El Rey ha muerto… ¡Viva el Rey!

Querido Tocayo:

Perdona esta tardanza, pero perdí demasiado tiempo intentando descifrar qué diantre había almorzado Memo Ochoa para atajar tanto gol brasileño… Si el Tri tiene hoy todas las papeletas para clasificar a segunda ronda es gracias al voto de confianza que Miguel Herrera le diera a este arquero surgido del América y que tras un paso por el Ajaccio galo, estaba actualmente sin equipo… Quienes criticaron al Piojo Herrera deben estarse comiendo sus palabras con chile, porque hasta ahora México se lo debe todo al Memo: la victoria ante Camerún y este empate ante un Brasil más agresivo, más Brasil…

Dicen nuestros insignes relatores que muchos clubes europeos comenzarán a fijarse más en Ochoa tras esta actuación, pero confío en que allá sepan lo suficiente de fútbol como para comprender que contra Brasil el Memo estaba iluminado, intratable, fula… Aún así, ya se habla de un supuesto interés del Arsenal, AC Milan y otros dispuestos a perdonarle que la pasada temporada fuera el guardameta más goleado de Francia...

Pero dejémonos de revisionismos, y vayamos a lo nuestro. Coincido con muchas de las observaciones de tu carta anterior que, por cierto, esperé con impaciencia ¿Por qué tardaste tanto? Temí que te hubieras quedado dormido en el Irán-Nigeria, con un sueño tan profundo que solo los pucheros de CR7 hubieran podido esfumar.

A propósito de la masacre lusa, el gran mérito de la Mannschaft ha sido despejar de una buena vez la incógnita de los últimos tiempos: ¿Messi o Cristiano? El portugués podrá hacer mil abdominales y mechar como un buey, que nunca tendrá los hombros suficientes para echarse encima a su equipo, como sí hizo la Pulga ante Bosnia, a pesar de los pesares, y de tener que desgastarse buscando balones en la Conchinchina...

Hace cinco años, un veterano periodista argentino me dijo que “Messi era la jugada, pero Maradona es el fútbol”. Un lustro después, pienso que mi amigo le haya subido el nivel al rosarino, sobre todo por ser la antítesis de lo que representa Cristiano Ronaldo, ese “algo” en apariencia bonito pero en esencia feo en que se ha convertido el fútbol, una sarta de tipos atléticos y musculosos sin arte ni respeto por el balón, por el juego…

Échale un vistazo, tocayo, a los viejos videos de fútbol y fíjate en la pila de calvos y tipos con pancita cervecera y cara de haber sido rodao-ponchaos que habían… Ahora es tan importante la imagen, que muchos caen en la trampa de juzgar a una selección según la figura que tengan, pero las figuras suelen ser los goleadores, casi siempre matadores que se limitan a ponerle el punto final a la laboriosidad de otros.

Contra una inmensa Alemania, Cristiano no pudo marcar la diferencia que sí marcó Messi. Al final, no me quedó claro si los alemanes son tan buenos, los portugueses tan malos o Pepe tan tonto. Sin dudas, el once de Joachim Low ha avalado con buen fútbol cada onza del favoritismo con que llegaron a Brasil-2014, a diferencia de casi todos los demás que llegaron con esa etiqueta. De España, mejor ni hablar… Si por algún milagro los campeones hubieran pasado a la siguiente fase, Vicente del Bosque debería haberse comprometido a hacer el camino de Santiago, afeitarse el bigotón y en todo un manifiesto republicano renunciar a su título de Marqués, vociferando a voz de cuello: “El Rey ha muerto… ¡Viva el Rey!”

En sentido general, voy disfrutando el Mundial, siempre y cuando no coja demasiada lucha con las narraciones: las pifias son antológicas. Me gustó mucho la potencia física de Costa de Marfil, los tres señores golazos de Costa Rica, el ímpetu de Chile, el gesto de Thomas Müller de no celebrar sus goles ante un rival despatarrado, el primer gol de Van Persie y el segundo de Arjen Robben, el tiro –no, el tiro no- el TIRAZO que Pirlo estrelló con el larguero, con una comba que ya quisieran las curvas de Cumanayagua…

Por demás, es un Mundial de sorpresas… ¿Quién diría que Holanda sería el primero en avanzar a segunda ronda, y los campeones serían los primeros eliminados? Al final dio la impresión de que a Chile le daba pena marcarle un tercer o cuarto gol a España, que los suramericanos se compadecieron de una selección que lució perpleja, ortodoxa, de palo, aturdida, sin esa proverbial furia: si hubo una furia, la Maquinaria Naranja la castró, y la Marea Roja la ahogó… Por demás, de nuevo el Maracaná acogió una decepción mundialista…

Y me voy, tocayo, antes de caer en tu provocación y ponerme a justificar el derrumbe del Heat y la redención de los Spurs. No sé cuál fue el problema de Miami, pero sin dudas traer a Carmelo Anthony no será la solución. Mejor hablemos de fútbol…

Charly.