las ilegalidades que se cometen. Estamos conscientes de nuestra responsabilidad y como mismo establecemos mecanismos diversos para que el productor venda sus mercancías en El Trigal o directamente a un cuentapropista, debemos intencionar soluciones que eliminen estas brechas que se están creando”, insistió Adolfo Alvarado Esquirajoza, especialista de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.

Descargar los productos en la casa de los intermediarios y no en los mercados, vendérselos directamente a los carretilleros; la venta de las tarimas y lo más común, el robo en el peso y en el costo de la venta, son ilegalidades que se cometen y a las que no siempre se les hace frente, agrega García Trujillo.

“La Dirección Integral de Supervisión y los diferentes mecanismos creados en los mercados son las herramientas con las que contamos hoy para enfrentar estos actos inmorales y tomar las medidas severas que corresponda. Con ellas no basta, pero la población debe contribuir más a que así no sea. El ejercicio de nuestro derecho del reclamo, solicitar el servicio de la pesa de comprobación y otras variantes debe ser la premisa, y no protestar cuando damos la espalda, porque el timador sigue haciendo de las suyas”, puntualizó.

 

 


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

Se han publicado 1 comentarios


qbano
 5/8/14 16:38

pero es que hace mucho tiempo que se viene jugando y jugando pesaooo!

nuestra alimentacion como es logico y teniendo en cuanta las realidades internacionales bloqueo etc depende del exito de nuestra producción! pero si esta no encuentra puertas, facilidades entonces debera sentarse a esperar! mientras nuestra economía no sea vista como eje de nuestro proyecto politico, mientras no reconozcamos que debemos navegar hacia un socialsimo que consiga propiciar el creciemitno y aumento de sus economías estaremos o bien haciendo autoxias o bien fingiendo estar reparando! no podemos pensar que haciendo lo mismo que mal ha resultado podremos obtener diferentes resultados! deberíamos intentar cambiar, revolucionar, crear paar convertinos en socialsitas! lajugada.cubava.cu

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