Con una carrera que lo ha llevado a recorrer 8 Estados -más de 8 500 kilómetros- en 48 horas para depositar su voto por adelantado en la ciudad de Chicago, el presidente norteamericano Barack Obama ha tratado de revertir la tendencia que en los últimos días ha fortalecido a su oponente, el republicano Mitt Romney de cara a las elecciones del próximo 6 de noviembre.
El voto adelantado es una opción del sistema electoral norteamericano que según un estudio del Pew Center será utilizada en estas elecciones por el 35 por ciento de los votantes, frente a un 30 por ciento que lo hizo de ese modo en el proceso similar del 2008. Ese año el 60% de los ciudadanos que utilizó esa opción lo hizo a favor de Obama, y el actual mandatario, viendo como van las cosas, quiere asegurarse de que los que lo apoyan hoy no sean víctimas del arrepentimiento antes del 6 de noviembre.
Virginia, Ohio y Florida, dentro del recorrido relámpago del actual mandatario, son los estados más importantes aún por decidirse entre un candidato y otro, aportan 60 de los 270 votos del Colegio Electoral para alcanzar la mayoría que designa al presidente. Florida tiene ella sola 29 de esos sufragios y por el sistema electoral norteamericano el que gane en un estado se lleva todos los votos electorales. En las elecciones del año 2000, W. Bush se impuso desde allí, con un cuestionado resultado que hizo evidentes malos manejos en un estado donde su hermano era gobernador.
“Florida, ustedes me conocen, ustedes saben que pueden confiar en mí, que hago lo que digo y digo lo que hago”, acaba de decir Obama en la ciudad floridana de Tampa para enfrentar las críticas de Romney que lo presentan como un presidente que no cumple sus promesas, como la de lograr la reforma migratoria, muy importante para un electorado como el de ese estado, con un alto componente hispano.
Romney lleva una ligera ventaja en La Florida, Obama busca revertirla. Los hispanos votarán mayoritariamente en todo el país por el actual presidente. En el estado de La Florida la reforma migratoria es un tema muy importante. Ya no son los cubanos -que gozan de una Ley de ajuste que les otorga la residencia automática con solo pisar suelo estadounidense- los decisivos entre los electores latinos allí, con un alto peso de colombianos, puertorriqueños, nicaraguenses, entre otros.
Al final, gane quien gane, decidirán los que pusieron el dinero. Florida es donde más lo han gastado ambos candidatos, y no son los emigrantes los que suelen tenerlo para garantizar que se haga lo que se prometió.
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