La feliz realización de los sueños de algunos luchadores que viajaron a los campeonatos mundiales, o el aplazamiento de los mismos, llevan ya un par de jornadas de esclarecimientos en Budapest. Y en ambas ha existido espacio para la rumba...
El domingo, como ya reflejamos aquí en Cubahora, uno de nuestros compatriotas llegó incluso a lo más alto del podio: el librista Yowlys Bonne (de la división de los 61 kilogramos). Y este lunes, en el mismo estilo, Alejandro Valdés (65) terminó con bronce, un resultado similar al logrado por él hace un año en el de París. Una faena, por supuesto, que deja pan por rebanar.
El desempeño del habanero, más conocido como “Calabaza”, en los colchones montados en la arena Laszlo Papp comenzó el domingo. Y en su mismísima presentación ratificó que podía llegar hasta la corona. Lo decimos porque empezó venciendo 2-0 al famoso azerí Haji Aliev, tres veces campeón mundial, y medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Es oportuno recordar que Aliev venció a Bonne en París 2017 por 10-0 (superioridad técnica), y un poco después se convirtió allí en triple campeón mundial, lo cual une a la de bronce en Río 2016. Y que Aliev también había derrotado a Bonne en el mundial de Taskent 2014.
“Calabaza”, tras derrotar a Aliev, siguió como un tren: logró dos superioridades técnicas. Una al kazajo Daulet Niyazbekov y otra al bielorruso Niurhun Skrabin. ¿Se acercaba ya a su gran hora? Eso parecía, pero no fue… Un rival a todas luces inferior, el indio Bajrang Bajrang, le hizo la gracia, y lo venció por un 4-3 inolvidable.
Quedaba una sola bala
Le quedó entonces, para este lunes, solo la opción del bronce. Y la verdad es que no se amilanó por el fracaso del día anterior: le recetó imponente 10-0 al sudcoreano Seungchul Lee. Un dato: Bajrang quedó en plata, ya que cedió ante el japonés Takuto Otoguro. Otro dato: el desempeño de los libristas, con una de oro y una de bronce, es superior al conseguido en París 2017 (dos de bronce: Bonne y Valdés). Y debemos recordar que antes no habían conseguido subir al podio ni en los mundiales de Las Vegas 2015 ni en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Este resultado de “Calabaza” nos parece, como la luna, que tiene dos caras… a veces se nos olvida, y es algo que debemos ir rectificando, en aras de poseer una verdadera cultura deportiva, lo muy difícil que resulta ganar una medalla en un campeonato mundial, o que las condiciones de nuestros atletas no siempre son las ideales.
Todo eso es verdad. Pero…
Valdés, como ya también escribimos en nota anterior, no había quedado conforme con su medalla de bronce hace un año en la Ciudad de la Luz (la Ville lumière). “Estoy emocionado: es mi primera medalla mundial. Le he dedicado la vida completa a la lucha, desde los seis años, y no había podido subir al podio. De todas formas, no estoy conforme, vine por el oro, lo intenté y fue imposible”.
Aquella vez en realidad dijo más: “Estuvo cerca el título, pero no cayó. Espero que el venidero año llegue en la misma forma de ahora y pueda celebrar”.
Puede más
Le quedó en aquella oportunidad, con la espinita adentro, la posibilidad del desquite ahora en Budapest; pero ya sabemos lo ocurrido…
Le queda ahora, con esta nueva espinita, la posibilidad todavía el año próximo de otro campeonato mundial, ¿podrá llegar al oro en esa ocasión?, antes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y esa parece su última posibilidad de subir al podio de los dioses del Olimpo. A partir de ahora vivirá su ahora o nunca…
En aras de tratar de mirar con la mayor justicia posible las dos caras de la luna no se puede olvidar que “Calabaza” ha tenido un crecimiento no solo en sus condiciones como luchador, apuntalado por sus incursiones en la Bundesliga alemana, sino también en los resultados.
Antes de llegar a París 2017 había pasado sin éxito por cuatro mundiales, incluso con demoras en poder asistir a ellos. Había terminado séptimo en los de Moscú 2010 y Estambul 2011. No estuvo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Quedó más lejos en el mundial de Budapest 2013: vigésimo tercero. No estuvo en ninguno de los dos anteriores: Taskent 2014 y Las Vegas 2015. En sus únicos Juegos Olímpicos, los de Río 2016, tampoco llegó arriba. Luego, como acabamos de escribir, logró sus dos medallas de bronce en los mundiales de París 2017 y ahora en el de Budapest 2018.
Sí, Alejandro Valdés quiere más. Y puede más…
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