May en dificultades

Alabada por los partidarios de sacar a Londres de la Unión Europea, la jefa del ejecutivo británico, Theresa May, acaba de sufrir un importante revés comicial  en las elecciones parciales realizadas días atrás.

En efecto, el partido  Conservador, de gobierno, si bien mantendrá preeminencia numérica en el seno del parlamento, perdió la mayoría absoluta que le brindaba un amplio espectro de maniobra en el seno del legislativo.

La noticia no ha caído nada bien entre los Conservadores y por otro lado, ha alentado a los dirigentes y afectos al partido Laborista, el gran opositor de las actuales autoridades oficiales.

De hecho, es algo sabido, en las nuevas condiciones parlamentarias Theresa May se verá obligada a intentar  negociaciones para imponer e implementar sus leyes y decretos, empezando por contener la premura con la que asumió la aplicación de la salida de Londres del pacto comunitario europeo, paso- vale recordar- muy aplaudido por la actual administración norteamericana, inclinada a colocar los intereses “nacionales” por encima de aliados y  acuerdos de concertación.

Según medios de prensa presentes en las votaciones británicas del último ocho de junio, “los conservadores fueron el partido más votado, pero perdieron una decena de escaños, quedando por debajo de la mayoría de 326, mientras que la oposición laborista ganó una treintena.”

“Se trata-insistieron las fuentes- de un fracaso personal de May, que disponía de una mayoría de 17 escaños en el parlamento y había convocado elecciones anticipadas con el propósito de lograr una mayoría más amplia para negociar en posición de fuerza la salida de la Unión Europea.”

Este negativo desplazamiento numérico incluso ha alentado a los líderes laboristas a pedir la renuncia de la May, tal como lo manifestó el jefe de la principal agrupación política opositora, Jeremy Corbyn.

De todas formas, la primera ministra intentó restar importancia al revés, al afirmar que la nueva situación no le restará ánimos en “hacer los cambios que Gran Bretaña requiere”, pero compañeros de fórmula de la jefa de gobierno parecen pensar lo contrario.

Así, la exministra conservadora Anna Soubry, declaró que la May debía pensar en su renuncia debido a que se “encuentra en una situación muy difícil”, en tanto el ex titular de Finanzas, el también conservador George Osborne, dijo que lo acontecido “es totalmente catastrófico para el Partido y para Theresa May“.

“Si ella quiere gobernar, subrayó, se verá obligada a pactar para formar gobierno o negociar acuerdos puntuales, cuando lo que pretendía al adelantar las elecciones era lograr un parlamento dócil.”

En otro orden de cosas, las elecciones también fueron poco loables para los independentistas de Escocia, que perdieron 22 diputados de 56, y ven considerablemente debilitada su aspiración a un segundo referéndum sobre su separación con respecto a Londres.

Lo cierto es que con este nuevo panorama es muy probable que la primera ministra se vea obligada a ralentizar sus gestiones para dejar definitivamente atrás la presencia británica en la Unión Europea, y tendrá que remontar un mayor esfuerzo político para lograr potabilizar su gestión al frente del país.