Hace un año las luchadoras cubanas se sirvieron con cuchara grande en casa, porque ganaron las ocho medallas de oro posibles en los torneos internacionales Granma-Cerro Pelado. Pero en la atmósfera quedó flotando el deseo de que en 2014 la conquista fuera menor… lo cual sería una señal de mayor calidad entre las visitantes. Esa aspiración se concretó.
La cosecha de las locales esta vez en el Coliseo de la Ciudad Deportiva, de La Habana, se redujo a tres preseas de oro, una de plata y cuatro de bronce, para un total de once.
LO QUE DIJO EL TÉCNICO
Elio Garraway, jefe de entrenadores de esa especialidad, ofreció sus impresiones para los lectores de Cubahora, y lo hizo ya sentado en la zona de las plateas bajas, una vez que sus muchachas terminaron la porfía.
“Fue una competencia de un altísimo nivel. Ha sido, en el femenino, el Granma-Cerro Pelado de más calidad. Hubo doce luchadoras de talla mundial, sin contar a las cuatro cubanas”.
Lo dijo refiriéndose, en este último caso, a nuestras asistentes al menos una vez a lides del orbe: Yamilka del Valle (de los 55 kilogramos, plata esta vez en una división con solo dos competidoras), Katherine Vidiaux (63-bronce), Lisset Echevarría (75-oro entre cuatro) y Jacqueline Stornell (60-oro entre dos).
La tercera y última corona de las criollas, quizás la más inesperada, la aportó la jovencita Beatriz Traba, una tunera de solo 16 años de edad, perteneciente a la división de los 53 kg., hace un mes campeona nacional, al vencer por pegada a la francesa Aurelie Basset, de mucha más experiencia.
“Hubo aquí también dos medallistas de competencias muy importantes”, agregó Garraway pensando en dos figuras muy conocidas que alcanzaron ahora los metales dorados. Una de ellas fue la colombiana Jackeline Rentería, bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y en los de Londres 2012.
La otra fue la estadounidense Elena Pirozhkov, plata en el Campeonato Mundial de Moscú 2010, bronce en el de Budapest 2013, oro en el de lucha femenina de 2012, en la localidad canadiense de Strathcona County.
CONTANDO ALGO
El resto de las campeonas fueron la estadounidense Victoria Anthony (dos veces monarca mundial juvenil), de los 48; su compatriota Helen Maroulis (plata en otra división en Strathcona County) y la colombiana Sandra Roa (bronce en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011), 58.
Les cuento algo que observé en el Coliseo. Rentería y Vidiaux sacaron chispas en uno de los colchones.
La colombiana, que no por gusto ha escalado a los podios que lo ha hecho, llevaba rápida ventaja de 4-0 apenas a los 50 segundos del inicio. Y de 6-0 a los 2.15. Pero todavía faltaba película por rodar.
La cubana logró poner un 6-4 a los 2.31. Y enseguida un 6-5, al ganar un punto por sacarla del área válida en el tapiz. Hubo empate a 6. Vidiaux, según nos pareció, se apuró demasiado en seguir atacando.
Y con esos truenos andando, Rentería consiguió la pegada…
Un buen rato después, calmadas un poco las emociones, Vidiaux nos hizo unas declaraciones. "En la pelea contra mí no hizo el mismo tipo de combate que ante la peruana Yanet Sovero. Trabajó muy bien su contraataque. Cuando nosotras estamos perdiendo salimos a buscar puntos. Así empaté. Luego me apuré y me costó”.
Quedó la impresión de que le faltó carretera, experiencia, combates al alto nivel, pero su ánimo no decayó…
“Sé que es una atleta a la que me tengo que seguir enfrentando, en abril, en el clasificatorio para los Juegos Panamericanos, y a la que puedo ganarle”.
Algo bueno: ¡Menos medallas!
Hubo mayor calidad entre las luchadoras visitantes que compitieron en los torneos internacionales Granma-Cerro Pelado...
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