//

jueves, 21 de noviembre de 2024

Volviendo al Meteoro (de pelota)

Algo de lo que faltaba por decir de aquel curioso torneo...

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 24/11/2017
0 comentarios
Omar-Linares-580-580x330
Omar Linares llamó la atención

Uno de mis viejos blocks periodísticos, levantando la mano sepultado en un largo librero, se adueñó del teclado y escribió casi él solito mí trabajo anterior (¡Aquel Meteoro de pelota!). No conforme, cuando estábamos llegando al punto final, pidió una segunda oportunidad: “No lo he escrito todo”, me dijo.

En ese block aparecen apuntes sobre el II Torneo Meteoro de la Confraternidad, celebrado en el año 1987 en Santo Domingo, República Dominicana, en lo que fue mi primera experiencia como enviado especial, en este caso del periódico Granma (donde trabajaba). Sí… ¡ese torneo fue hace ya 30 años!

Vamos a resumirlo todo en un párrafo, para los que no leyeron el trabajo anterior: el torneo lo ganó, de una forma demoledora, un poderosísimo equipo cubano, muy superior al resto de sus adversarios: propinó cuatro nocaos en cinco juegos.

¡QUÉ REGALOS!

La vida me regaló entonces no solo ser por primera vez enviado especial. Esa oportunidad, para redondear la felicidad, era con los mejores peloteros cubanos (Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Víctor Mesa, Antonio Muñoz, Orestes Kindelán, Juan Castro...). Y hubo un tercer regalo: no solo trabajar desde el palco de prensa del histórico estadio de Quisqueya, sino también pisar su césped.

Me parece casi obligatorio apartarme del tema central:

Ese estadio lo conocí por la radio cuando yo tenía 10 años, y se disputó ahí, en el año 1969, el reñidísimo Campeonato Mundial de Béisbol. El triunfo final, ante Estados Unidos, fue apenas dos carreras por una. Ahí volví a sentir el relevo y el hit del “Curro” Pérez (un lanzador al que no se le puso uno de los buenos emergentes que teníamos), el hit de Rigoberto Rosique. La narración emocionada de “Bobby” Salamanca (vinculada con la zafra azucarera). Los dominicanos apoyando a nuestro equipo, como si fuera el suyo, y gritando “¡Yanquis, go home! (en rechazo al envío de marines y otros soldados ahí en el año 1965).

Entre los que estaban muy pendientes de la radio se encontraba Fidel, de quien por estos días se ha estado recordando el primer aniversario de su desaparición física. Y cuando el “Curro” empató el juego se levantó de su asiento…

Una confesión: me estoy quedando con bastantes deseos de escribir de aquel Campeonato Mundial de Béisbol de 1969. No lo prometo, pero es muy posible que vuelva al teclado.

CURIOSIDADES, PRINCIPIOS

Y ahora regreso ya sin demora al Meteoro de la Confraternidad. Entre los puntos tratados en el material anterior se incluyó la publicación completa del Todos Estrellas. Bueno, nos faltó incluir al director José Miguel Pineda. Los otros fueron Antonio Muñoz (primera base y más valioso), Omar Linares (colocado como torpedero), Lázaro Vargas (tercera base), Orestes Kindelán (bateador designado) y Omar Ajete (lanzador zurdo).

Un dato: de esos cinco mencionados antes uno solo había estado en el Todos Estrellas del Meteoro 1985: Omar Linares. Los otros cubanos fueron Juan Castro (receptor), Luis Ulacia (torpedero), Lázaro Junco (jardinero izquierdo y más valioso), y Lázaro Contreras. Como director quedó Jorge Fuentes.

Es obligatorio un apunte sobre Omar Linares. Entonces, muy cercano a cumplir los 20 años de edad, ya era muy famoso, muy cotizado, muy deseado en las Grandes Ligas, a las cuales nunca aceptó saltar para no abandonar a su país. Y, como él, sus compañeros en aquel viaje que seguro ellos tampoco olvidan.

ATREVIMIENTOS

Sigo un poco más con Omar Linares. El director del equipo, José Miguel Pineda, había empezado a manejar una idea, alternando a sus astros, para que la coincidencia de él en el mismo tiempo con Lázaro Vargas no impidiera poder utilizar a éste. Se le ocurrió, para probar, llevar a Omar al campo corto, y entregarle la tercera a Vargas. Al también muy destacado Luis Ulacia, hasta ese momento torpedero, lo envío a jugar al jardín izquierdo. Fui tan atrevido, tratándose de béisbol, tan polémico, y donde tantos cubanos saben mucho, de bautizar esas ideas y hasta de tomar partido: “A mí me gusta la fórmula Pineda”, escribí. Y así me lo publicaron.

No estaba descartado Lourdes Gourriel, el jardinero izquierdo. Pero si no recuerdo mal, y es posible, han pasado 30 años, hubo un juego en que no corrió fuerte para home. Ahí mismo Pineda lo sentó y no lo puso a jugar más. Cuando llegamos de regreso al aeropuerto de La Habana, el vicepresidente del organismo deportivo que atendía al béisbol, Reynaldo González, le preguntó preocupado a Pineda: ¿Le pasa algo a Gourriel?

QUEDA OTRA

Una curiosidad rondaba el ambiente por aquellos días. Y se iba a redondear casi enseguida. El equipo Cuba tuvo tres directores… ¡en tres meses!: Higinio Vélez (en agosto, durante los Juegos Panamericanos de Indianápolis); el ya mencionado Pineda (en este torneo Meteoro de la Confraternidad); el ya también mencionado Jorge Fuentes (Copa Intercontinental, en La Habana). ¡Hasta sus bromas hubo con tantos cambios!

Mi viejo block periodístico tenía mucha razón. Quedaban cosas pendientes. Y… ¿cómo olvidarnos entonces de aquel Meteoro?


Compartir

Rafael Norberto Pérez Valdés


Deja tu comentario

Condición de protección de datos