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sábado, 23 de noviembre de 2024

Apuesta por la autogestión y la eficiencia económica (I)

Entre las transformaciones estructurales que auguran para Cuba una economía más eficiente y próspera, y mayor autogestión, está la creación de cooperativas más allá del sector agropecuario...

Norland Rosendo González en Exclusivo 26/04/2013
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Cooperativas
En las cooperativas se identifican la solidaridad, la ayuda mutua, y la responsabilidad social

Entre las transformaciones estructurales que auguran para Cuba una economía más eficiente y próspera, y mayor autogestión, está la creación de cooperativas más allá del sector agropecuario, donde son tradición.

Sobre los desafíos, perspectivas y beneficios que tal paso supone, Cubahora conversó con la doctora Grizel María Donéstevez Sánchez, profesora titular de Teoría Económica, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, en el centro del país, quien desde hace tres décadas investiga sobre cooperativismo agrícola, y actualmente trabaja -como coordinadora del Grupo de Nuevas Figuras Productivas- en una propuesta de viabilidad de las cooperativas para la construcción de viviendas en Cuba.

- Doctora, partamos de definir qué es una cooperativa

Es la asociación consciente y voluntaria de los miembros (socios) que la constituyen, a partir de un patrimonio que gestionan y/o administran de conjunto. Su constitución obedece al interés de sus miembros de satisfacer sus necesidades, las de la familia y las de la sociedad. No tienen como fin la ganancia y eso las diferencia de las empresas capitalistas, aunque sí presuponen la garantía de cubrir los gastos con los ingresos. Este concepto, manejado internacionalmente, responde a la forma en que se organizaron las primeras cooperativas en el siglo XIX, en Inglaterra.

- ¿Cómo surgen las cooperativas?

La historia refiere que en 1846 los trabajadores ingleses encontraron en la cooperativa una forma para paliar la crisis capitalista de entonces. El limitado acceso a los víveres de primera necesidad —debido a los altos precios de los grandes almacenes— hizo que algunos trabajadores unieran recursos para comprar mercancías que luego vendían por un pequeño margen con el cual cubrían los gastos. Los sobrantes podían ser vendidos al resto de la sociedad a un precio más elevado; luego, la diferencia de precios les permitía adquirir nuevamente mercancías y así continuar la actividad económica con beneficio para los socios y la sociedad.

“Si algo es interesante de esta experiencia es que las ´cooperativas de consumo’ —nombre que recibieron con posterioridad— demostraron la capacidad de los trabajadores para organizar de forma colectiva la actividad económica a favor del grupo integrante y de la sociedad; demostraron así que podían gestionar la economía de forma colectiva.

“La continuidad del cooperativismo la encontramos hoy en la economía mundial. Este sigue siendo un paliativo a las crisis capitalistas, sobre todo en los países subdesarrollados.

“El 2012 fue declarado Año Internacional del cooperativismo por la ONU. En octubre se realizó en Québec, Canadá, una cumbre mundial sobre cooperativismo en la que participaron más de mil 500 especialistas del tema y más de dos mil representantes de organizaciones regionales e internacionales de cooperativas. Por Cuba asistió una pequeña delegación.

- ¿Por qué el interés internacional en este tipo de organización empresarial?

La Organización Internacional de Cooperativas plantea que estas agrupan alrededor de mil millones personas y en algunos países generan una parte no despreciable del PIB. Esto explica parte del interés que generan a nivel global. Existen en casi todos los países y, por lo tanto, contribuyen en gran medida al crecimiento de las economías donde se establecen.

“En Cuba se amplía el cooperativismo al sector no agropecuario, lo que aumenta el interés por conocer las experiencias de estas asociaciones en las últimas décadas. En la Cumbre de Québec se hizo un balance del papel de las cooperativas en el contexto de la crisis mundial actual. Representantes de círculos académicos y organismos allí representados señalaron la capacidad de las cooperativas para paliar los efectos negativos de las crisis, frente a las grandes empresas capitalistas.

“También destacaron su capacidad de generación de empleo y de reacción frente a la especulación financiera”.

- ¿Esta experiencia es también positiva en Latinoamérica?

De forma general, son positivas las experiencias. Los estudiosos consideran que en el capitalismo esta es una opción de vida sostenible para un importante porcentaje de la población, que atendiendo a su situación vulnerable está marginada. Tiene una larga historia en países como México, Argentina, Uruguay, por mencionar algunos. Su papel en los procesos de desarrollo del continente es desigual.

“En sus mejores momentos se encuentra muy ligada a los movimientos de izquierda, a las luchas sindicales; aunque pareció languidecer hacia finales de los años 80 del siglo XX, por los efectos de la política neoliberal.

