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sábado, 23 de noviembre de 2024

Un nuevo mapa político en Centroamérica

Las elecciones de El Salvador y Costa Rica marcan la agenda del día en la zona centroamericana...

en Trabajadores 03/02/2014
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Elecciones en Costa Rica
Las elecciones en Centroamérica son el centro de mira por estos días.

Con sendos comicios presidenciales en El Salvador y Costa Rica, los centroamericanos continúan dibujando el futuro mapa político de una de las regiones más atrasadas del continente, que enfrenta grandes retos como la violencia, el narcotráfico y la corrupción.

En el caso de El Salvador, las elecciones de este domingo podrían ratificar el camino iniciado en el año 2009, cuando llegó a la presidencia el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional(FMLN), con una agenda de programas sociales, creación de empleos y lucha contra la violencia.

El FMLN, que había aglutinado a las fuerzas de izquierda durante el conflicto armado salvadoreño, se convirtió en uno de los principales partidos políticos del país a partir de la firma de la paz en 1992.

La victoria en el 2009 de Mauricio Funes —un carismático y conocido periodista convertido en candidato del FMLN— puso fin a la hegemonía de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó ininterrumpidamente desde finales de los años ochenta.

Ahora, Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes históricos del FMLN y vicepresidente durante el gobierno de Funes, busca continuar y profundizar el proceso de cambio iniciado en el país.

Junto al alcalde de la ciudad de Santa Tecla, Oscar Ortiz, llevó adelante una exitosa campaña presidencial centrada en tres puntos: empleo, seguridad y educación.

La mayoría de las encuestas previas a los comicios de este domingo daban al FMLN como ganador. La gran interrogante era si tendría fuerzas suficientes para hacerlo en primera vuelta con más del 50 % de los votos. Los resultados preliminares indicaban al cierre de esta edición que el Frente estaba muy cerca de esa meta con un 49 %, lo que significaría obtener el triunfo directo.

Estas eran las tendencias de votos con el 56 % de las mesas escrutadas en El Salvador.

Pero si se mantiene esa tendencia, será necesario hacer un segundo balotaje en marzo contra el candidato de Arena, Norman Quijano, quien se habría hecho con cerca del 39 % de los votos.

La campaña de Arena apostó por la "mano dura" y el uso del ejército para solucionar el problema de la delincuencia en el país, sin mayor profundidad en el aspecto social.

Asimismo, su partido se ha enfrascado durante los últimos meses en ataques intestinos contra otro candidato salido de las propias filas de la derecha, el expresidente Antonio Elías Saca (2004-2009).

Saca se independizó de Arena después de concluir su mandato presidencial y ha intentado convencer a los salvadoreños de que vuelvan a votar por él con la promesa de resolver el problema de la seguridad y las pandillas. Sin embargo, precisamente este tema fue una de las grandes deudas del quinquenio que pasó al frente de los destinos del país.

A pesar de haber alcanzado un tercer puesto con cerca del 11 % de los sufragios, Saca no logró desbancar a la derecha tradicional ni mucho menos superar al FMLN.

Asimismo, ha influido sobre el electorado el escándalo de corrupción que enfrenta el expresidente arenero Francisco Flores (1999-2004), procesado por el presunto uso indebido de multimillonarios fondos procedentes de Taiwán.

Las autoridades del Tribunal Supremo Electoral salvadoreño han garantizado la transparencia del proceso. Estos comicios son además los más observados de la historia del país con dos mil supervisores internacionales y más de cuatro mil nacionales.

COSTA RICA: NO HAY NADA DEFINIDO

Acostumbrados a comicios casi siempre predecibles y con una baja asistencia a las urnas, los costarricenses han asistido a las urnas este domingo a unas elecciones presidenciales y legislativas que podrían cambiar esa tradición.

Tras dos mandatos consecutivos de cuatro años, el gobernante Partido Liberación Nacional, no tiene garantizada una victoria fácil, su candidato, Johnny Araya, fue reduciendo su margen en las intenciones de votos durante las últimas semanas.

La gran sorpresa de los comicios es el joven José María Villalta, del Frente Amplio, quien defiende un proyecto que se define a sí mismo como "una alternativa política progresista de izquierda democrática y socialista".

Estos dos candidatos son seguidos de cerca por Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), y Otto Guevara, del Movimiento Libertario.

Pese a que se espera una participación más alta que en elecciones anteriores, el escenario más probable es que ninguno obtenga más del 40 % necesario para una victoria inmediata y el puesto deba definirse en una segunda vuelta el 6 de abril entre los dos candidatos más votados.

Los resultados preliminares aportados al cierre de esta edición por el Tribunal Supremo de Elecciones confirman que habrá un nuevo balotaje. Con apenas el 9 % de las juntas escrutadas, el oficialista Liberación Nacional llevaba la delantera con 36,24 %, seguido por Acción Ciudadana con 21,08 % y el Frente Amplio (17,37 %).

Los sondeos indican que el crecimiento de la desigualdad, el estancamiento en la lucha contra la pobreza y la corrupción son los asuntos que más preocupan a los ciudadanos. De los 4,6 millones de habitantes que tiene el país, más de un millón vive en variados rangos de pobreza y unos 340 mil sufren subnutrición, de acuerdo con cifras oficiales.

Precisamente en esa realidad es que los especialistas ubican el auge de la visión progresista de Villalta y su joven partido, fundado hace menos de una década. Aún si son derrotados en las presidenciales, el Frente Amplio seguramente tendrá una facción parlamentaria inédita para la izquierda en la historia costarricense.

Quien asuma el máximo puesto del gobierno costarricense tiene una importancia añadida para toda la región, pues ese país asumió hace pocos días la Presidencia Pro Témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

La actual presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, ratificó en el discurso de clausura de la II Cumbre de la CELAC en La Habana su plena convicción de que su sucesor en el cargo tendría igual voluntad de diálogo abierto a la integración de América Latina y el Caribe.


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