Si no puedes con el enemigo… ¡Fíchalo! Esa demostró ser la filosofía empelada por la franquicia Juventus de Turín al conseguir finalmente un acuerdo que vincula al astro portugués Cristiano Ronaldo con el club italiano durante los próximos cuatro años. Para ello, los más recientes campeones de la Serie A pactaron desembozar durante las próximas dos temporadas la astronómica cifra de 112 millones de euros (100 millones para el Real Madrid y el resto para los derechos de formación y otros gastos accesorios), según refirió el sitio deportivo Marca.
De esta forma el jugador luso, de 33 años de edad, cumplió su anhelo de convertirse en unos de los futbolistas mejores pagados del mundo (ya lo es en Italia) al recibir por temporada la suma neta de 30 millones de euros. Así, acaba la novela del fichaje más sonado, al menos, de la última década. La directiva juventina considera que Ronaldo es la pieza final del engranaje para conseguir, sobre todo, el título en la UEFA Champions League, competición que en los últimos años le ha resultado imposible de alcanzar gracias, paradójicamente, a las extraordinarias actuaciones de CR7 con la selección madrileña.
Cristiano Ronaldo llegó al Real Madrid en el verano de 2009 con la misión de convertirse en el referente de un sistema de juego renovado y necesitado de triunfos. Así se lo hicieron saber los miles de aficionados que por primera vez en la historia del club blanco llenaban prácticamente el Santiago Bernabéu para recibir a quien desde entonces sería el consentido de la fanaticada. Primero con el 9 y luego con su mítico dorsal 7, el crack lusitano no tardó en retribuir la confianza depositada en él.
El paso de duras jornadas y ciclos competitivos cada vez más exigentes terminaron por formar a un jugador maduro, sobrio y competitivo; es decir, un madridista hasta la médula. Los triunfos colectivos e individuales alimentaron cada vez más la idea de la permanencia del “Comandante”, en la capital española hasta el fin de su carrera. En más de una ocasión, el presidente del Madrid, Florentino Pérez, mostró su satisfacción con “Cris” y su deseo de que vistiera la playera merengue hasta los últimos días aun cuando, como en toda relación amorosa, existieron desavenencias siempre resueltas.
Temporada tras temporada nos acostumbramos a vivir con los rumores que lo vinculaban con otros pesos pesados del Fútbol como el París Saint-Germain, el Manchester City e, incluso, el Manchester United, todas lejos de la realidad y de un Ronaldo que cada año lo hacía mejor. Sin embargo, esta vez fue bien diferente.
Con el Real Madrid, entre otros premios individuales, Cristiano Ronaldo consiguió cuatro balones de oro (Foto:AFP)
Las primeras pistas de que las cosas entre el “Bicho” y los que mandan, especialmente con Florentino, no andaban bien, las encontramos desde mediados de la recién concluida temporada con distantes apretones de manos y miradas que preferían perderse en el horizonte antes que cruzarse. Por aquel entonces CR7 superaba un difícil comienzo de temporada que le costó más de un abucheo jugando de local (¿se lamentará la afición ahora?). “Mi cabeza no da para más, si me tiro un mes sin marcar, me silban en el Bernabéu y el club comienza a hablar de los sucesores, de otros fichajes”, señalaba el cinco veces elegido como mejor jugador del planeta al ser cuestionado por la prensa.
A todo eso, también se le sumaba la posición asumida por el club madridista ante la polémica sanción que imposibilitó a Ronaldo jugar cinco fechas por empujar al colegiado De Burgos Bengoetxea en un partido frente al Barcelona y a sus problemas con Hacienda. En esas ocasiones, la presidencia prefirió mirar hacia otro lado y no acompañar al portugués.
Aun cuando las cosas para el nacido en Madeira mejoraron, continuaba clavada una espina que de a poco se enconaba cada vez más: su salario. Celoso de los contratos de rivales como Neymar o Lionel Messi, “Superfly” pedía una remuneración acorde a su estatus e importancia, cosa que nunca llegó a pesar de que “Floren” vía telefónica le prometiera mejores términos tras ganar la duodécima Champions en Cardiff. Todo ese descuido institucional llevó a pensar a Ronaldo que sus días en Madrid estaban contados, aún más cuando se hablaba de inminente llegada de su reemplazo debido a un declive deportivo que no termina de llegar.
(Fuente:Marca.com)
Fue así como en la euforia de otra final europea vencida y con la decimotercera en la mano, Cristiano encendía las alarmas a los más perspicaces al decir que “fue lindo jugar en el Madrid”. Desde entonces comenzaron las dudas y miedos para unos y las ilusiones para otros. Tras varias semanas de incertidumbre, el sitio oficial del equipo español en la tarde de ayer hizo pública la carta en la que Ronaldo pide su salida del equipo donde pasó sus últimos nueve años, para dirigirse a la Juventus.
De esta forma, para el Madrid culmina el andar de una leyenda viva que ocupa, junto a Alfredo Di Estefano el sitial más alto dentro de un club plagado de talento y buen Fútbol. A la institución española solo le queda agradecer tanta magia y enrolarse en la búsqueda de un nuevo héroe mientras que la Vecchia Signora desde ya se regodea ante los muchos goles que de seguro va a celebrar.
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