Nicaragua en elecciones municipales

Los nicaragüenses retornan este domingo a las urnas en elecciones municipales, en las que, según las intenciones de voto, el sandinismo se alzará con una nueva victoria en los 6 088 cargos en disputa.

Se elegirán en esta ocasión alcaldes, vicealcaldes, concejales y sus suplentes que conformarán los gobiernos locales de los 153 municipios de la nación centroamericana.

A los comicios están convocados 4 millones 990 000 personas, según el padrón del Consejo Supremo Electoral (CSE). Desde este sábado impera la ley seca y la prohibición de porte de armas.

La Policía Nacional informó que están tomadas las medidas de seguridad a nivel nacional para evitar cualquier tipo de incidente durante las votaciones. Agentes custodian los perímetros establecidos en los centros de cómputo y la gestión de tránsito en esas zonas.

En Nicaragua reina la confianza en un nuevo triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y sus aliados, teniendo en cuenta los resultados de los comicios del pasado año.

Entonces, el FSLN y su alianza política ganaron de manera holgada las presidenciales en las que fue reelecto el Comandante Daniel Ortega, acompañado como vice por Rosario Murillo, quien ocupaba hasta entonces un alto cargo gubernamental.

La pareja obtuvo el 72,5 % de los votos, una cifra pocas veces vista en la selección de un dignatario en América Latina, y el FSLN logró además 70 de los 90 escaños en la Asamblea Nacional.

Hace pocos días, la última encuesta de la firma M&R Consultores, realizada entre el 28 de septiembre y el 11 de octubre últimos, arrojaba que la coalición liderada por el Frente tiene la más alta intención de voto para las municipales.

Para analistas, es imbatible la fuerza política liderada por el FSLN, en la que participan movimientos y organizaciones políticas de izquierda. Son nueve partidos, seis movimientos políticos, cuatro movimientos sociales y dos personalidades que aparecen en la casilla número 2 de la boleta electoral.

En esta lid también aparecen agrupaciones de oposición, como el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) con 3,4 % de posibles votantes, Ciudadanos por la Libertad (CPL), 0,9; Partido Restauración Democrática (PRD), 0,1 y otros que no llegan al uno por ciento.

El pasado día 24, el CSE, encabezado por su presidente Roberto Rivas, y el ministro de Relaciones Exteriores, Denis Moncada, participaron en el primer envío de material electoral para los colegios habilitados en los departamentos y municipios.

En la ceremonia también se encontraba una misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) —aprobada por el gobierno— y representantes de distintos partidos políticos, entre ellos los que en las presidenciales acusaron al CSE de cometer fraude. De ahí que Ortega aceptara la presencia de la OEA como garantía de transparencia en el proceso.

Dos nuevas agrupaciones políticas tomarán parte en la liza municipal. Se trata de Restauración Democrática y Ciudadanos por la Libertad, las que según medios de prensa poseen pocas chances en la confrontación pacífica que tiene lugar en Nicaragua.

En los últimos años, y con un plan de conciliación nacional de centrales sindicales, partidos, empresariado y la Iglesia Católica, el gobierno de Ortega mantiene un ambiente de paz y trabajo en la nación, que será muy difícil de cambiar por una oposición dividida y sin programas alternativos superiores a los del oficialismo.

Durante la última década, Nicaragua alcanzó niveles significativos de crecimiento económico sostenido, llevó la cobertura de electricidad al 95 % de las localidades (de un 50% existente), y 200 000 familias recibirán este año nuevas viviendas, entre otros logros.

En el 2016, en términos muy parecidos al de años anteriores, el Producto Interno Bruto (PIB) de esa nación creció un 4,7 %, uno de los más altos de América Latina, fundamentado en el desempeño del sector de la construcción, el gasto público, el consumo, las exportaciones y la agricultora. Se espera que este 2017 el crecimiento no sea inferior al 4,5 por ciento.

En el cierre de campaña de la alianza oficialista en el barrio de San Judas, en Managua, la capital, hubo una fiesta popular que derivó en una caminata multitudinaria junto a la candidata a alcaldesa Reyna Rueda.

Postulada por el FSLN, Rueda expresó a periodistas que ratificaba “el compromiso que tenemos los revolucionarios para continuar acompañando al Comandante Ortega en el camino de desarrollo y prosperidad de nuestro país”.

En noviembre de 1984, con el triunfo del sandinismo, se efectuaron los primeros comicios en democracia, luego del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza, sentando las bases el pluripartidismo, la economía mixta y el no alineamiento en el campo internacional.

Para Ortega, “las elecciones son el camino y la ruta que los nicaragüenses encontraron para fortaleza la paz, la seguridad y la estabilidad del país, por lo cual el sandinismo siempre ha respetado los resultados electorales”.

Una nueva prueba para los partidos oficialistas que, si ganan hoy como se espera, obtendrán mayores fuerzas para continuar una hoja de ruta donde destacan la paz y el desarrollo sostenible.