Concretada casi al cierre de este julio la renuncia de Theresa May como jefa británica de gobierno, el cargo de primer ministro pasó a manos del también conservador Boris Jonhson, una figura que analistas y medios de prensa no dejan de calificar como controvertida y a veces indescifrable aún luego de haber sido alcalde de Londres desde 2008 hasta 2016.
Con rasgos físicos que le asemejan al presidente norteamericano, Donald Trump, similares conductas y comentarios mordaces, y la venta de una personalidad capaz de “hacer los cambios necesarios” en el “sistema vigente”, no pocos lo definen como una copia a pequeña escala del ocupante de la Casa Blanca, aunque colocan a su favor con relación al inquilino de la Oficina Oval, un mayor nivel retórico, dominio de la comunicación con la gente y ,por el momento, posiciones más sensatas con relación a temas internacionales y ligados al problema medioambiental…aunque, aducen las mismas fuentes… nadie podría decir lo que realmente vendría en lo adelante.
Por lo pronto, y como datos complementarios, se sabe que Johnson nació en la ciudad norteamericana de Nueva York (al igual que Trump), proviene de una familia acomodada, y estudió en la Universidad de Oxford, y aunque criticó al hoy presidente estadounidense años atrás, ahora se muestra inclinado a “compartir” con él y trabajar por un futuro “fabuloso” en las relaciones bilaterales.
Mientras, de este lado del océano, Donald Trump comentó que tiene el criterio de que el estadista británico es un hombre “bueno y duro”, y que si lo asocian a su persona entonces “eso resulta algo bueno”.
Por demás, la prensa hizo notar que, al igual que como es usual en el mandatario gringo, Johnson, quien en sus tiempos de alcalde pareció reconocer el aporte de los migrantes al desarrollo británico, le ha tomado el gusto a la mofa con relación a los extranjeros, de manera de calificar de “buzones” a la mujeres musulmanes que mantienen sus atuendos tradicionales, o “sonrisa de sandía” al hablar de los ciudadanos de raza negra.
Como se informó oportunamente, el nuevo jefe británico de gobierno ascendió al cargo al lograr mayoría entre los 160 mil afiliados al partido Conservador para que sucediese a la renunciante Theresa May.
Al referirse al gran reto que supone para su nueva gestión el tema de la aplicación del Brexit, que marca la salida británica de la Unión Europea en poco más de tres meses, Johnson reiteró ser partidario de cumplir con esa paso sin mayores contemplaciones, de manera que sería ejecutado el cercano 31 de octubre luego de la larga controversia negociadora que precisamente llevó a la renuncia de la May.
Vale recordar que el proceso de aplicación del Brexit se vio detenido por las propuestas y contrapropuestas sobre el tema entre al organismo comunitario y Londres, y la incapacidad de la administración saliente del lograr un consenso interno sobre el asunto.
Por lo pronto voceros de la Unión Europea se mostraron abiertos a dialogar con el nuevo primer ministro, aunque indicaron que no habría cambios en los términos pactados hasta ahora en torno al desgajamiento británico.
En el seno del gobierno local, por demás, se informó de la renuncia de varios ministros en activo luego de la elección de Boris Johnson, por desacuerdos con sus puntos de vista en torno a la aplicación del Brexit.
En consecuencia, la pelota sigue rodando sobre el terreno, solo que ahora con un cambio de capitán en el equipo del viejo imperio anglosajón.
El gráfico muestra los temas principales que enfrentará el nuevo primer ministro británico. (Fuente: Graphic News)
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