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jueves, 14 de noviembre de 2024

Unión Soviética: más que un recuerdo

La disolución de la URSS en 1991 devino, finalmente, la apertura de una renovadora incitación...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 23/12/2016
3 comentarios
Banderas, Unión Soviética
Ha transcurrido justo un cuarto de siglo de la clausura de la unión Soviética.

Testigos fuimos de tan rudo acontecimiento político. Algunos pensaron que el sol se apagaba, otros se apresuraron a cantar la victoria definitiva del capitalismo y el deceso de las ideas progresistas, los terceros lo asumieron como un reto y una experiencia imposible de obviar en el futuro.

Ha transcurrido justo un cuarto de siglo de la clausura, por la insana combinación de manos oportunistas y principios débiles, de aquel gigantesco conglomerado multinacional proclamado cabeza del socialismo global e inscrito en la memoria de muchos como “el primer Estado de obreros y campesinos de la Historia”.

Un país geográficamente ubicado en dos continentes, hacedor de innumerables hazañas económicas, sociales y científicas, decisivo en la derrota del nazismo en la Europa de la Segunda Guerra Mundial, y fuente de inspiración para muchas generaciones de revolucionarios a lo largo y ancho del orbe.

Pero a la vez, un espacio cercado por la agresividad perenne del capitalismo internacional, y lamentablemente corroído, además, por malas prácticas políticas internas que desdibujaron los principios básicos de la ideología que le llevaron a convertirse en una recia potencia mundial.

De todas formas hay un sustancial legado, y no son pocos los hoy llamados “nostálgicos” que, desde posiciones objetivas, reconocen y admiran la obra y las contribuciones claves hechas a la sociedad moderna por los entonces pueblos de la URSS, desde la contención del chantaje nuclear hegemonista, hasta su apoyo esencial a todo un universo de naciones expoliadas que luchaban por su liberación o intentaban preservarla contra los embates imperiales. Y Cuba, por cierto, bien lo sabe por contarse entre estas últimas.

En consecuencia, resultó inevitable que el mazazo político de diciembre de 1991 no desconcertase, frustrase e incluso trastocara más de un voluntad. Mientras, del lado de los eternos agresores, resultaron inmediatos el jolgorio y el intento de aprovechar las turbaciones del otro campo para desmovilizar y golpear. Occidente triunfó en la Guerra Fría, ha llegado el fin de la historia con la victoria total del capitalismo, no habrá nuevas potencias hostiles, fueron algunos de los pronunciamientos de estadistas y tanques pensantes.

No contaron con que el legítimo revolucionario es creador por definición, y que en el espíritu de mucha gente la conformidad, el desaliento y la indiferencia no tienen cabida.

Cuba, por ejemplo, se dispuso a resistir… y lo hizo, junto a no pocos que en el planeta asumieron tan rudo acontecimiento como un entuerto transitorio, como solo una vuelta negativa en la retorcida espiral de la historia.

Y el tiempo les ha dado la razón a quienes no perdieron la fe ni la voluntad. Y ya no solo a escala ajena a lo que fuese el espacio soviético, sino incluso a lo interno de lo que es hoy la Federación Rusa, heredera directa de buena parte de la extinta URSS.

De manera que los que acariciaron la idea de un mundo unipolar, regido por un soberano global único, han encontrado la oposición creciente de quienes abogan decididamente por la multipolaridad y la autodeterminación, y se enfrentan, cara a cara, a las maniobras geopolíticas de los pretendidos “vencedores en la Guerra Fría”.

Mientras, surgen y se renuevan en muchas partes las nuevas experiencias progresistas, esta vez liberadas de dañinos esquemas, generalizaciones y acatamientos ciegos, y creativamente ceñidas a la interpretación más objetiva posible de sus respectivas realidades como vía para transformarlas con real eficacia y eficiencia.

Mientras, lo mejor de la URSS y de su historia persisten como aportes innegables y consulta obligada a la hora de evaluar la complicada historia humana.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 3 comentarios


senelio ceballos
 24/12/16 11:09

cont-III Final..    Muchas republicas, provincias en estos 25 annos se han sabido sobreponer a todo lo negativo y hoy vemos como Kazastan, Uzbequistan, Bielorusia y otra provincias internas de la F.Rusa son unas joyas economicas de desarrollo. verdaderos motores economicos, sociales, turismo  y militares..Pero otras han ido de guatemala para guatapeor...Ucraina, los balticos

senelio ceballos
 24/12/16 1:50

Estimado autor Lic.Nestor NUNNEZ!!!...como uno de los muchos de sus critico-lectores permanente!!..Me quito mi YAREY  ante tan buen trabajo /articulo..HISTORICO-ANALITICO...felicidades y Buenas NAVIDADES....LUEGO...SI UD y el colectivo cubahora.cu....Me lo permitais. les escribire un comentario ampliando ..NOTAS SOBRE ese AUTODERRUMBE... que muchos cubanos vivimos en nuestras propias cabezas!!  cont

Nor1
 23/12/16 14:09

la caída de la URSS y el campo socialista  tiene su legado positivo en dejar claro que es lo que no se puede permitir que suceda dentro de nuestra sociedad. aquel esquema se habia convertido en todo lo que creo o aspiró Lenin y lo peor de todo era que se tomaba como perfecto. y no niego que pudo ser muy bueno pero estaba condenado al fracaso como desde mucho antes lo pudo percibir el Che. vivi aquella etapa durante el transito de mi adolescencia a la juventud y por años tuve la esperanza que se retomara el camino al socialismo al menos en Rusia. no sucedió. ahora me consuela un poco que el liderazgo de Putin al menos da una esperanza de resistencia ante el desastre del neoliberalismo. muchas gracias.

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