Papa Francisco: polémicas en el trono de Pedro

La elección del argentino Jorge Mario Bergoglio como Papa Francisco ha sido muy bien recibida en Latinoamérica, la región con mayor número de practicantes de la religión católica (más de 500 millones). En medio de la alegría colectiva, también han surgido voces que recuerdan algunos puntos oscuros en el pasado de quien ahora ocupa el trono de Pedro.

Distintos medios de comunicación han presentado al nuevo pontífice como un Papa más cercano a las personas. "¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!, aseguró Bergoglio a los miles de fieles que se congregaron para verlo; y asumió por nombre uno que alude a San Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz.

Por primera vez en la historia, un latinoamericano asume la responsabilidad de conducir los caminos de San Pedro. En las calles de Argentina proliferan las más diversas estrategias de marketing, y se comercializan remeras, tazas y llaveros con la imagen del papa Francisco, junto a otros grandes argentinos, como el futbolista Diego Armando Maradona: “Si Dios es argentino, el Papa también”. Aún así, el nuevo Papa no ha sido bien recibido por una parte importante de la población argentina e internacional.

Las principales críticas contra Bergoglio se han centrado en una supuesta colaboración que mantuvo con la dictadura militar en Argentina, desde 1976 a 1983, posición que contrastó con las asumidas por otros padres de la Compañía de Jesús—a la que pertenece Bergoglio—quienes defendieron a los oprimidos durante las dictaduras latinoamericanas en el siglo XX.

Entre 1976 y 1983, Argentina vivió el gobierno de las fuerzas reaccionarias, lideradas por Jorge Rafael Videla y el Almirante Eduardo Emilio Massera. En ese período, los militares realizaron detenciones arbitrarias, torturaron, asesinaron a los opositores, quemaron libros y censuraron medios de comunicación. Alrededor de 30,000 personas fueron detenidas o desaparecieron, mientras que miles más fueron ejecutadas, tanto por las fuerzas de seguridad, como por la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A).

De acuerdo con un artículo publicado en Rebelión, existe un archivo fotográfico que muestra a Bergoglio dando la comunión al ex presidente Rafael Videla, durante la dictadura militar.

Las Abuelas de la Plaza de Mayo— ese admirable grupo de mujeres argentinas que todavía lucha por esclarecer las desapariciones de sus familiares—  acusaron a Bergoglio de no atender sus peticiones, así como de complicidad en el secuestro de niños por parte de los militares.

En 2007, cuando el gobierno de Carlos Menem indultó a los asesinos, las Abuelas escribieron: “La Iglesia que calló ante los crímenes aberrantes, la que participó activamente en la tortura de nuestros hijos, no es la iglesia del pueblo, la de los padres palotinos, Mugica y Angelelli. La que colaboró, la que nos mintió, la que nos dio la espalda es la Iglesia de Bergoglio y la derecha, la que apaña a los curas violadores, la que se queda muda ante el juicio a Von Wernich, pero vomita todo su odio cuando se habla de aborto.

La titular de las Abuelas, Estela Carlotto, subrayó en un reciente comunicado que Bergoglio pertenecía “a esa iglesia que oscureció al país", y expresó su condena a la jerarquía eclesiástica "porque fueron partícipes, cómplices, ocultadores, directa o indirectamente" y porque "no han dado ni un paso para colaborar con la verdad, la memoria y la justicia". "Sobre este Papa sólo tenemos para decir: Amén."

Además, mostraron un fragmento de la declaración Bergoglio durante el juicio, efectuado en 2010, en el que admitía que tuvo conocimiento del robo de niños durante la dictadura "en el tiempo del Juicio a las Juntas", poco antes de los años noventa.

Otro de los puntos que convierte a Bergoglio en un Papa controversial  fue su oposición a una legislación aprobada por Cristina Fernández de Kichner, en la que se reconocía la validez del matrimonio homosexual. El 9 de julio de 2010, Bergoglio publicó una pastoral en la que calificó la ley de “guerra de Dios”; y luego les pidió a sus fieles que lo acompañaran en la “guerra”. La mandataria argentina comparó esa campaña arzobispal con los “tiempos medievales y de la Inquisición”.

Pero no todos parecen estar de acuerdo con las acusaciones que ha recibido Bergoglio. Por ejemplo, el defensor de los derechos humanos en Argentina y Premio Nobel de la Paz en 1980, Adolfo Pérez Esquivel, aseguró que el Pontífice no tenía “ningún vínculo que lo relacione con la dictadura”.

En declaraciones a BBC Mundo, Pérez Esquivel aseguró que hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no. Al Papa “se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía”, concluyó Pérez Esquivel.

En ese sentido, los partidarios de Bergoglio aseguran que él siempre ha mantenido una clara apuesta por la labor pastoral en zonas desfavorecidas y que ayudó a muchos durante la dictadura.

Diversos líderes y presidentes del mundo felicitaron al Papa que sucede a Benedicto XVI. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner congratuló a Francisco con un cordial saludo, y le solicitó llevar “un mensaje a las grandes potencias del mundo para que dialoguen”.

"Queremos que el diálogo que tanto pregonan desde todas partes lo hagan y puedan convencer a los poderosos del mundo, a ellos que tienen armamentos, poder financiero, que finalmente dirijan una mirada hacia sus propias sociedades, hacia los pueblos emergentes y que promuevan un diálogo de civilizaciones donde ninguna cuestión se resuelva por la fuerza", subrayó.

Se estima que la cifra de países que enviará sus representantes a la ceremonia de iniciación del Papa, prevista para el martes 19 de marzo, sobrepasa los 150. Además de Fernández de Kirchner -quien ha sido la primera mandataria en dialogar con el Papa-, otros presidentes de la región tendrán audiencias con el pontífice, entre ellos la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff y el mexicano Enrique Peña Nieto. Recordemos que Brasil y México son los países con más católicos en el mundo.

Si bien las primeras palabras e imágenes de Bergoglio caminando entre la multitud revivieron entre los creyentes la posibilidad de renovación de la Iglesia; todavía resulta precipitado predecir lo que ocurrirá en el futuro.

¿Qué traerá el pontificado del Papa Francisco? Es la pregunta más recurrente en la comunidad de fieles y no fieles. Según un artículo publicado en Rebelión por Vicky Pélaez, “la designación del cardenal argentino Jorge Bergoglio como el Papa Francisco es una necesidad del Vaticano para solidificar su posición en América Latina, que cada año adquiere mayor importancia estratégica en el planeta, por sus procesos de integración y transformaciones sociales y económicas”.

Solo nos queda esperar porque este sacerdote, presentado por los grandes medios de comunicación como austero y humilde, preocupado por los leprosos y los enfermos de SIDA, escuche las palabras de América Latina y de todos los pobres de este mundo.