El periodismo, como hemos escrito otras veces, le apunta con mirilla telescópica a los aniversarios redondos. Y por eso hoy, 30 años después de los sucesos, nos volvemos a montar en la máquina del tiempo, ahora para llegar en 1987 a la ciudad estadounidense de Indianápolis. Allí, del 8 al 23 de agosto, se disputaron los X Juegos Panamericanos, a los que en Cuba se pensó no asistir. Hubiera sido un duro golpe para el deporte.
Y mientras comenzamos a desempolvar, tanto para los lectores que vivieron ya aquella historia y desean recordarla, como para los que no habían nacido, nos viene a la memoria una frase muy conocida: “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra…”.
Lo escribimos así porque Chile, donde ya imperaba el régimen asesino del general golpista Augusto Pinochet, iba a ser la sede del evento. Lo iba a ser también para la séptima edición, en 1975, salvada en el último momento por Ciudad de México. La nación sudamericana no había podido ganar la sede para la versión de 1971, ante Cali, Colombia. La obtuvo para la de 1975, pero la llegada tempestuosa del dictador al poder trajo de inmediato la renuncia, lamentable carta que entonces repitió para la de 1987. Ecuador, subsede, tampoco podía organizarlos, debido a problemas económicos. ¿Entonces?
“Entre los nuevos aspirantes La Habana, capital cubana, parecía tenerlos seguros cuando se produjo una maniobra para otorgarlos a Indianápolis, otra fuerte candidata”, leímos en el libro Juegos Panamericanos, del destacado colega fallecido hace unos meses Enrique Montesinos.
Cuba protestó, hizo saber que para el envío de nuestra delegación era imprescindible la presentación de disculpas. En 1986 el Comité Olímpico de Estados Unidos, y la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) presentaron excusas por escrito, y dieron garantías de apoyar la candidatura cubana para organizar los de 1991. Antes de que empezaran las competencias en Indianápolis 1987, La Habana tenía ya la ansiada y justa sede para los de cuatro años después. A lo que ocurrió entonces aquí volveremos un poco más adelante…
ENTRETELONES
Hubo, según la misma fuente, récords de países: 38. Y de competidores: 4 453. Un total de 31 deportes, en el programa más abultado de la historia hasta ese momento, con 321 pruebas premiables (en Caracas 1983 habían sido 295). Las tres primera naciones en el reparto de las medallas, como era lógico esperar, fueron Estados Unidos (168 de oro), Cuba (75) y Canadá (30). No olviden que tenemos algo pendiente por escribir…
A golpe de memoria, pues seguimos los acontecimientos desde la redacción del periódico Granma, recordamos que unos de los puntos más interesantes, ¿quizás el que más?, estuvo alrededor del béisbol. No solo por ser el deporte nacional tanto en la sede como en nuestro país. Es que ambos iban a estar representados por excelentes equipos. La nómina de los norteños parecía ser la más difícil a enfrentar por los nuestros después del triunfo revolucionario de 1959: Tino Martínez, Gregory Olson, Chris Carpenter, Michael Fiore, Ty Griffin, por solo mencionar casi al azar a algunos de ellos. Bueno, los cubanos tenían a Omar Linares, Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Luis Giraldo Casanova, Víctor Mesa, Luis Ulacia, Jorge Luis Valdés, Rogelio García…
¿Qué pasó entre los jonrones? Estados Unidos ganó el primer enfrentamiento, durante la etapa regular. Uno de nuestros periodistas le dedicó un buen espacio a reflejar pequeñas opiniones de otros colegas cubanos. Recuerden que entonces no había Internet. Los diarios llegaban a la sede a veces con atrasos, en los aviones que iba a llevar y a recoger de forma escalonada a nuestros deportistas. Cuando llegó aquel diario fue grande el malestar con uno de nuestros enviados especiales (¿Por qué?). Al final las aguas cogieron su nivel: en la final los cubanos se adueñaron de las medallas de oro, tras un espectacular duelo de batazos que terminó 13x9.
¿Otros apuntes muy relevantes sobre Indianápolis 1987? Los boxeadores cubanos ensartaron 10 de las 12 coronas… Y los pesistas 25 de las 30… Lourdes Medina fue la reina de la gimnasia rítmica, un nuevo deporte, con tres de oro y dos de plata… Los luchadores, sumando los estilos libre y grecorromano, llevaron la batuta (10 de oro contra las 9 de los norteños)… La corredora Ana Fidelia Quirot ganó los 400 metros planos, los 800 y bronce en el relevo de 4x400…
FALTA ALGO
No hemos olvidado que tenemos un apunte pendiente tras escribir sobre unos Juegos Panamericanos celebrados hace ahora 30 años. Es una nota que les debemos tanto a los lectores de mayor edad y a los de menos…
Y es recordar que en La Habana 1991 los deportistas cubanos terminaron por encima de los estadounidenses (140 medallas de oro contra 130). ¡Qué clase de victoria inolvidable aquella!
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