“Con los gobiernos democráticos, se reavivó. Es muy alentador conocer que ante el abandono de los dueños de las fábricas quebradas en Argentina, durante la crisis de la pasada década del 90 en aqueo país, los trabajadores mantuvieron su control, gestionaron su actividad y las recuperaron, y esto lo hicieron mediante cooperativas, únicamente para mantener el empleo. Pudiera parecer algo privativo de Argentina, pero las “fábricas recuperadas” por los obreros son muy comunes en casi todo el Cono Sur, en lo que se conoce como cooperativas de trabajo asociado, o de trabajadores”.

- ¿Qué novedad aportan al concepto inicial estas “Cooperativas de Trabajadores”?

La unión voluntaria de trabajadores se hace para gestionar o administrar un patrimonio que no les pertenece. En caso de fábricas u otro tipo de actividad productiva, los socios pueden obtener en usufructo o arrendamiento el derecho a explotar los medios y bienes disponibles para producir o prestar servicios; los socios portan su trabajo. Es algo parecido a lo que ocurrió en Cuba cuando se fundaron las Unidades Básicas de Producción Cooperativas (UBPC), en 1993.

“En las fábricas recuperadas, a las que hacía referencia, los trabajadores se organizaron para mantenerse empleados, asumieron la organización, el control y la dirección de la empresa, y dieron continuidad a la producción; en su mayoría no recibían retribución alguna. El Estado intervino para brindar apoyo o favorecer a los obreros, en las licitaciones de las fábricas ante la quiebra. En las localidades, por supuesto, se promovió la participación de las familias, los sindicatos y la población beneficiaria, para defender la formación de la cooperativa.

“Solo a partir de la recuperación, los socios pueden decidir adquirir el patrimonio o ampliarlo; pero eso depende de los resultados y de la decisión en común adoptada por la asamblea de socios. Es por ello que se insiste en que el objetivo supremo de las cooperativas no es la ganancia; si bien su éxito radica en que pueda reproducir la actividad económica, para lo que fue fundada cubriendo sus gastos con los ingresos.

“Si los resultados económicos son prósperos, los ingresos de los asociados mejoran y con ello su nivel de vida. A su vez, pueden cumplir con las obligaciones contraídas, logrando fondos para su distribución de forma colectiva e individual. Aquí es importante la responsabilidad social que adquieren los socios al formar una cooperativa, donde es decisiva la participación en la toma de decisiones”.

- ¿Qué diferencia a las cooperativas de otras formas de gestión económica?

Lo primero es no tener como objetivo supremo la ganancia. Las cooperativas se sustentan en determinados principios y valores. Entre estos últimos, la solidaridad, la igualdad, la ayuda mutua, la honestidad, la transparencia y la responsabilidad social. Estos la identifican como tipo especial de empresa basada en el trabajo cooperado, la acción y dirección colectiva de los miembros que la conforman’. Así logran acercarse a un tipo particular de organización socialista de la producción y por ello es posible su existencia en el tránsito al socialismo.

“El cumplimiento de los principios del cooperativismo convierte a sus socios en trabajadores con capacidad de gestionar las más diversas actividades económicas sobre la base de la propiedad de grupo o social”.

- ¿Cuáles son los principios que hacen de la cooperativa una forma de gestión nueva y participativa?

Se identifican como principios del cooperativismo: la voluntariedad, la cooperación, la decisión colectiva e igualdad de derecho de los socios; la autonomía y sustentabilidad económica; la disciplina y la educación cooperativas; la responsabilidad social, la contribución al desarrollo y al bienestar de sus socios y familiares, y la colaboración y cooperación entre cooperativas y con otras entidades. Ninguno puede ser soslayado en las acciones que asuma la gestión en la cooperativa.

“Desde su fundación, la cooperativa exige la voluntariedad de los miembros a integrarla, lo cual asegura el compromiso de los asociados con las acciones que acometerá la asociación y será la garantía de estabilidad y compromiso de cada uno de sus integrantes. Su éxito está en el cumplimiento de los principios de autonomía en la gestión y en el control democrático de sus miembros.

“Vale señalar que, cuando se dice que los socios administran de conjunto la cooperativa, se está precisando, como condición indispensable, la participación activa de estos en las decisiones sobre la producción, la distribución de ingresos, las inversiones, el control sobre los recursos, entre otras.

“Las decisiones se toman con la participación de los socios, sin intromisión de terceros que puedan lastrar la actividad económica; la independencia sobre sus actos permite la sustentabilidad y el crecimiento en beneficio del colectivo y de la sociedad.

“La autonomía y sostenibilidad en un inicio pueden tener como objetivo la satisfacción de las necesidades de sus integrantes y provenir de individuos aislados o de un conjunto de ellos; estas son de diversa índole: garantizar empleo estable, utilizar capacidades productivas o riquezas naturales ociosas en localidades o territorios, rescatar producciones en oficios o empleos que solo admiten la explotación en pequeña escala; aprovechar un patrimonio individual o familiar que solo puede ser explotado de forma colectiva”.


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Norland Rosendo González

Vivo de aprender todos los días a contar historias. Ya voy por el prescolar en la escuela de la vida. Me escapo del mundo para ver un juego de béisbol.


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