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lunes, 25 de noviembre de 2024

Voluntad manifiesta

En Polonia buena parte del planeta confirmó su deseo de proteger el medio ambiente...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 18/12/2018
2 comentarios
COP24 Cambio Climático
El presidente de la COP24, Michal Kurtyka, en el marco convención de las ONU sobre el Cambio Climático.

Entre las batallas cruciales de la humanidad en esta hora histórica se sitúa, sin dudas en primeros planos, la urgencia de detener el masivo deterioro medioambiental que sufre nuestra devastada casa común.

Ha sido y es un severo y despiadado proceso que tuvo su marca fatal en la década de los setenta del pasado siglo, en que la agresividad e irracionalidad hicieron que la naturaleza perdiese su ancestral capacidad de regeneración frente a la desbordada carga de contaminación vigente.

En consecuencia, la Tierra comenzó a ceder inevitablemente espacios al deterioro. Mares y ríos envenenados, una atmósfera cargada de tóxicos y gases capaces de hacer colapsar las defensas frente a radiaciones destructivas, devastación de los bosques, desaparición masiva de especies vivas y, por tanto, la nociva transformación artificial de todo el entorno, se han constituido en apenas pocos años en la soga que todos llevamos hoy al cuello, a cuenta de los mezquinos pareceres de aquellos que solo piensan en sacar provecho a cuanto les rodea en tanto transiten por el limitado espacio de tiempo que nos ha regalado la Gran Madre, a la que están liquidando sin remedio.

Una posición esta última que, a pesar de los poderosos intereses que pretenden sustentarla, no ha podido evitar que la mayoría de las naciones del orbe, por encima de dificultades, encontronazos, desaires, tozudez y egoísmo a borbotones, haya logrado esbozar al menos un programa de acción global destinado a frenar el asesinato del entorno.

A inicios de la década de los noventa, en Río de Janeiro, se produjo la primera Cumbre de la Tierra, que puso sobre el tapete la contradicción entre los defensores del medio ambiente y los empeñados en proseguir su destrucción.

Allí el entonces presidente norteamericano George Bush se negó a sumarse al acuerdo para detener las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero, iniciando una pública cadena oficial estadounidense de reticencia medioambiental que tendría su punto culminante con la reciente decisión de Donald Trump de excluir a la primera potencia capitalista del Acuerdo de París sobre cambio climático, instrumento cuyas reglas de trabajo recién resultaron aprobadas por casi doscientos gobiernos del planeta en la Cumbre del Clima número 24 de la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada por estos días en la ciudad polaca de Katowice.

En efecto, 196 naciones decidieron poner finalmente en marcha el programa global “que aspira limitar el aumento de las temperaturas globales a menos de 2 dos grados centígrado”, llama “a los estados para que refuercen sus planes para reducir emisiones de gases de efecto invernadero antes de la próxima ronda de negociaciones, prevista para 2020”, y “pide a los países desarrollados que indiquen cuál es el tipo de ayuda que piensan ofrecer a los países más pobres para que estén más preparados para hacer frente a los desastres naturales y para disponer de mayores fuentes de energía limpia”.

Y mientras en Polonia se intentaban conjugar tales esfuerzos, una naturaleza herida y vapuleada sigue enviando claras señales de la urgencia de trabajar de una vez en su favor.

Así, varios expertos acaban de determinar que el deshielo en la capa de hielo de mil 600 metros de espesor de Groenlandia “aumentó dramáticamente y sin pausa en el siglo XX y principios del XXI”, lo que implica  que inusitados volúmenes de agua se están sumando al nivel del mar “más que en cualquier otro momento durante los últimos tres siglos y medio”.

Por su parte, otros expertos revelaron que como consecuencia del calentamiento global, “el Océano Ártico ha perdido el noventa y cinco por ciento de su hielo más antiguo, lo que supone un cambio sustancial en el clima del área y la suma a los mares mundiales de fantásticas cantidades de agua. El 2018 ha sido el segundo año más caluroso en el Ártico desde que comenzó a llevarse registro de su temperatura en 1900”.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 2 comentarios


Marta
 19/12/18 14:37

http://www.unesco.org/new/es/havana/about-this-office/single-view-havana/news/participa_escuela_cubana_asociada_a_la_unesco_en_la_cop_24/?fbclid=IwAR1V_0MlfhTSRCREf03aNp_e8TD6JeGsVBWS6JhHOEKdDFML-FI3vAwgzHc#.XBqZvs8Yw2g.facebook

Marta
 18/12/18 8:04

En Katowice también estuvo presente Cuba, por las escuelas asociadas a la UNESCO participó un trabajo de un jóven del IPVC Ernesto Guevara de Villa Clara el cual fue muy aplaudido y el última jornada de esa misma conferencia, nuestro jóven cubano fue elegido para que representara a Cuba y en unión con Estados Unidos y Australia presidieron la jornada, y nada de esto ha sido reflejado por nuestros medios.

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