Yarisley Silva: “…quiero saltar más alto, quiero superarme”

Yarisley Silva sigue en la pelea. Por estos días se entrena en Europa para asumir una temporada de invierno que le valga como base de preparación para un año 2019 donde el Campeonato Mundial y los Juegos Panamericanos son palabras de orden.

Silva, no olvidemos, es la única latinoamericana que ha conseguido subir al podio de unos juegos olímpicos en el salto con pértiga. Lo logró en Londres 2012, cuando ganó la medalla de plata con brinco de 4.75 metros. Es campeona mundial por partida doble y ha sido la persona encargada de mostrar al mundo que de esta pequeña isla también pueden brotar atletas de élite en esta exigente disciplina.

A sus 31 años conserva la ilusión por superarse y trabaja con vehemencia por el sueño de convertirse en campeona olímpica.

—Objetivos de 2019

—De momento pienso hacer dos competencias bajo techo. El objetivo es mantener el nivel y recuperar las sensaciones de competir en invierno porque últimamente he tenido poca actividad en esta etapa. El año pasado solo pude competir una sola vez, cuando fui directo al Mundial. No queremos perder el ritmo y seguir la dinámica del trabajo para cumplir los propósitos de la preparación.

El objetivo del año son los Juegos Panamericanos de Lima y el Campeonato Mundial de Doha. Eventos que asumiré con la ambición de siempre, luchando por superarme y por estar en el podio. Siempre voy por más.

—Siempre se habla de diferencias de las superficies de pista cubierta en relación a las tradicionales. Hay muchos criterios que expresan que las llamadas pistas montadas favorecen a las especialidades de saltos…Desde tu experiencia personal, ¿cómo lo valoras?

—A mí en lo personal me gustan mucho las competencias bajo techo porque en primer lugar no recibes la influencia de situaciones del clima como la lluvia, el frio o el aire.

Cierto es que la mayoría de las pistas en las que se compite son “montadas” y que de alguna forma favorecen el salto, pero yo las veo como un arma de doble filo porque te pueden ayudar o no. La coordinación del salto es la clave para tener un resultado acorde a lo esperado y esto vale para cualquier escenario por igual.

Estas competencias se disfrutan más porque el público está más cerca y en muchas ocasiones se utiliza la música en favor del espectáculo y esto a mí, particularmente me motiva al enfrentarme a un escenario con ambiente diferente.

—Hay muchas referencias de que el Centro de Entrenamiento Olímpico de Stuttgart es un sitio de excelencia. ¿Cómo lo valoras?

—Es la segunda vez que estoy por acá y me ha gustado muchísimo porque se entrena muy bien. Tenemos todas las condiciones para trabajar. Aprovecho el espacio para agradecer a los directivos del deporte y a la marca PUMA por apoyarnos y brindarnos esta posibilidad de prepararnos en un sitio como este para los objetivos inmediatos que tenemos.

—Han pasado unos 8 años desde que te diste a conocer internacionalmente con aquel resultado del Campeonato Mundial de Daegu, ¿cuánto has cambiado desde entonces?

—La experiencia que te brinda cada año en la alta competición es lo que te hace crecer. Lo más difícil no es llegar sino mantenerse y con todos estos años en la élite del atletismo me he visto crecer como deportista y también como persona.

Me siento diferente, he aprendido a ver las competencias y a asumir los retos desde un pensamiento positivo que me ha permitido disfrutar cada salto y ser totalmente feliz con mi trabajo. Mis sueños siguen intactos, y ese es el motor. Entendí que no hay nada fácil pero que no tengo permitido rendirme y le doy gracias a la vida y a Dios también, por todas las personas que ha puesto en mi camino, porque al éxito nunca se llega solo.

—El panorama de tu especialidad es sumamente competitivo. Se está saltando muy alto en los últimos años, incluso, sobre alturas que nunca has conseguido. ¿Es esta una fuente de motivación en tu trabajo diario?

—Se está saltando muy fuerte y eso te da una medida de cómo se mueve el mundo, de cómo cada día se desarrolla el deporte, que todos tenemos deseos de lograr los sueños y llegar a lo más alto. Por supuesto que encuentro motivación en ello, aunque mi motivación personal se mantiene, porque quiero saltar más alto, quiero superarme, seguir haciendo historia y seguir contribuyendo a que se siga hablando de Cuba cuando se trate del salto con pértiga.

—¿Quién crees que es la principal exponente de tu disciplina actualmente?

—En cada día de mi vida, en cada minuto de entrenamiento me he repetido lo mismo: el mayor rival que se puede tener es uno mismo. Cuando tú logres conquistarte a ti mismo, entonces podrás conquistar todo lo que quieras por delante. En el deporte se gana y se pierde, pero lo que queda para toda la vida son los momentos en los que lograste superarte, en los que sabes que hiciste las cosas bien. Solo vas a tener una idea exacta de la magnitud de tu éxito cuando mires hacia atrás y veas todos los obstáculos que fuiste capaz de superar en el camino para llegar hasta ahí….

—¿Qué crees de la situación actual del atletismo cubano?

—El atletismo o, mejor dicho, el deporte en general, pasa por un momento difícil, pero la voluntad es de superar los obstáculos. No es una cuestión de que seamos más malos, sino que la competencia es cada día mayor. Puedo dar fe de que todos nos levantamos con sed de triunfar y de llevar el deporte adelante, porque como cubanos siempre tenemos nuevas ideas y esa voluntad de conseguir grandes metas.

—¿La mente sigue puesta en Tokio y el deseo de conquistar la gloria olímpica?

—Mi sueño es ser campeona olímpica y por esa meta trabajo.

—Un mensaje a tu tierra

—Tengo que decir que estoy muy dolida por la situación que estamos viviendo luego del tornado y pongo mi fe en que vamos a salir adelante. En nuestro país no se le da la espalda a nadie, y seguimos trabajando por mejorar. La verdad es que me faltan las palabras para expresar lo que siento, pero en medio de todas esas sensaciones soy optimista y envío mis fuerzas para acompañar a todos y cada uno de mis compatriotas en este difícil momento.

A mis fans les dejo un abrazo y les agradezco desde el fondo de mi corazón por seguir creyendo en mí, a pesar de todas las situaciones que hemos superado. Han sido mi fuerza en el camino.