Ya casi todas las provincias han anunciado los nombres de los directores de sus equipos para la próxima temporada cubana, que se jugará con la misma estructura de los últimos años y que a muy pocos agrada, creo que a nadie; el último mentor en hacerse público fue el de Holguín, Noel González, después que hubo un silencio que le abrió las puertas a la especulación. Al final se ratificó al muchacho.
Pero hoy no voy a hablar de ese tema, más bien fue un pretexto para empezar esta nota, pues hay un cubano que recién debutó en la Liga Norte de México en esas funciones: nada más y nada menos que Michel Enríquez.
El Súper 12 es un hombre de béisbol, que por sus características personales se pinta solo para grandes empeños como director de equipos: aglutina, sabe, dialoga, tiene el deporte tatuado en los huesos y en la mente. Su arranque con los Indios de Tecate ha sido exitoso, con cinco triunfos en sus primeras ocho salidas al terreno, ocupaba hasta el jueves el segundo lugar en la tabla de posiciones de un circuito que le sirve de sucursal a la Liga Mexicana de Béisbol.
Todo lo que aprenda Michel allí es muy probable que lo revierta después en Cuba. Según me cuentan desde Isla de la Juventud, el estelar jugador salió a cumplir este compromiso con la anuencia de las autoridades deportivas de su terruño. Esperemos que después no haya líos como el año pasado que le impidieran concretar los 2000 hits con la franela de sus eternos Piratas.
Si no es la próxima Serie, quizá sea la siguiente, pero de que Michel dirigirá a la Isla no tengo dudas, ni la afición ultramarina tampoco. ¿Qué la ultramarina?, toda Cuba quisiera verlo en el puente de mando, como mismo se espera con ansiedad el inicio de la venidera temporada para aplaudir a Eduardo Paret, el nuevo jerarca de los Leopardos de Villa Clara.
Y esta semana, mientras en los terrenos continuó jugándose la V Serie Nacional sub-23 sin que logre convertirse aún en el torneo que debiera ser, el proyecto Béisbol de Siempre, genuino defensor de lo mejor de nuestro deporte nacional, organizó una peregrinación por el cementerio de Colón de La Habana, para rendirle tributo a uno de los más grandes peloteros nacidos en esta Isla, Cristóbal Torriente.
Allí se juntaron los inmensos Antonio Muñoz y Andrés Ayón, junto a todos los que quisieron y pudieron acudir al nacimiento de un sitio —se puso la primera piedra— que debe ser algún día no muy lejano donde se venere a los inmortales del béisbol cubano, porque los grandes como Torriente nunca mueren, aunque la pobreza, la negritud de la piel y la tuberculosis hayan querido condenarlo al silencio.
Muñoz, más grande en sentimientos que en tamaño, que ya es mucho decir, tuvo la idea de ponerle el nombre de Cristóbal Torriente a un estadio que construyó en Cienfuegos para el goce de los niños, una iniciativa acogida con beneplácito.
Esa noche, Muñoz tuvo un mano a mano histórico con otro recio toletero cubano, Armando Capiró, para deleite de las decenas de aficionados que asistieron a la sede del proyecto Fresa y Chocolate con el propósito de escuchar las anécdotas de ambos estelares, genuinos defensores de lo mejor de nuestro pasatiempo nacional.
A la par de todo eso, Santiago de Cuba se mantiene entre los mejores equipos de la serie sub-23, pese a que su nómina sufrió muchas bajas respecto a la que ganó el año pasado, aunque tendrá en Granma a un adversario muy fuerte en la lucha por la única plaza que otorgará a la postemporada el grupo D.
Todo lo contrario resulta el paso inicial de los vigentes subcampeones de Villa Clara, quienes se debaten por estos días en nada agradables controversias mediáticas respecto a quién debe ser el receptor titular, si Ariel Pestano Junior (hijo del mentor), o si el más ofensivo Jesús Olivera. El asunto pasó por las redes sociales y llegó hasta la radio, donde Pestano padre dijo sus argumentos, que, por cierto, no han tenido buena repercusión.
Es una lástima que eso suceda, no solo por las afectaciones que puede ocasionar a los atletas individualmente, sino al equipo en su dinámica grupal, y más ahora que están ganando mucho menos de lo que pierden sobre la grama.
También se mantiene, con bajo perfil mediático, la serie especial de entrenamiento-juego en la que se buscan cinco o seis nombres para completar la selección cubana que irá a Barranquilla, y que ojalá aporte al desarrollo integral de los más de 70 hombres que andan enrolados en esa aventura. Por lo que trasciende ha dado sus frutos, esperemos que sea así.
Les prometo seguir las pistas de esos dos torneos y datos sobre los peloteros contratados al amparo de la Federación Cubana de Béisbol en circuitos profesionales, y si hay novedades de otros asuntos en pelota, pues serán publicadas también. Sigamos juntos.
IGlez
20/4/18 11:57
Exitos Michel en tu actividad actual y proyectos personales futuros.
Lastima q no hayan sido capaces los federativos cubanos de darte valor en su momento, y marginarte en los ultimos años de la seleccion nacional porq prefirieron a otros q abandonaron la embajada cubana ante eventod y compromisos internacionales, yo se q eso te ha dolido mucho, pero hay q sobreponerse a todas las dificultades y demostrar lo q uno vale.
Yo si creo en ti y pienso que aun te queda polvora para jugar por la IJ y a la seleccion CUBA de tu corazon, por respeto a tus familia, coterraneos y a todos los cubanos, tienes y una bella carrera deportiva que terminar, y creo q aun pudieras dar un poquito de lo que te queda en tu fisico, antes de pasar un dirigente en los equipos de beisbol tanto de fuera como en el patio.
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